Puertos o pasos de montaña
¡RIBAGORZA!…
Puertos o pasos de montaña del Pirineo. En la foto, ‘Portillón de Benasque’.
Serpeantes e intricadas sendas nos llevan hasta ellos, tras atravesar espesos bosques y salvar grandes peñascos. Praderas de hierbas cortas, densas y fuertes, donde pastan los ganados, tapizan las empinadas laderas. La masa delimitadora de pinos negros quedó muy abajo. Algún que otro ibón con sus escorrentías y murmullos que vienen a conformar escarpados y abruptos barrancos.
Antaño lugares de paso obligado entre dos países o comarcas. Puertas húmedas de unas fronteras casi perfectas de esos inmensos costurones como son los colosos de piedra levantados y plegados por las fuerzas tectónicas. Barreras objeto de muchas miradas, de esperanzas y tantas inquietudes a lo largo de los siglos, para tan variadas ambiciones de toda suerte de hombres: guerreros, aventureros, contrabandistas, viajeros, curiosos de las maravillas de la naturaleza, exploradores de lo desconocidos, … y muchos pesares huyendo del pasado.
Magnífico sitio para descansar, antes de proseguir la marcha. Te sientas sobre un saliente rocoso y absorbes el aire puro y sutil de las alturas a pleno pulmón. La mirada se desliza a través de los dilatados horizontes y brillantes panoramas que desde aquí se otean: algunas nubes a nuestros pies, grandes bosques que se confunden entre matas pequeñas, pueblos a modo de agrupadas piedras labradas, prados y campos como cintas diminutas de variado verdor, saltarines barrancos como hilos delgados plateados, pecas blanquecinas de manchas de nieve con el fondo gris de las rocas, …
(marzo-2022)