Ruta por Sesa – Salillas – Usón y Huerto
Sesa – Huerto
8-Feb-2018 – 16 km
Retomamos nuestra andadura hacia Sariñena e iniciamos la excursión donde la acabamos el pasado 24 de enero, en el pueblo de Sesa. Estamos en la linde de las Comarcas de La Hoya de Huesca y Monegros. Pasaremos por Salillas, la aldea de Casas de Ariño, el pequeño pueblo de Usón, para terminar en Huerto. El río Guatizalema sigue siendo el eje de las rutas.
Bajas temperaturas hemos tenido hoy, acompañadas de la suave brisa que nos enviaba la cercana y nevada sierra de Guara, por lo que la sensación térmica de frío todavía era más acusada.
Sesa
Hemos recorrido su casco urbano y visitado la iglesia parroquial de San Juan Bautista, que data del siglo XIII. La ermita de La Jarea, ubicada sobre el cerro que domina la población, la veremos en otra ocasión.
Al poco de salir de Sesa, camino de Salillas, ya nos encontramos con el río Guatizalema, el cual ya está presto a encarar la última parte de su recorrido antes de entregar sus aguas al río Alcanadre una vez pasado Huerto. Cruzamos el cauce por el camino de servicio al Canal del Cinca.
El río Guatizalema tiene una longitud de 73 km. Nace al norte de la sierra de Guara, a 1344 m de altitud, y desemboca en el Alcanadre a una altura de 304 m, por lo que tiene un desnivel de poco más de mil metros. Debido al encajonamiento del cauce, su llanura de inundación es bastante reducida y presenta una morfología en forma de V.
A partir del pantano de Vadiello, en plena sierra de Guara, que regula sus caudales además de suministrar agua a la ciudad de Huesca, la cuenca de este río está muy antropizada: se suceden los azudes de derivación para acequias de riego y el cauce y sus riberas se ven afectados por el impacto sufrido de las pistas y caminos que con frecuencia lo cruzan.
Bordeamos el pueblecito de Salillas, siguiendo el cauce del Canal del Cinca, para, después de cruzar de nuevo el Guatizalema, emprender el camino hacia Usón.
Usón
Al cual llegamos una vez atravesadas grandes llanuras dedicadas al cultivo del cereal y flanqueadas por montículos a modo de pequeñas islas cubiertas de carrascas. Pasamos por la aldea de las Casas de Ariño, que no está abandonada y donde existen unas instalaciones agropecuarias.
Antes de llegar al pueblo, divisamos sobre un cercano cerro la estructura de un arco apuntado donde existió la ermita de San Andrés, del siglo XIII, aunque hoy en ruinas, tan solo queda el arco. En el pueblo destaca la iglesia de San Fabián y San Sebastián, del siglo XII, y rehecha en el siglo XIX.
Es un pueblo que, aunque ahora está en horas bajas, ha tenido su pequeña historia pasando por las manos de señoríos y grandes terratenientes. Desde 1972 es una pedanía de Huerto. En lo más alto del pueblo, sobre un redondeado cerro de piedra arenisca, quedan los restos de una fortificación musulmana del siglo IX.
El camino hasta Huerto nos permite disfrutar de unas excelentes vistas sobre el paisaje monegrino. A lo lejos se reflejan las aguas de la laguna de Sariñena, un poco más cerca tenemos la muralla natural de piedra en Alberuela de Tubo que viene a dar forma a los Torrollones de Gabarda; justo esta muralla de areniscas es la linde de separación entre los secanos y los nuevos regadíos.
Las aguas de los ríos Gállego y Cinca son las que irrigan el territorio, dando fin a la carencia de sequías que han tenido siempre estas tierras y que ha sido su principal factor determinante y moldeador, configurando sus modos de vida a lo largo de los siglos.
Si la lluvia siempre ha sido una bendición de Dios, por estas tierras mucho más. Tenían mucha falta de agua y las gotas de lluvia eran como una dádiva del cielo que representaban la fe, la esperanza y la caridad; aquí cuando llueve es un día de fiesta, es como un premio. Afortunadamente, la actual agricultura ya no es la de subsistencia de hace apenas unas décadas y hace posible una economía más diversificada.
Huerto
Final del trayecto. Antes de llegar al pueblo, está la ermita de Santo Domingo, del siglo XVI, que sobresale en un cerro de arenisca y destaca por su extraña asimetría, pues tiene dos ábsides de tres lados, uno en cada extremo de la nave.
Dejamos la visita al pueblo para la próxima ocasión, que iremos hasta Sariñena.