Ruta circular de ascensión al Pico Puchilibro
Ruta de ascensión al Pico Puchilibro (1597 m), con inicio y final en el Castillo de Loarre, siguiendo las marcas del PR-HU 105
14-abr-21 — 7,13 km — 538 m desnivel
Nueva visita a la Comarca de La Hoya de Huesca y nuevo recorrido por una de las sierras prepirenacias de tipo calizo que vienen a formar su armazón más septentrional y que hacen de línea de separación entre la montaña y el llano (… Sierra de Loarre —Pico Pusilibro 1597 m—; Sierra de Caballera —Punta Peiró 1579 m—; Sierra de Gratal —Peña Gratal 1567 m—; Sierra del Águila —Pico del Águila 1619 m—; …). (Ver los posts de entrada: <<Ruta de ascensión al Pico Peiró>>; <<Ruta de ascensión al Pico del Águila>>).
El Valle de Rasal, encajonado entre las Sierras de Loarre y Caballera, por su parte más meridional, y las de Javierre y Bonés, por el norte, hace de línea separación con la Comarca del Alto Gállego. (Ver post de entrada al blog: <<Ruta circular por la Sierra de Bonés>>). Un alargado corredor excavado por el río Garona, que va de este a oeste, entre las estribaciones de Punta Peiró y el cauce del río Gállego.
El sendero PR-HU 105, que nos ha de servir de guía para realizar la circular, nace en el aparcamiento del castillo. Siguiendo sus indicaciones, subiremos por la derecha para bajar después por el que viene de Rasal.
Una bonita trocha por entre un espeso pinar de repoblación. Cuando se acaba el arbolado, la senda atraviesa una zona repleta de matorrales de erizón, esas matas de aspecto almohadillado y espinosas, ahora de color verde pero llenas de flores amarillas cuando florecen. También hay abundancia de bojes, algunos de buena medida.
La pena es que el día no acompañaba mucho, grandes jirones de niebla inquieta agrisada y oscura comenzaron a extenderse sobre el llano, viniendo hacía nosotros arrastradas por las ráfagas de viento. A veces se apoderaban de todo el entorno, con lo que el paisaje desaparecía o quedaba bastante turbado. La temperatura, a veces, era algo desapacible.
El último tramo de subida, antes de llegar al desvío que nos tenía que llevar a la cima, lo hacemos por una pronunciada cresta calcárea, que nos ofrece buenas vistas a las dos vertientes. Las panorámicas sobre los llanos de La Hoya son espectaculares, aunque no podían divisarse en toda su amplitud. Ante nosotros la cuenca del río Sotón, que recoge las aguas de otros pequeños ríos (Astón, Riel, …) o de los arroyos que descienden de las sierras para acabar llevándolas al Embalse de La Sotonera, una gran mancha de aguas plateadas que podía distinguirse desde las alturas.
Desde la cima del Puchilibro podía apreciarse, aunque no con la suficiente nitidez, el nevado cordal pirenaico con los Montes de Candanchú al fondo, el comienzo de la Vagudada del Valle del río Aragón, la Collarada, el Pico Bisaurín, y toda una serie de picos hasta enlazar con el macizo de Monte Perdido.
Ante nosotros, la impresionante Peña Oroel, un poco difuminada por la niebla (ver post de entrada: <<Ruta de subida a la Peña Oroel>>), y a su izquierda el macizo de San Juan de la Peña, lugar que ya visitamos en julio de 2018, pero del que no tengo hecho post de entrada en el blog.
Castillo de Loarre
Principio y final de la excursión de hoy. Una joya de la arquitectura civil y militar del medievo (primer tercio del siglo XI), erigido sobre un espolón rocoso y cuya misión era defender la línea fronteriza del Reino de Aragón. Pieza clave en la reconquista cristiana sobre tierras árabes, un lugar inexpugnable. Fue declarado Monumento Nacional en el año 1906 y es una de las mejores fortalezas románicas de Europa; se le considera el monumento cumbre del arte aragonés.
Mandado construir por Sancho III El Mayor. A mediados del siglo XI, Ramiro I ordenó levantar la Torre del Homenaje y Sancho Ramírez lo amplió en el último tercio de la centuria, incorporando la fundación de un monasterio de canónigos regulares de San Agustín. Controlaba los llanos de La Hoya y a la cercana población de Bolea, que, en aquellos tiempos, era plaza fuerte de los musulmanes de la zona. Vigía y amenaza sobre la islámica Sotonera, que supuso toda una medida estratégica al levantarse en el corazón de una comarca islamizada, lo cual se volvió a repetir más tarde con la edificación de las fortalezas de Montearagón, cerca de Huesca, y Pueyo Sancho, en el Pueyo de Barbastro.
Acabó siendo abandonado por sus pobladores, durante el siglo XV, que se instalaron en el burgo, San Esteban de la Huerta —actual Loarre—, donde al final se trasladó la parroquia de la villa, que hasta entonces radicaba en la iglesia de San Pedro del castillo.