Ruta por el Valle de Bujaruelo, curso del río Ara
Una ruta de ida y vuelta por el Valle de Bujaruelo, entre San Nicolás de Bujaruelo y el comienzo del Valle de Cerbillonar, siguiendo el curso del río Ara.
19-jun-2019 — 15’7 km de recorrido — 621 m de desnivel acumulado
La primera vez que nos adentramos en este espectacular Valle de Bujaruelo, fue en julio del año pasado, siguiendo las marcas del GR-11 entre el Puente de los Navarros y San Nicolás de Bujaruelo. Queríamos conocer un poco más este antiguo valle glaciar y continuando con las señales del citado sendero pirenaico por las márgenes del río Ara hemos llegado hasta los comienzos del Valle Cerbillonar, a los pies del mismo pico Vignemale / Comachibosa (3299 m).

Ver entradas de las rutas realizadas por este valle:


Iniciamos el paseo en la pradera delante mismo del refugio de montaña (1338 m) y de las ruinas de la ermita de San Nicolás (siglo XIII), junto al emblemático y robusto puente de piedra (siglos XII/XIII) que facilita el acceso a la senda de subida al puerto de Bujaruelo, antiguo lugar de paso con el país vecino y testigo mudo de muchas vicisitudes a lo largo de la historia.


Una vez cruzado el puente y siguiendo las marcas del GR-11, pasaremos por las verdes praderas de El Fenal y Laña Larga con abundantes arbustos de boj bien desarrollados, hasta encontrar la pista de subida que acaba en el refugio de Ordiso, que nos llevará bajo un espeso hayedo.


Río Ara
Eje central de nuestro recorrido, que no hemos abandonado en ningún momento. Puede considerarse como el gran señor del Pirineo aragonés, con un recorrido salvaje de casi 70 km para salvar un desnivel superior a los 2000 m desde su nacimiento en el llamado Circo del Ara formado por los picos Meillón (2930 m), Tuca Blanca (2766 m), Puy Zerbán (2808 m), Pic Né (2693 m), entre otros, en lo que es el potente macizo de Vignemale / Comachibosa.

Creador de bonitos paisajes y ecosistemas, todo un corredor ecológico que conecta las montañas del Pirineo con el río Cinca en lo que es la cola del embalse de Mediano. Su cauce no ha tenido que soportar grandes presiones de tipo antrópico, por lo que su proceso natural ha tenido escasas alteraciones.


Su régimen hidrológico es del tipo ‘nivo-pluvial’. En lo que es su curso alto, el cauce discurre por el fondo del valle que fue modelado por un potente glaciar a finales del Cuaternario y encajonado entre angostas gargantas fluviales excavadas en las calizas. El agua baja a gran velocidad, sorteando grandes bloques de piedra y creando pequeñas cascadas. El murmullo de los caudales es constante.


Una vez superado el refugio de Ordiso, enfrente de lo que es la entrada al valle del mismo nombre —que tenemos pendiente de visitar— y al espectacular salto de agua que forma el río Ordiso antes de su encuentro con el Ara, tomamos una senda que nos va a introducir en un valle de laderas desprovistas de vegetación arbórea o arbustiva, con un cauce muy expuesto. Ambas márgenes del río son pastos de alta montaña.


El impresionante macizo de Vignemale / Comachibosa en la margen izquierda del río Ara. La del lado derecho está custodiada por una serie de picos y laderas que hacen de separación con los Baños de Panticosa con un buen número de ibones entremedio. Arroyos y torrentes de aguas frías y cristalinas bajan caudalosos desde las cumbres con elevadas pendientes.


Un bonito recorrido, donde se pueden apreciar claramente los distintos pisos alpinos. El hábitat que hemos visitado hoy —sobre todo hasta la confluencia con el valle de Ordiso—es el típico ribereño formado por unos bosques de ladera que llegan hasta la misma orilla del río. El ambiente montano es húmedo, con espesos bosques mixtos de hayas y tejos, además de pinares musgosos y praderas humedecidas, donde se pueden encontrar ricas variedades botánicas con predominio de serbales olmos, fresnos, sauces, avellanos, fresas, bojes, …; un sotobosque muy bien desarrollado.


La visita al Valle de Bujaruelo puede dar mucho de sí. Queda mucho por recorrer… y lo haremos poco a poco.

