Ruta circular por la Ermita de Sis
Ruta circular, con inicio y final en Beranuy, pasando por la Ermita de la Virgen de Sis y teniendo como eje central de la excursión al abrupto Barranco de Sis.
2-abr-21 — Distancia: 13,23 km — Desnivel acumulado: 716 m
En sus comienzos la temperatura era baja, pero, con la que teníamos por delante, pronto íbamos a entrar en calor. Verticales paredes de conglomerado y escarpados barrancos nos esperaban.


Una marcada y pedregosa senda asciende rápida bajo unas casi perpendiculares paredes rocosas en busca de los recovecos, desapareciendo y volviendo a reaparecer un poco más allá; a veces por entre unos desarrollados arbustos de boj, a veces junto a laderas de compacto arbolado y de hierbas aromáticas. Las vistas cada vez son mejores sobre el valle y los pueblos cercanos.


Una buena visión de la iglesia parroquial de Santa Eulalia, de Beranuy (siglo XI/XII), así como del caserío que desciende hasta el río, tenemos bajo nuestros pies.


Llegados a lo alto, nos desviamos hasta el cercano mirador del Mallo, para disfrutar de las excelentes vistas del valle y los pequeños pueblos que lo conforman, así como comprobar la profunda grieta excavada por el barranco de Sis y por la que más tarde pasaremos.


Ante nosotros la atormentada geografía del Congosto de Obarra y de las estribaciones del Puerto de las Aras, un impresionante marco que favoreció la creación como lugar de culto del Monasterio de Santa María de Obarra.


Un territorio olvidado por los poderes del norte y del sur, durante la invasión musulmana, y que llegó a convertirse en refugio seguro de unas gentes que no estaban dispuestas a asumir la desaparición del antiguo régimen visigodo. La ausencia de musulmanes por estas tierras, se debió a lo escarpado y pobreza del mismo.


A partir del siglo VIII, comenzaron a llegar gente foránea y a mezclarse con los nativos, dando como resultado a una nueva clase de sociedad, embrión de lo que iba ser más adelante la creación del territorio ribagorzano y que, a finales del siglo X ya resultaba ser un Estado bien protegido, aunque excesivamente sometido a los monjes y militares.


Desde el mirador, se puede ver con claridad al pequeño pueblo de Roda, un lugar donde en el siglo X llegó a consagrarse la iglesia-madre de Ribagorza: la Catedral de Roda. Un sitio conquistado recientemente y que, hasta entonces, había sido ajeno a la mitra de Urgell, además de contar con una buena posición estratégica y estar cerca del Valle Ripacurcense.

Nos acercamos hasta las Bordas de Beranuy, pequeños edificios en lo alto del monte, que servían como refugio de las inclemencias del tiempo para la gente que por allí trabajaba y para guardar las cosechas de los cultivos. Unos estrechos y reconquistados bancales por una vegetación incontrolada, son testigos mudos de otros tiempos: las patatas, eran una de las principales producciones.


Una agradable senda, por entre espesa vegetación arbórea, y también arbustiva, nos bajará desde las bordas hasta nuestro objetivo de hoy: la Ermita de la Virgen de Sis.

La Ermita de la Virgen Sis, del siglo XII, algo restaurada, nos espera en el fondo del barranco. En otros tiempos, custodiada por un ermitaño, hoy sola y aburrida, con el rumor constante de las aguas saltarinas en el cauce del cercano barranco.

Para cerrar la circular, cruzamos el lecho del arroyo y seguimos por una bonita senda, a veces bastante aérea, que nos bajará hasta los aledaños de Pardinella. Espectacular el descenso, disfrutando de los verticales afloramientos de materiales conglomerados excavados por las aguas, alternados con un espeso arbolado de pinos, algunas hayas y bojes.


Los orígenes de la Sierra de Sis, con sus grandes mantos de conglomerados, se remontan a épocas del Oligoceno (hace unos 35 mills/años), en los que, de vez en cuando, sobresalen espectaculares mallos. La sierra puede considerarse como una especie de ‘cerro testigo’, de lo que fue el recubrimiento detrítico en sus principios, antes de que la erosión excavara y diera forma a los profundos barrancos y valles que hoy podemos contemplar.


Una vez que el río Isábena consigue salvar el congosto, sus aguas se ajustan a una sinuosa marcha por entre un valle que va ensanchándose y donde desembocan unos grandes barrancos que denudan de continuo las ramificaciones de las laderas orientales del Turbón así como de los barrancos de Castrocit y Sis que han excavado las escarpadas estribaciones de la Sierra de Sis. Aguas abajo, pasados ya Beranuy y Pardinella, a la altura de Villacarli, el territorio deja de tener la apariencia de región pirenaica para dar comienzo a la Subpirenaica y que lo separa de las tierras llanas.


Por último, tomamos el GR-17, que nos lleva al punto de inicio, en Beranuy.

Paso enlaces a otras entradas del Blog, de otras rutas hechas por estos alrededores:
- Ruta entre el Monasterio de Obarra y Beranuy
- Ruta entre Villacarli y Beranuy
- Ruta entre Ballabriga y Beranuy
- Ruta entre Pardinella y Beranuy
- Ruta por Pardinella y La Puebla de Roda
- Ruta circular por Las Vilas del Turbón y el Puerto de las Aras
- Ruta por el Congosto de Obarra