Ruta circular por el Valle de Belsué
Ruta circular por el valle de Belsué: Belsué, Pardina de Ascaso, gradas en el río Flumen, Santa María de Belsué, escultura de Arte y Naturaleza del CDAN, embalse y presa de Belsué, acantilados y presa de Cienfuens.
28-nov-2018 – 16’18 km de recorrido – 552 m desnivel acumulado
Un agradable y fresquito paseo matinal (la temperatura era baja al comienzo de la caminata), con inicio y final en el pequeño pueblo de Belsué. Cogemos el GR-1 en el sentido de Nocito —es un tramo del trayecto entre Bara-Nocito-Arguis, bien conservado y señalizado, por cierto—, que nos llevará hasta la antigua y arruinada Pardina de Ascaso, próxima al río Flumen cuyo cauce excavado sobre grandes lajas de piedra presenta una espectacular sucesión de gradas y coquetas badinas excavadas por la fuerza del agua; después, abandonando el GR-1, nos dirigimos hasta el arruinado núcleo de Santa María de Belsué y bajamos a la chopera junto al río, donde se halla una de las esculturas de Arte y Naturaleza que el CDAN tiene repartidas por la provincia. Bordeando el embalse de Belsué, llegaremos a la presa, desde donde nos encaminamos hasta el embalse de Cienfuens aguas abajo, pasando por varios túneles excavados en la roca cuando la construcción de los pantanos, con la vista puesta en los llamativos acantilados y escarpes del congosto de Cienfuens, para terminar completando la vuelta al pantano de Belsué y acercarnos al punto de partida.
Nos encontramos en un pequeño valle encajonado entre las sierras del Águila —pico del Águila, 1623 m—, de Belarra —pico Lopina, 1467 m— y de la Gabardiella —pico Gabardiella,1695 m—, sin olvidar que, no muy lejos de aquí, tenemos el Tozal de Guara por su cara norte y sus 2078 m de altitud, todo ello incluido en lo que son las llamadas sierras prepirenaicas, que son cortadas por los ríos en su deambular hacia tierras más llanas y del valle del Ebro, y que vienen a estructurar la parte más septentrional de la Comarca. Estamos en el Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara.
Una alternancia de anticlinales (sierras de Peiro, Águila, Gabardiella, Guara y Nasarre) con sinclinales (Arguis, Belsué, Guatizalema y Nocito), y una orografía moldeada por profundos barrancos. Unas sierras en las que predomina una estructura caliza, con sus pequeños mallos, cañones y modelados de tipo kárstico con sus simas y cuevas, además de canchales periglaciares; también abundan las margas grises, las arcillas y unas parduscas areniscas. Unas sierras que se formaron entre el Cretácico superior —hace unos 140 mills/años— y el Eoceno —unos 55 mills/años—, producto de la intensa erosión fluvial que desmanteló grandes montañas y acumuló unos gruesos espesores de materiales arrastrados, en lo que se ha venido en llamar la formación de Guara; cuando el río Ebro encontró su camino hacia el Mediterráneo, hace unos 6 mills/años, comenzó el vaciado de estos grandes depósitos y se inició el intenso proceso erosivo en las tierras pirenaicas, hasta llegar a los relieves actuales, centenares de metros de materiales sedimentados en las zonas más llanas fueron arrastrados hasta el mar.
Del viejo pueblo de Santa María de Belsué no queda nada, tan solo el esqueleto de algunas de sus casas, que nos vienen a decir que en tiempos pretéritos hubo vida aquí, y unas reconstruidas paredes, aunque destechadas, con su espadaña de la antigua iglesia románica de Santa María, de estilo lombardo, que se remonta al siglo XI.
Una vez atravesado el río Flumen por unas grandes piedras colocadas en el cauce para facilitar el paso, nos dirigimos a la cercana chopera, donde se erige la escultura de Arte y Naturaleza del CDAN, construida por el artista portugués Javier Maderuelo: ‘’As árboles florescem em Huesca, 2006’’ (árbol de bronce – piedra negra de Calatorao y piedra de Ayerbe). El artista (según se dice en la página web del CDAN) buscó un lugar aislado, rodeado de un paisaje excepcional, que eligió para colocar el centro de su cosmos, para construir su mandala personal. Un lugar fuera de lo común, caracterizado por formaciones geológicas muy expresivas y de innumerables texturas, tanto minerales como vegetales, llenos de matices de color. El sitio apartado se halla en un paisaje accidentado donde, a lo largo de milenios, las rocas han sufrido un desgaste gradual por las frías y cristalinas aguas. Los muros de piedra ciegos no forman parte de la estructura de una casa o edificio agrícola; en cambio, constituyen una ‘’arquitectura poética’’, un mandala, que se levanta para ofrecer una poderosa formación geométrica sin función, una estructura que sirve para encerrar un árbol metafórico, la escultura de bronce parcialmente visible dentro de un gran gnomon, un menhir contemporáneo.
Ya conocemos otras dos esculturas de Arte y Naturaleza del CDAN en la provincia: Piracés y Abiego. Ver enlaces.
Por su cauce oeste, el río Flumen —que tiene una cabecera bífida— nace en la sierra de Bonés (un lugar por donde ya hicimos una ruta el pasado año), mientras que por el este lo hace en los estrechos calizos junto a la Pardina de Orlato, entre Lúsera y Nocito. Ambas corrientes de agua se unen en el pantano de Santa María de Belsué. Desde este lugar, en que las aguas se vierten al embalse, parte un camino que bordea el pantano hasta la misma presa, un bonito recorrido entre arbolado replantado de coníferas alóctonas (pinos royos y laricios) en un intento de reducir la erosión de la ladera, y que discurre por lo más bajo de las estribaciones de los picos de Luna (1636 m) y Gabardiella (1696 m).
El embalse de Belsué:
Construido en las primeras décadas del pasado siglo XX, tenía como misión regar las tierras de la Hoya de Huesca y suministrar agua a la ciudad. Resultó ser un fracaso técnico, que no sirvió para nada, pues, dadas las características del terreno, son abundantes las filtraciones de agua. Sólo mantiene un nivel de agua de, aproximadamente, 1/3 de su capacidad.
Aguas abajo, a unos 2 kilómetros y dentro del congosto de Cienfuens, se levantó años más tarde una nueva presa, con una capacidad mucho más limitada, para recoger las aguas que se filtraban del embalse de Belsué. A este pantano le llaman: pantano de Cienfuens. Otro fracaso hidráulico, de hecho, está vacío. Aún había prevista la construcción de otro dique a la altura del Salto de Roldán, que no se llegó a hacer y que, a buen seguro, hubiera resultado otro fiasco por las características del terreno. La pasada semana, hicimos una ruta circular por los alrededores de Montearagón, visitamos la presa que se levantó para un nuevo pantano y que ha resultado ser un nuevo fracaso hidráulico (ver el post). El río Flumen esta gafado para los pantanos.
Acantilados de Cienfuens
Estrecho cañón de piedras calizas y conglomerados excavado por la acción del agua a lo largo de cientos de miles o de millones de años. Verticales paredes habitadas por aves rupícolas. Un recorrido por túneles excavados en la roca durante la construcción de las presas permite disfrutar del entorno.
El camino de vuelta a Belsué, para cerrar la circular, lo hacemos desde la misma presa de Belsue, por una senda que da la vuelta al pantano y que está muy bien conservada, por la parte más baja de lo que parece ser una inclinada meseta que desciende de La Travesada y con un desnivel cercano a los 300 m, donde prolifera el monte bajo con abundancia de boj. Una amplia extensión de roca desnuda que ha sido corroída por la acción de las aguas y las raíces de las plantas arbustivas, modelando un terreno de muchas simas y oquedades en lo que se llama la partida de Paco Adriana de Belsué.
