Ruta por el Congosto de Obarra
Agradable este recorrido por la parte alta del Congosto de Obarra, entre el río Blanco, poco antes de verter sus aguas al río Isábena, y la pequeña localidad de Ballabriga, hoy prácticamente deshabitada aunque no abandonada, pues existen bastantes casas rehabilitadas, lo que demuestra que es un lugar para los fines de semana o épocas vacacionales. Muy bonito el entorno paisajístico.
El itinerario de hoy, 10 de abril de 2015, está señalizado como GR 17, entre Ballabriga y su conexión con el GR 15 junto al río Blanco. Es el antiguo que se utilizaba para remontar el valle del Isábena y poder acceder a los pueblos de Espés, Alins, Bonansa, ….. ya que no existía la carretera que ahora discurre por el fondo del congosto junto al cauce del río Isábena.
El camino, que todavía se halla empedrado en buena parte demostrando la importancia que esta vía de paso llegó a tener en épocas pretéritas, atraviesa zonas muy escarpadas que supondrían bastante peligro para los animales de carga y que, seguramente, se habrán producido más de alguna caída al vacío de machos o burros con su apreciada carga. Durante el recorrido, comentamos entre los participantes de la marcha, que si el camino pudiese hablar a buen seguro nos podría contar historias y vicisitudes de todo tipo que hayan podido acaecer durante su tránsito. Algunos de sus tramos se aprecia como han sido “cortados a pico” para poder facilitar el paso, destacando el llamado “Paso de la Croqueta” que, una vez se ha atravesado, da comienzo a una pronunciada bajada hasta el pueblo de Ballabriga y nos deleita con una nueva visión del valle del Isábena y la impresionante sierra de Sis cercándolo por su margen izquierda.
Las vistas sobre el congosto son espectaculares, con paredes casi verticales de algunos centenares de metros y que parecen cortadas a cuchillo, las cuales llegan a conformar una estrecha garganta por donde discurren las aguas bravas del río Isábena. Es, además, una interesante ruta ornitológica en la que se prodiga una abundante vegetación con abundantes quejijos, pinos, arbustos de boj, etc.
Llama la atención el aprovechamiento del terreno para uso agrícola. Cualquier pedazo de tierra susceptible de cultivo se utilizaba, aunque lo fuera en lugares tan inhóspitos como estos.
En estos abruptos terrenos tuvo sus orígenes el Condado de Ribagorza, el cual, junto a los territorios del Valle del Aragón y Sobrarbe, fue germen de lo que luego sería, a partir del siglo XI, la creación del llamado Reino de Aragón, que, dicho sea de paso, no fue producto de un movimiento nacionalista que trataba de recuperar una remota independencia perdida, sino que fue obra de un hombre con gran talento político, Ramiro I, quién supo imponer su autoridad sobre unos territorios muy plurales y heterogéneos.
Una vez finalizado el congosto, se halla ubicado el Monasterio de Obarra, un lugar que resultó ser de gran importancia para el Condado de Ribagorza durante la Alta y Plena Edad Media.
El pueblo de Ballabriga (“briga”: disinencia céltica que nos indica pueblo o ciudad), final de nuestra ruta de hoy, a pesar de su actual situación casi de olvido, tuvo su gran importancia durante la Edad Media, siendo lugar de paso y encrucijada de caminos entre las zonas bajas y altas del valle del Isábena (por el congosto de Obarra), los montes de Calvera y la sierra de Sis y el puerto de las Aras (ya en el Turbón), punto de acceso hacia los distintos valles que confluyen y que dan forma a las vertientes sobre el río Ésera.