Ruta entre Camporrells y Baldellou, por el congosto
Ruta de ida y vuelta entre Camporrells y Baldellou, pasando por el Congosto del Regué —también llamado de Baldellou—.
6-dic-2021 — Distancia: 16,84 km — Desnivel acumulado: 372 m
Visita de nuevo a la Comarca de la Litera, que hacía ya un tiempo que no la pisábamos, y qué mejor reencuentro que recorrer el bonito Congosto del Regué (Congosto de Baldellou), un entorno natural de piedra caliza y altas paredes, que se remontan a tiempos de entre las épocas del Cretácico y del Eoceno (145/55 mills/años). Una mañana bastante fresquita y con algo de escarcha en un principio, pero quedándose al final un día agradable y despejado.
Otras rutas ya hechas por el entorno son:
- Ruta por Camporrells y Baldellou (por la ermita de los Santos Mártires)
- Ruta Baldellou – Castillonroy
- Ruta entre Camporrells y Estopiñán del Castillo
Camporrells
Ya hemos visitado en varias ocasiones su pequeño y arreglado casco urbano, de calles estrechas y origen medieval, en el que sobresale su iglesia parroquial de advocación a San Pedro Apóstol (siglo XVIII).
Un sendero bien marcado y señalizado como L-19, nos servíra de guía, que tomamos en el mismo centro del pueblo. Pasamos por el puente de la Roda, en el barranco del Regué, y por la fuente del Molino.
El camino nos lleva primero por entre campos de cultivo para más reconvertirse más adelante en una estrecha senda que atraviesa apretados y desnudos bosques de caixigos.
Congosto del Regué o de Baldellou
Todo un ecosistema desconectado del exterior, con especies rupícolas propias; un estrecho desfiladero de ambiente restringido con abundante vegetación, más fresco y húmedo que las zonas que lo circundan, excavado por las aguas de un barranco o pequeño río.
El río Pedriza, que desemboca en el cercano Noguera-Ribagorzana, una vez pasado Baldellou, ha hecho aquí un inmenso trabajo al cortar este macizo de calizas eocenas y ricas en diminutos fósiles. Muchas oquedades en sus paredes, donde habitan buen número de rapaces.
En el interior del congosto existe el diminuto Pantano de Baldellou, de poca capacidad, pero que sus aguas han servido, y sirven todavía, para regar algunas de las tierras del pequeño valle que se abre a la altura del pueblo de Baldellou. La presa está recubierta de vegetación y totalmente mimetizada con el entorno.
Un escaso reguero de agua sobresale por lo más alto de la presa, cuyo escaso caudal y sus pequeños saltos le dan un carácter un tanto especial y mágico al estrechamiento de las paredes en el desfiladero.
Antes de llegar a Baldellou, nos acercamos a la ermita de Vilavella, que data del siglo XIII/XIV, aunque está bastante restaurada y con un porche de obra nueva cubriendo su entrada; sobre el portal de entrada a la ermita hay una peana o ménsula con la inscripción: 1669.
Baldellou
Accedemos al pueblo a través del GR-23 (con el que hemos conectado nada más salir del congosto), el cual se ubica sobre lo alto de un cerro dominando el valle que se abre entre las Sierras de la Voltería y San Salvador.
Recorrer las calles de este cuidado y bonito pueblo es una gozada, cuyo nombre podría derivar de Val de Lou (‘Valle de Lobos’).
Calles estrechas, de portaladas y fachadas bien conservadas, con grabados y dibujos, además de piedras incrustadas. En una de las fachadas hay una caracola petrificada, que bien tendrá unos cuantos millones de años, de cuando las aguas de los mares inundaban la zona.
La Torre de Pubill (siglo XV), es el edificio más sobresaliente de la población. Una torre exenta y aislada, de ventanales germinados con parteluz. Parece ser, estuvo habitada hasta bien entrado el siglo XX.
La iglesia de La Asunción de Nuestra Señora (siglo XIII), también es otro de los edificios representativos.
Pasear por sus calles, bajo el pasadizo de Casa Albano (siglo XVIII) entre las calles del Medio y Abajo, o escrutar el resto de casas y sus adornos, con muchas portadas de entre los siglos XVII/XIX, es un placer. ¡Volveremos otra vez!…