Ruta circular por Naval
Ruta circular con inicio y final en Naval, pasando por el pueblo de Salinas de Hoz, la ermita de Santa Quiteria y el salinar de Naval.
20-jun-2021 — Distancia: 16’00 km — Desnivel acumulado: 502 metros
El día amaneció amenazador; negros nubarrones que, un poco antes de empezar, descargaron un buen aguacero haciéndonos dudar sobre la conveniencia o no de iniciar la marcha. Al final acertamos con la decisión y la verdad es que nos salió una bonita ruta.
Naval
Mientras se estabilizaba un poco el tiempo y tomábamos la determinación de caminar, hicimos un recorrido urbano por la localidad. Un pueblo que ya conocíamos de otras veces, aunque ahora acompañados de María José, buena navalesa y compañera de caminatas y que, en este caso, nos hizo también de guía.
Su casco urbano se desarrolló por lo que es la parte baja del viejo barrio de Cotón, teniendo a una asimétrica Plaza Mayor como epicentro de su actividad económica y cultural, abriéndose hacia la plaza una galería de porches bajos, algunos adintelados otros con arcos rebajados, justo en el lado del Ayuntamiento.
El barrio de Cotón, que es el más antiguo del pueblo, se desarrolla alrededor de la ubicación de su antiguo castillo, ya desaparecido. Su estructura es la típica de las juderías: calles estrechas, pasadizos y casas que se comunican entre sí por lo alto, arcos adaptados al relieve del terreno y que comunican distintas calles, … En este coqueto y bien conservado barrio, destaca la capilla de San Antón (siglo XVII).
En la calle Nueva, se halla la iglesia de San Sebastián, del siglo XVII, edificada en su honor por ser abogado de la peste. Un templo dedicado a los Santos Fabián y Sebastián, que son los patronos del pueblo y cuya festividad se celebra el 20 de enero.
Visita obligada es el <Alfolí>, un almacén de sal que data del siglo XIII, muy cerquita de la Plaza Mayor. Hoy no estaba abierto, pero si tuve la suerte de visitar en otra ocasión.
Mención especial tiene la Colegiata de Santa María La Mayor, declarada Monumento Histórico-Artístico, a cuyo interior accederemos en una próxima visita. De construcción renacentista (siglo XVI), ubicada en lo más alto del pueblo dentro de lo que fue el recinto fortificado del castillo y sobre los restos de una antigua mezquita (no hay que olvidar que Naval se hallaba en la frontera más septentrional de lo que fue el distrito o provincia árabe de Barbitaniyya).
Un robusto campanario de tres cuerpos bien diferenciados, preside la Colegiata. El primero de planta cuadrada y construido en mampuesto; el segundo cuerpo de ladrillo y con motivos decorativos, que hace las funciones de campanario; y el tercero y último, de planta octogonal rematado por un chapitel y con garitones en cuatro de sus esquinas.
Un lugar donde proliferaron los <Alfares>, y que llegaron a superar la cifra de veinte en otros tiempos, remontándose a la época musulmana. Arraigados desde muy antiguo, tuvieron mucha importancia en el desarrollo de la villa, junto a las salinas. Su alfarería vidriada, con distintos tipos de ornamentaciones, fue muy apreciada; también lo fueron las <ollas>, consideradas como la ‘vajilla del fuego’, esas piezas de uso doméstico también vidriadas con barniz plumbífero, que se utilizaban para cocinar, contener alimentos y servirlos en la mesa. Paralelo a esta actividad, hubo otra de gran importancia: <los arrieros>, que eran los encargados de su transporte a otros lugares y que se extinguieron al cambiar los modos de vida.
No faltó la visita al lavadero, cuya construcción data del año 1918. Se reconstruyó al hundirse su techumbre en 1948. Aquí lo tienen bien conservado, no como en otros pueblos que los dejaron caer o derribaron porque decían ‘no servían para nada’, ¡hay algunos que son lumbreras!
Comenzamos el recorrido siguiendo las marcas del GR-1, que nos llevará hasta el desvío entre Colungo y Salinas de Hoz. Tenemos que cruzar el río Llastre, que hoy bajaba con un poco más de agua de lo normal. El camino nos lleva hacía lo que llaman las Valdarazas/Baldarazas, donde destacan unos espectaculares farallones y donde, dicen, aparecieron restos arqueológicos de la Edad de Bronce. En un principio, la subida es pronunciada, hasta alcanzar una masa boscosa de repoblación de pinos.
Nos hallamos en la parte meridional de lo que se considera la región central pirenaica, en las estribaciones de la Sierra de Arbe y que hace de línea divisoria con la Tierra Llana. Al este tenemos el embalse del Grado en el río Cinca y la Comarca de Ribagorza; al oeste los límites del Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara y de lo que es Parque Cultural del río Vero. Estamos en lo que es una cubeta bien excavada y encajada que recoge las aguas de los barrancos que bajan de las sierras de Arbe y San Benito, además de las estribaciones de Platiello, para acabar vertidas al río Llastre y después al río Cinca.
Sucesión de bancales escalonados, con almendros y viñedos, muchos en estado de abandono y colonizados por una vegetación descontrolada. También proliferan los quejigos, mezclados con encinas y pinar, dominando las zonas frescas y las vaguadas.
Salinas de Hoz
Superado el desvío que nos hubiera llevado a Colungo, nos acercamos a este pequeño pueblo, ubicado en lo alto del cerro, a modo de atalaya sobre las inmensas llanuras del Somontano.
Estrechas calles nos conducen hasta la iglesia, Santa María de la Magdalena, que se halla en lo más alto, la cual nos sorprende por su forma; sería una lástima que no se procediera a una adecuada conservación. Se nota que aquí hubo un tiempo en que corría el dinero proveniente de la explotación de las salinas, que hoy están en desuso y abandonadas.
Es pequeño el pueblo, pero poco importa, en cualquier rincón o en alguna callejuela sin salida, siempre hay una portalada grabada y decorada con algo emblemático o heráldicas flores.
Seguimos ruta. Nos dirigimos a la ermita de Santa Quiteria, que se halla junto a los pocos restos que quedan del castillo Piedra Pisada. Domina el pueblo de Naval desde lo que es la margen derecha del río Llastre y está construida en el siglo XVI, un lugar por donde hay algunas trincheras de la pasada guerra incivil y que ya visitamos.
El Monte de Santa Cruz y la espléndida, y siempre vigilante, ermita de la Dolores (siglo XVIII) nos contemplan, ya no los perderemos de vista. Un lugar de gran devoción, ya no solo del pueblo de Naval, sino donde también acuden muchos pueblos de la redolada a sus romerías.
Llegamos al Salinar de la Rolda, un lugar ligado a la historia del pueblo. Hay constancia de que en el siglo XI ya se explotaban, aunque, a buen seguro, se podría remontar a muchos siglos atrás. La sal, un producto de gran valor en otras épocas. En los últimos tiempos han conseguido revitalizarlo gracias a los nuevos usos de baños de talasoterapia, que tienen gran aceptación.
Naval, pueblo natal de mi abuela materna, al cual le tengo un gran aprecio. Lo he visitado en varias ocasiones y seguiré haciéndolo, pues siempre me sorprende. Otras entradas en el blog sobre Naval, aunque hay hechas algunas rutas más pero no publicadas:
- Ruta entre Naval y Lamata
- Ruta entre El Grado y Naval
- Ruta entre Abizanda y Naval
- Ruta por Naval – Salinas de Hoz – Hoz de Barbastro