Ruta entre La Puebla de Castro y Torreciudad
Una ruta circular, con inicio y final en La Puebla de Castro, pasando por Ubiergo, Bolturina, El Tozal Gordo y Torreciudad, ajustándonos, en parte al trazado de la Etapa 07 del GR-17.
8-dic-2021 — Distancia: 17,14 km — Desnivel acumulado: 508 metros
Estamos en lo que podría considerarse como la línea divisoria entre el llano y la montaña, un territorio perteneciente a lo que es la región Subpirenáica, que nada tiene que ver en cuanto a su aspecto con la más al norte de la Pirenaica. Nos hallamos en lo que es la parte más occidental de la Sierra de Ubiergo y sus estribaciones que es cortada por el río Cinca, reconvertido en ese gran almacén de agua que es el embalse de El Grado.
La Puebla de Castro, ha sido el inicio y final del bonito recorrido de hoy, que, durante un buen tramo, se ha ido ajustando al trazado de la Etapa 07 del GR-17, entre La Puebla de Castro y El Grado. Un sendero bien señalizado hasta el Santuario de Torreciudad, lugar donde lo hemos abandonado para completar la circular por una pista bajo un espeso bosque de replantación en lo que es la Obaga de Bolturina y acabar dando la vuelta a la Peña Solans (o Tozal de Bolturina), disfrutando, a su vez, de las vistas de un abrupto y espectacular barranco cuyas laderas se hallan tapizadas de carrascas y caixigos, en lo que se suele llamar ‘la Selva de Secastilla’.
Durante el recorrido, la climatología ha sido variable, hemos tenido de todo un poco: lluvia, viento, sol y hasta nos ha nevado. El primer tramo de la caminata, entre La Puebla de Castro y el Tozal Gordo, pasando por las ‘Serrafinas’ ha sido ‘divertido’ en cuanto a condiciones climáticas.
El panorama que se divisa desde los altos de este interfluvio entre los ríos Ésera y Cinca, entre los pantanos de Barasona y El Grado —que podrían unirse a través de los barrancos de Resordi y de la Fuen—, no resulta tan pintoresco ni placentero como lo puede ser el más pirenaico; por aquí el terreno es más árido y sombrío, no existen altos picos rodeados de neveros y acompañados de inmensas moles montañosas, es menos grandioso e imponente, aunque también tiene su prurito. Por lo regular, los montes son oscuros y en forma de cordal, con desiguales alturas y casi siempre con cimas o lomas redondeadas; tampoco se prodigan los abruptos valles cubiertos de frondosos bosques y extensas praderas, por donde se despeñan furiosas torrenteras… por aquí las laderas son más suaves y surcadas de secos, estrechos y tortuosos barrancos, en cuyos remates finales suelen asentarse pequeños pueblos cercados por humildes y estrechas fajas de cultivo, muchas veces limitadas por anchas filas de bojes, jóvenes carrascas u otros arbustos.
Los erizados cordeles montañosos y rocosos de esta región Subpirenáica, acostumbran a ir en sentido perpendicular acompañando los cauces de los principales ríos. De vez en cuando se interponen algunas sierras, como ocurre con esta de Ubiergo o la cercana de La Carrodilla, como intentando distinguir o hacer de separación con las tierras llanas. La Sierra de La Carrodilla, pelada y riscosa ella como una mole un tanto blanquecina, se divisa bien desde las tierras bajas.
La Puebla de Castro
Inicio y final de la caminata de hoy. Visitado en repetidas ocasiones y sobre las que hay varios posts de entrada en el Blog:
- Un paseo por La Puebla de Castro
- Ruta Olvena – La Puebla de Castro – Graus
- Ruta circular por la Sierra de Ubiergo
- Ruta hasta el Forau de Caballera / Cueva de las Campanas
- Ruta entre Lumbierre y la Presa de Barasona
Ubiergo
Pequeña población perteneciente al municipio de Secastilla, en el que destaca su iglesia parroquial de Santa Ana (siglo XII). Un núcleo urbano bien conservado, a medio camino entre La Puebla de Castro y Bolturina.
Un poco antes de entrar en el pueblo, se halla ubicada la Bodega Obergo, cuyos vinos forman parte de la denominación de Somontano.
Bolturina/Bulturina
(El ‘secreto’ de Bulturina, que desde Ubiergo se sentiba). Un pueblo que fue y que ya no es nada, dejó de existir… no quedan ni los restos, tan solo las ruinas de su otrora iglesia parroquial de Santa Ana (siglo XVI). Las campanas desaparecieron hace tiempo, dejaron de tocar porque no había nadie que las volteara.
Un pueblo que, a principios del siglo XX, llegó a tener casi un centenar y medio de habitantes y en los comienzos de la década de los 70 aún quedaban viviendo alrededor de sesenta personas, cuyo patrimonio fue vendido a Torreciudad y acabar siendo derruido y aplanado. En los mapas, aunque sigue apareciendo su nombre, lo es solo a modo de recuerdo. Da mucha pena pasar por un lugar donde impera la ruina en unos edificios que tanto sacrificio costó a las gentes de anteriores generaciones.
Seguimos ascendiendo por el barranco Muera, que nos llevará primero a La Collada y después al Tozal Gordo. Un barranco que todavía conserva el recuerdo de los bancales que lo escalonaban, aunque han sido absorbidos por la vegetación y van siendo modelados de nuevo por la erosión.
El paisaje que se domina desde El Tozal Gordo es espectacular, un lugar donde se practica el parapente. Las llanuras del Somontano, los valles del Cinca, Ésera e Isábena, el cordal pirenaico, la sierra de Guara… Vale la pena subir aquí en un día despejado.
La bajada hasta el Santuario de Torreciudad, la hacemos por la marcada senda del GR-17, desde donde iniciamos la vuelta para cerrar la circular. Sobre Torreciudad he publicado varias entradas en este blog, por lo que no me voy a extender más al respecto. Ver:
- Ruta por El Grado y Torreciudad
- Ruta entre Artasona y Torreciudad
- Ruta por El Grado, Artasona y Olvena