Ruta entre Samitier y Arcusa
Nuevo paseo por la Comarca de Sobrarbe, más en concreto por el “Biello Sobrarbe”, siguiendo la huella del GR-1, muy bien señalizado y balizado, por antiguos caminos entre Samitier y Arcusa, pasando por los núcleos intermedios de La Pardina y Castejón de Sobrarbe. Una ruta de 15 kms, que, una vez superado Castejón de Sobrarbe, se adentra por entre poblados pinares, y que por sendas y caminos rodados, cruzando barrancos, nos llevará a superar la sierra que separa las vertientes de los ríos Vero y Cinca, con unos desniveles cercanos a los 500 m. (con el pico San Bernabín, 1035 m, como punto más alto de la sierra). El día de hoy, 9 de noviembre de 2016, ha sido excelente para la práctica senderista, buena visibilidad y una temperatura fresquita.
El pueblo de Samitier ya lo visitamos en mayo/15, donde destaca la Torre de San Vicente, visible desde la lejanía, así como la iglesia de los Santos Emeterio y Celedonio y el castillo, que dominan, desde lo más alto, el embalse de Mediano y el estrecho paso de El Entremón.
Nos hallamos en lo que es la Depresión Media, que ocupa la parte central de lo que es la Comarca de Sobrarbe, limitada, en su parte meridional, por las sierras de Arbe, Balcés y Sevil, con el Tozal de Asba, las cuales ya vienen a formar parte de las denominadas Sierras Exteriores. A medida que íbamos haciendo el recorrido, nos adentrábamos en lo que es la depresión margosa del río Susía, dejando a nuestra derecha una erosionada meseta en la que proliferan las margas, por la que discurre el PR-HU 70 (entre Arcusa y L’Ainsa) que tenemos pendiente de hacer, y en la que se encuentra el despoblado de Santa María de Buil. Dominan los materiales margosos marinos, del Eoceno, reconocibles por su color grisáceo y las profundas cárcavas que en ellos se muestran debido a la erosión.
Durante la primera parte del recorrido, camino de La Pardina, podemos disfrutar de las excelentes vistas que nos depara la Peña Montañesa, cuya enorme masa calcárea se no muestra, con toda su majestuosidad, a modo de un iceberg varado.
La Pardina, es un pequeño núcleo urbano, de muy pocas casas pero muy arregladas, donde hicimos la primera parada. Destaca la cruz de San Sebastián y San Antonio, reconstruida tras la guerra civil, y la iglesia de Santa Bárbara y Santa Baldesca (siglo XVI), un poco aislada del caserío. Tuvimos acceso a lo que fue la “antigua herrería”, situada estratégicamente en lo que era un cruce caminos.
Castejón de Sobrarbe, el siguiente núcleo visitado, es una población de bastante solera, como así lo demuestran las construcciones allí existentes y la placa a la entrada del pueblo, que nos dice tiene más de 950 años de existencia.
Destaca la iglesia de La Asunción (siglo XVI), en cuya construcción intervino el arquitecto, Joan Tellet, el mismo que construyó la iglesia de Santa Eulalia, en el cercano pueblo de Olsón (llamada por su grandiosidad “la Catedral de Sobrarbe”), y también participó en la Basílica de la Virgen de la Peña, en Graus. Actualmente, la iglesia, se halla fuera de uso por problemas estructurales.
Al abandonar Castejón de Sobrarbe, descendemos hasta el barranco de La Fuente, que, una vez cruzado, las balizas orientadoras del camino nos llevarán por una estrecha trocha hasta el Zerollar, donde se halla una deshabitada casa (Casa d’a Sierra).
A partir de aquí, da comienzo una larga travesía, entre un espeso y húmedo pinar, en el que se podían ver alguna que otra seta, aunque no nos hemos detenido a ello, pues quedaba mucho camino por hacer.
Todo el recorrido lo hemos hecho por lo que era la margen izquierda del río Susía, afluente del Cinca. Una vertiente altamente erosionada desde los tiempos de finales del Mioceno y principios del Plioceno (hace unos 6 mills/años), y que fue dando forma a las cubetas del río Susía y los planos de Arcusa.
En Arcusa, final de nuestra etapa, destaca la Torre de un antiguo Castillo (siglo XI), el cual llegó a formar parte del sistema defensivo del Alto Sobrarbe; la iglesia de San Esteban (siglo XVI); y el conjunto de la Fuente y el Lavadero (principios del siglo XX). Es un lugar al que no le decimos adiós, pues proseguiremos con nuestras visitas por los alrededores, todavía tenemos mucho territorio del “Biello Sobrarbe” por conocer.