Ruta circular por Villanueva de Sijena
Una ruta circular con inicio y final en Villanueva de Sijena, pasando por la ermita de San Blás, el pueblo de Sena y su ermita de la Santa Cruz, además del Real Monasterio de Sijena, para acabar visitando la Casa Natal de Miguel Servet.
12-feb-2020 — Itinerario: 10’74 km — Desnivel acumulado: 76 m
Queríamos volver a la Comarca de los Monegros y teníamos interés en visitar de nuevo el Real Monasterio de Sijena, aunque esta vez no pudimos hacerlo. Hoy hemos podido comprobar la descoordinación que existen entre las distintas administraciones para poder hacer una visita adecuada a nuestro patrimonio: El Monasterio de Sijena, pertenece a la D.G.A.; la exposición de los Bienes retornados, la gestiona una empresa externa que se llama Turismo Aragón; la visita al interior del templo y resto de recintos del monasterio son responsabilidad de las monjas; y la Casa Natal de Miguel Servet, es municipal. ¡Mejor callarse!…
Villanueva de Sijena
Población que nació a raíz de la decisión real de levantar el monasterio en un lugar estratégico y cercano al río Alcanadre, allá por los siglos XII/XIII. En este sitio ya se alzaban dos pequeños núcleos: Sixena y Urgellet, cuya unión llegó a conformar el pueblo actual.
En su plaza mayor, majestuosa ella, se levanta la iglesia parroquial: Santo Domingo y San Salvador, de estilo gótico tardío en sus orígenes. Su tipología encaja en el estilo aragonés al que pertenecen también las iglesias de Lastanosa, Huerto y Sena, con portadas góticas y finas arquivoltas, y entradas a los templos por unos atrios sobre los que se elevan sus torres campanarios.
En el exterior, junto a la entrada de la iglesia, se encuentra el monumento a Miguel Servet.
Nos comentaron que algunas niñas llevan el bonito nombre de ‘Sixena’.
Al poco de abandonar el pueblo de Villanueva, nos encontramos con la ermita de San Blás. Perfectamente conservada.
El camino transcurre por un territorio llano, con extensas fincas de cultivo en regadío. ¡Cómo ha cambiado el paisaje de Los Monegros en los últimos años!… Entre lo que es la sierra de Sijena —lo que son las estribaciones más orientales de la sierra de Alcubierre—, y los pueblos de Villanueva de Sijena y Sena, se abre una extensa y fértil vega surcada por las aguas del río Alcanadre.
Sena
Lo primero que hacemos al llegar a esta localidad, es acercarnos hasta la ermita de la Santa Cruz (siglo XVII) cercana al cementerio y sobre un dominante cerro. Según reza en un panel informativo, en los episodios de peste o cólera de los siglos XVII al XIX, este era un lugar donde depositaban a los moribundos o fallecidos antes de proceder a su enterramiento.
Su iglesia parroquial, de La Asunción de Nuestra Señora, data el siglo XVI. Pudimos visitar su interior.
Destacan el edificio del Ayuntamiento (siglo XVI) y la Casa Noguero. La casa consistorial puede encuadrarse entre los edificios con tipología de lonja, que tuvieron una gran difusión durante la Época Moderna —el Ayuntamiento de Estadilla, es de similares características—. La Casa Noguero, es la típica vivienda aragonesa de labradores, que en último tercio del pasado siglo XX fue cedido a las monjas; hoy es utilizado para usos sociales y culturales.
El ‘Dance’ de este pueblo, es su mejor señal de identidad. Al igual que los de los cercanos Sariñena y Pallaruelo, goza de buena salud, con una antigüedad que podría datarse allá por el siglo XIII, o quizá anterior.
A la entrada de mi pueblo
hay una acequia con agua,
un danzante con calzones
y un volante con enaguas.
(Nicolás Calvo)
Monasterio de Sijena
Fundado en 1188 por la reina doña Sancha, destinado a las religiosas hospitalarias (‘Orden de San Juan de Jerusalén’). En sus inicios fue una casa convento ‘dúplice’, es decir, habitado por ‘dueñas’ (mujeres) y ‘freires’ (hombres), supeditado a la autoridad de la priora del convento femenino.
Fue Panteón Real (en la provincia de Huesca, hay cuatro lugares con la denominación de ‘panteones reales’: Monasterio de Sijena; San Pedro El Viejo, en Huesca; Castillo de Montearagón; y el Monasterio de San Juan de la Peña). En este lugar fue enterrada doña Sancha, junto a sus hijas las infantas Dulce y Leonor, y el rey Pedro II ‘El Católico’ —muerto en la batalla de Muret (1213)—, único monarca de la Corona de Aragón que fueron depositados aquí sus restos.
Al parecer, este sitio fue elegido porque se trataba de una pequeña isla en el centro de una laguna cercana al río Alcanadre, en la cual se apareció repetidas veces la Virgen del Coro, de la cercana iglesia del desaparecido núcleo de Sixena. La leyenda es muy similar a la de San Medardo en Benabarre: el hallazgo de la imagen fue obra de un toro o una vaca que, separándose de la vacada, se acercaba una y otra vez al lugar. Aquí se levantó un monasterio que fue un gran centro administrativo y de repoblación de las zonas conquistadas a los musulmanes.
A la muerte del rey Alfonso II (1196), doña Sancha ingresó en el monasterio permaneciendo hasta su muerte, en 1209.
Este monasterio llegó a acumular un gran patrimonio, gracias a las donaciones y las ayudas reales. Las donaciones particulares aumentaron sus ingresos, además de las rentas o impuestos propios del señorío, tales como: ‘pontazgo, portazgo, horno, peaje, mercado,…’; también los préstamos a terceros fueron durante mucho tiempo una notable fuente recaudatoria.
A partir del siglo XV inicia su declive, que continuó hasta el XIX, con la guerra de la Independencia y la desamortización de Medizábal. Durante la guerra contra los franceses sufrió un gran saqueo y, a partir de la constitución de las Cortes de Cádiz, al quedar abolidos los señoríos, aunque no los latifundios, perdió bastantes de sus privilegios.
La pasada guerra incivil, dejó al monasterio bastante ‘tocado’, pues fue incendiado y arrasado, siendo saqueadas o destruidas muchas de sus obras, además de ser profanadas las tumbas de los reyes. Desapareciendo así todo un símbolo de la historia aragonesa.
La historia de este Real Monasterio, no es solo la de un devenir glorioso, es también la de una continua desaparición de bienes por diferentes motivos, que ahora se hallan repartidos por distintos museos y colecciones particulares o públicas, o en otros muchos casos en situación de paradero desconocido o destruidos.
Casa natal de Miguel Servet, en Villanueva de Sijena
Sede del Instituto de Estudios Sijenenses Miguel Servet, encargado de la difusión de la vida, obra y valores de Servet, además del estudio de la Historia del Real Monasterio de Sijena, lugar donde su padre ejerció como notario real. Nos han hecho una visita guiada por el interior del edificio.
Sus grandes legados, fueron: el derecho a la libertad de conciencia y el radicalismo como método intelectual. Sus ideas sobre la tolerancia arrancaron la discusión intelectual, que condujo al reconocimiento de la libertad de pensamiento responsable como derecho humano inalienable.
Miguel Servet, fue un pensador radical, por encima de dogmas establecidos, sin tener en cuenta las consecuencias negativas que de ello pudieran derivarse hacia su persona. Un ferviente cristiano, que acabó siendo perseguido por la Inquisición y acusado de herejía. Fue condenado a la hoguera por negar la ‘Doctrina de la Trinidad’ en su interpretación del Concilio de Nicea, y por oponerse al bautismo de los niños. No fue ejecutado por la práctica de sus estudios de medicina o por sus investigaciones científicas.
La última vez que visitamos estos lugares, fue en marzo de 2016, con un recorrido entre: Villanueva de Sijena y Alcolea de Cinca (ver post).