Ruta circular por el Tozal de Charo
Ruta circular por el valle de La Fueva, bordeando el Tozal de Charo: Tierrantona, Charo, ermitas de San Salvador y San Roque, Aluján/Luján y Tierrantona.
5-dic-2018 — 14’59 km de recorrido — 412 m desnivel acumulado
Buena mañana para la práctica senderista, acompañados de un espléndido día soleado y una temperatura primaveral, aunque al inicio de la marcha la temperatura era más bien fresquita. Bancos de niebla pegados al suelo, que no siempre cubrían el fondo del valle, y que se han ido disipando a medida que el termómetro se caldeaba. Bonitas estampas paisajísticas durante el trayecto.

Nos habían dicho que por el valle de La Fueva estaban abriendo nuevas rutas senderistas y de bicicleta y a ello hemos venido, a descubrirlas. Este valle, que viene a ser como una subcomarca dentro de Sobrarbe, ya lo hemos visitado en varias ocasiones y no nos ha decepcionado nunca. Alguien me dijo una vez, que era como una pequeña Toscana, pero en pobre, y puede que tuviera razón; extraordinario el abanico de paisajes que nos ofrece.


Hago un detalle, a continuación, de las rutas realizadas por el valle y sus alrededores hasta el momento, y que a buen seguro seguiremos in crescendo, pues el territorio así lo merece:
- Tierrantona y Muro de Roda
- Rañín y Rolespé. Divisoria entre Sobrarbe y Ribagorza
- Pano, Caneto, Trillo y Salinas de Trillo
- Faldas de la sierra Ferrera y Peña Montañesa. San Juan de Toledo y San Vitorián
- Tierrantona y alrededores: Alueza, Humo de Rañín, Rañín y Solipueyo
- Troncedo, Formigales, Morillo de Monclús y Tierrantona
- El Entremón
- Samitier, Castillo de Samitier, Mesón de Ligüerre
- Samitier y Arcusa
- Ermita de la Espelunga
- Tierrantona, Palo y Mediano
(a las que hay que añadir, la ruta que ahora comento)

Una excursión, la de hoy, que ha valido la pena. En la medida que se asciende por la ladera del Tozal de Charo, el paisaje se va abriendo y descubrimos la extensa y verde llanura del fondo del valle, surcado por un modesto río Usía al que nutren con sus aguas una compleja red dentrítica de barrancos que drenan las cercanas sierras. El Tozal de Charo, además, sirve para separar las pequeñas cuencas de los ríos Usía y La Nata, que, aunque ambos vierten sus aguas al río Cinca en lo que es el embalse de Mediano, el primero lo hace muy cerca de la presa, junto al Tozal de Monclús, y el segundo en lo que es ya casi la cola del embalse, entre los núcleos de Griébal y Gerbe/Cherbe, casi enfrente del complejo vacacional de Morillo de Tou.


Tierrantona
Centro administrativo de todo el valle, donde se halla enclavado el ayuntamiento. La hemos visitado en otras ocasiones, destacando en su plaza mayor, la Casa del Médico (siglos XVI/XVIII) en cuya fachada hay una pequeña ventana moldurada con arco conupial.


La iglesia parroquial de san Sebastián ahonda sus orígenes en el siglo XII, aunque fue remodelada durante el siglo XVI. Templo dedicado a un santo antipestífero, como también lo fueron san Antonio Abad, san Adrián o el propio san Roque, al que nos referiremos un poco más adelante.

Un buen complejo deportivo y de esparcimiento tiene a las afueras del pueblo. Pasamos junto a él.


Charo (Iaro/Jaro. Del latín Sara: Bosque)
Pequeño núcleo ubicado a media ladera de la solana del cerro o tozal de igual nombre, en cuya parte más alta se halla la ermita de san Salvador, a la que nos dirigiremos seguidamente.

Su iglesia parroquial, de San Martín, se halla un poco antes de llegar al pueblo, en el interior del cementerio; si no prestas un poco de atención pasa desapercibida. Sus orígenes se remontan al siglo XII, modificada entre los siglos XVI/XVIII al incorporar las capillas laterales.


La primera casa que nos encontramos al llegar al pueblo es Casa Baltasar, una casa fortificada del siglo XVI, que tuvo como misión proteger la entrada al casco urbano. Durante el siglo XVI, este tipo de edificaciones proliferaron por La Fueva, eran tiempos de expansión económica y demográfica, pero también de conflictividad social y de luchas nobiliarias, en los que el bandolerismo y las revueltas sociales se prodigaban. Abundaron por el territorio este tipo de casas fuerte, al estar alejado de los principales centros de poder.

La capilla de san Sebastián del siglo XVI (aparece de nuevo la advocación al santo antipestífero), todavía se viene usando, aunque su aspecto exterior pueda reflejar otra cosa.

La Casa Cosculluela y su pajar (aunque éste reconvertido en vivienda), son dos edificios también a resaltar. Del siglo XVII la primera y de principios del XX el segundo. Los pajares, también son edificios que gusta de ver, normalmente con caídas a dos aguas y cubiertos por losas de piedra.


Ermita de san Salvador
Ubicada en un sitio estratégico. Del siglo XVI.


Este lugar nos permite una visión de 360º. Imponentes los macizos de El Turbón y Cotiella, que dejan su impronta asomando por detrás de las sierras de Pallaruelo/Pallargüelo y de Ferrera. La Peña Montañesa; el nevado macizo de Monte Perdido; Los Sestrales y el pico Modoto con la inmensa cicatriz separadora del Cañón de Añisclo; la Brecha de Roldán allá a lo lejos; el pico Taillón; la sierra Tendeñera; las sierras de Gabardón y de Canciás con su pico Canciás como punto más sobresaliente; la sierra de Guara y su Tozal; el anticlinal de Boltaña y su pico Nabaín; … Resumiendo: ¡todo un espectáculo!


Su nombre es uno de los títulos que dieron los cristianos a Jesús de Nazaret. Se remonta al latín ‘Salvator’, cuyo significado es ‘el que salva’ o ‘Dios salva’. Se empezó a utilizar como sustituto del nombre de Jesús, asumiendo como que era la traducción de Jesús y parecía más adecuado llamarlo de ese modo.


Ermita de San Roque
De descenso hacía Aluján/Luján, nos desviamos unos metros hasta esta pequeña y cercana ermita. La senda está limpia y es fácil acercarse.

San Roque, al que se considera como uno de los patrones de los peregrinos, es también un santo antipestífero. Es muy venerado en occidente. Nació en Montpelier a mediado del siglo XIV en el seno de una familia noble francesa y quedó huérfano a temprana edad. Entregó su fortuna a los hospitales y personas necesitadas y se dedicó a la peregrinación. Es muy conocido por la devoción popular prodigada tras su muerte, más que por las historias referentes a su vida. Como santo peregrino se identifica por el atuendo típico de éstos, además de por el bubón pestilente que suele representarse en su muslo y por el perro que lo acompaña.

La bajada hasta Aluján/Luján, se hace por una bonita senda y limpia de vegetación, que va bordeando el Tozal y que, de paso, nos brinda unas excelentes vistas.

Aluján/Luján
(Topónimo procedente de la romanización de la zona, cuando se iban desarrollando los primeros asentamientos por La Fueva. Pudiera obedecer a un poseedor latino: Lucio).

Lo primero que nos encontramos al llegar es un pozo, una pequeña construcción circular, que pudiera datar de finales del siglo XIX principios del XX.

La Casa Mur, de los siglos XV/XVI, es el edificio más espectacular de este pequeño núcleo. Perteneció a la familia de los Mur.

Un edificio que ha tenido varias ampliaciones y modificaciones en el transcurrir del tiempo, con el resultado final de un monumental y esplendoroso edificio, con sus torres de defensa. Concebido inicialmente como fortaleza para resguardarse de los bandoleros en unos años difíciles en los que imperaba la autarquía como modelo económico a seguir.

En el patio de la casa, se halla la capilla con pinturas medievales y algunas inscripciones referentes a la familia de los Pérez, que fueron los que iniciaron la construcción del edificio.

Finalizamos el recorrido, por una pista nueva construida cuando la concentración parcelaria en el valle, hasta coger la que baja desde Muro de Roda, y que ya se considera como GR-1, hasta acabar el trayecto en Tierrantona.

