Ruta circular por el Valle de Castanesa / Baliera
Ruta circular por el Valle de Castanesa, teniendo al río Baliera como eje central de la misma y alternando el GR-18 con el llamado ‘Camino de la montaña’
5-sep-2021 — Distancia recorrida: 12 km — Desnivel: sobre 600 m
Un paseo con inicio y final en el pueblo de Castanesa, en el que se recorren las dos márgenes del río con visita a los pequeños núcleos urbanos de Ribera, Denuy y Fonchanina, además del lugar deshabitado de Siscarri. Comienzas la ruta y te paras a observar la ladera de la margen contraria, por donde pasaremos dentro de un rato, y parece imposible que pueda haber un sendero que te lleve por allí, aunque nuestra perspectiva cambiará a medida que vayamos realizando el recorrido.
Estamos en la Comarca de Ribagorza, en un precioso valle de origen glaciar, encajonado entre los valles de Barrabés —en el Noguera Ribagorzana— y el del Alto Isábena —surcado por el río Isábena—, separados, en ambas márgenes, por una sucesión de tucas y collados. El color verde es el que impera, bajo distintas tonalidades, de lomas suaves y fondo más o menos llano al final, aunque en su tramo intermedio, se produce un acusado estrechamiento y las laderas se hacen más pendientes. La vegetación es frondosa. Hacia el sur, los montes se suavizan antes de llegar al encuentro de esa especie de pasillo o línea de separación entre la Zona Axial pirenaica y las Sierras Interiores y que va de Montanuy a Castejón de Sos.
El eje central de esta circular, es el río Baliera, que se ha ido abriendo paso sobre pizarras devónicas y carboníferas de la era Paleozoica y unos 400 mills/años; las bravas y saltarinas aguas que por aquí descienden, han sido aportadas por la serie de arroyos que bajan desde los altos collados. El rumor es constante.
Antiguos caminos de comunicación entre los pueblos del valle, con sus viejas paredes de piedra y bien conservados todavía en algunos tramos, son los que vamos a utilizar hoy. La primera parte, entre Castanesa, Ribera y Denuy, señalizado como GR-18, y una segunda parte, entre Denuy, Siscarri y Fonchanina, por lo que es el llamado ‘Camino de la Montaña’; para el retorno final hasta Castanesa, iremos por la estrecha carretera que nos deparará unas excelentes vistas.
Un valle bastante despoblado, apartado de las tradicionales vías de comunicación como si fuera un ‘fondo de saco’, aunque, durante muchos siglos ha sido utilizado como zona de pastos por la bondad de sus alegres y vistosas praderas que tapizan el fondo y las lomas del valle. (Existen referencias del siglo X que aluden a la llamada Vía Carrale, una cañada que una vez había remontado la Sierra de Sis, se trifurcaba hacia los puertos de Boí-Taüll, la Val d’Aran o a estos montes de Castanesa. Un territorio que, en invierno, cambia totalmente su paisaje al estar cubierto de nieve.
Ribera
Pequeño núcleo urbano ubicado a orillas del río Baliera, una vez has finalizado la bajada desde Catanesa por el GR-18. Bien conservado y bastante restaurado.
Denuy
Se llega desde Ribera, siguiendo las marcas del GR, por el antiguo camino. Es una subida bastante llevadera, con algún que otra umbría bajo espesa vegetación y algún árbol caído que supone un obstáculo.
El pueblo está al abrigo de los tozales de Pauls (1907 m) y La Ralla (2324 m), con buenas vistas sobre el fondo del valle y montes que lo circundan.
Destaca la iglesia de San Caprasio (siglo XVI), donde cogeremos el sendero del llamado ‘Camino de la Montaña’ —lo que es el PR HU-100—, un camino que subiendo a mitad de ladera de la margen derecha del río Baliera comunicaba con todas las bordas y que, en otros tiempos, estuvo muy vigilado por echarse al monte por allí y esconderse las gentes que estaban en contra de los poderes establecidos, donde se mantenían ocultos planificando sus correrías.
El ‘Camino de la Montaña’, nos llevará hasta la palanca de madera para cruzar el río y subir a Fonchanina; pero antes, pasaremos por el lugar abandonado de Siscarri, donde se halla una vieja casa acompañada de sus edificios auxiliares.
El sendero transcurre a media ladera, fundiéndose en el paisaje sin destruir nada y sin interrumpir las rutas migratorias de los animales. Bajo nuestros pies, discurre el río por un estrecho y profundo congosto. Bellas vistas. Es un camino que se transforma a veces es una estrecha senda y en otras se ensancha, atravesando bellos parajes con apretada vegetación: los sonidos de la civilización apenas se perciben, tan solo se oyen aquellos que, posiblemente, ‘jamás habías llegado a oír’, como son los rumores del agua en el fondo del estrecho, el temblequeo de las hojas de los árboles movidas por pequeñas corrientes de aire; las aves posándose sobre las copas de los árboles disponiendo de unas vistas que nosotros no tenemos desde el suelo, y el fuerte aleteo de las mismas en su apresurado despegue al asustarse; el crujir de la hojarasca a nuestro paso o al de algún otro animal;… El bosque no supone ningún problema para los animales.
Si hasta Siscarri, el camino había sido bonito, la senda de bajada hasta el río es preciosa. Todos los senderos se parecen entre sí, están regidos por una misma lógica, independientemente de su distancia, su monumentalidad o su modestia. Aprendes el origen de los mismos y su porqué, intentas saber un poco más sobre las personas que por allí pasaban y su percepción social, y son un compendio de relatos sobre los trabajos y el vital sustento, además de los deseos exploratorios o migratorios.
Fonchanina
Una vez abandonado el ‘Camino de la Montaña’ y cruzado el río, que al no llevar mucha agua fluye menos ruidoso que otras veces, la senda se empina describiendo una serie de fuertes lazadas hacia arriba, cubierta en buena parte por árboles caducifolios que en verano solo te permiten ver ese impenetrable muro de hojas verdes y en invierno sí te permiten la visión de las laderas de los montes cercanos y el fondo del barranco.
Poco a poco, el terreno se nivela y se va abriendo el paisaje, se avistan algunos prados verdes, estamos llegando a Fonchanina, un pueblo adonde llega el asfalto, pero, a partir de aquí, las pistas rodadas son las que mandan, es el último núcleo antes de llegar a las bordas y las zonas de pasto. La iglesia de San Antonio (siglo XVIII) es el edificio más representativo. Una población prácticamente sin habitantes, pero con unos edificios muy bien conservados.
La vuelta hacia Castanesa, la hacemos por la carretera.
Una excursión recomendable, que, a pesar de sus desniveles acumulados, no es muy exigente, que nos permite disfrutar de los senderos y del paisaje, dos factores unidos de forma irrevocable, con la particularidad de que, al ser una ruta circular, se puede iniciar desde el punto que nos dé la gana, al no tener principio ni final.
Paso el enlace de otras rutas hechas por los alrededores:
- Ruta por el Valle de Castanesa
- Ruta por el municipio de Montanuy
- Ruta por Bonansa, Castarné y Bibiles
- Ruta circular por Laspaúles
- Ruta circular del Tozal de Puntons en Laspaúles