Ruta circular por Sallent de Gállego y Collado Pacino.
Una ruta circular entre Sallent de Gállego, Collado Pacino y la Selva de Sallent.
22-ags-2023 — Distancia: 10’98 km — Desnivel: 502 m.
Pico Pacino
Un precioso recorrido; la subida al Pico Pacino (1965 m) es todo un icono en el Valle de Tena. Un marcado sendero, señalizado como PR-HU 91, nos lleva hasta el Collado Pacino (1826 m) y, desde allí, si se desea, poder ascender a la cumbre —600 metros de distancia y 20 minutos es lo que cuesta subir— (Gabriel, mi compañero de caminata, así lo hizo, subió hasta lo más alto y nos volvimos a reagrupar en el collado). Abandonamos el PR-HU 91 y cogemos una trazada senda en el mismo collado, en sentido oeste, señalizada con pinturas rojas y azules, que nos llevará hasta la Selva de Sallent.
Nada más descender del coche y antes de dar comienzo a la andada, ya tenemos ante nosotros el icono montañero más representativo del Alto Gállego: “La Peña Foratata” (2321 m). Un magnífico y brusco remate entre Formigal y Sallent de Gállego; lo que es una fenomenal formación dolomítica de piedra caliza, cuyos orígenes se remontan a unos antiguos arrecifes costeros, un magnífico saliente realzado con cierta majestad sobre Sallent. Llamada “Foratata”, porque en su cima se abre, a modo de puente o claraboya, un ancho boquete por donde se cuelan a ciertas horas del día los rayos del sol.
El primer tramo de la senda de subida ya se introduce en el espeso hayedo, por su parte más oriental, donde los rayos de sol tienen bastante difícil su entrada. El recorrido bajo el arbolado, nos lleva hasta la torre de aireación del entubado de las aguas que proceden del pantano de Escarra.
A partir de allí, y hasta el collado, el paisaje se ensancha sobremanera. Tenemos a nuestra disposición, lo que resta de la costera por la ladera del Pacino, con la punta que espera en lo más alto; el apretado macizo donde proliferan una serie de picos que superan los 3000 metros, con sus picos del Infierno (3075 m), Garmo Negro (3066 m), Argualas (3046 m) … Unos parajes escabrosos, ofreciendo soledad, desolación y tristeza majestuosa.
En la parte más N.E, se suceden las altas montañas, surcadas por barrancos y riachuelos, que se nutren de las sábanas de nieve que todavía quedan por las alturas y de la serie de ibones que por allí se hallan alojados entre lo que son los circos y anfiteatros, para luego despeñarse en torrentes y cascadas a la vez que forman caprichosos juegos de aguas. Un mar de crestas y monumentales montes, donde destaca el Pico Balaitous (3146 m), nombre dado, en lejanos tiempos, por los pastores franceses a causa, sin duda, de un torrente de agua un tanto lechosa, casi blanca (“bat-laitous”), que nace en sus heleros.
A medida que vas ascendiendo, Sallent de Gállego va quedando a lo lejos, allá en lo más hondo. Un bonito pueblo que recibe las aguas de los torrentes de Agualimpia y Pondiellos y que se haya a orillas del río Gállego, justo antes del remanso de las aguas del embalse de Lanuza, famoso por sus “Festivales de Pirineos Sur”.
El río Gállego, eje vertebrador del valle, inicia su recorrido unos pocos kilómetros más arriba, en lo que es la zona del Portalet, donde se halla la línea de frontera con Francia.
Una bien marcada y aérea trocha nos va llevando de nuevo a lo que es la Selva de Sallent, formada por grandes masas mixtas de hayedos y abetos. Esta nueva trayectoria, nos muestra una serie de montes áridos y pelados, de imponentes farallones y peñascos desnudos esparcidos por sus faldas; ante nosotros, la impecable Sierra Partacua y su magnífica Peña Telera (2762 m); un poco más hacia nuestra derecha, mirando a la sierra, las Rinconadas de Arbemuso y de Balsera y la Punta de Escarra (2748 m). Un espectáculo paisajístico.
Amarronadas praderas, con el pantano de Escarra en el fondo, y todo un murallón de peñas al descubierto con sus enormes farallones, que nos sorprenden por sus caprichosos cortes, quebradas y gargantas, dejando entre sus intermedios unos aislados morrillos, crestas, obeliscos y mogotes de figuras extrañas, como si estuviesen dispuestas para decorar todo un mundo lleno de fantasías y cuajados de visiones. La vuelta hasta introducirnos en La Selva es muy pintoresca y amena. (Ver post de entrada: “Ruta al Ibón de Piedrafita”).
No podían faltar en el cuadro paisajístico, los pitones volcánicos andesíticos de los picos de Midi d’Ossau (2884 m) y la Punta de Anayet (2574 m), esos dos hermanos gemelos. (Ver posts de entrada: “Ruta de subida al Refugio de Pombie – Pico Midi d’Ossau” y “Subida a los Ibones de Anayet”).
La bajada por el interior de la Selva de Sallent, que cierra la circular, es una pasada: dominan las hayas, acebos, serbales, pinos, … todo un refugio para las distintas especies de animales. Un camino bien señalizado y sin problemas, que al final se convierte en una antigua pista de saca de madera (este fue un lugar de fuerte extracción maderera).
Un camino muy recomendable, que hay que tomar con tranquilidad para disfrutar de la naturaleza y de los bellos paisajes. Si el día es claro, el espectáculo está asegurado.
Una gozada Santiago, la ruta, las fotos y tus comentarios. Enhorabuena y gracias
Gracias Arturo. Todo un halago viniendo de ti. Un abrazo.