Ruta por Pardinella y La Puebla de Roda
Hemos aprovechado un pequeño tramo del GR 18-1, para hacer el recorrido de hoy, 25 de noviembre de 2015, el cual ha ido en paralelo y por la margen izquierda del río Isábena, coincidiendo con la confluencia de los valles de Lierp y del Isábena. El paseo, que ha tenido que sortear algunos desniveles, lo hemos realizado por antiguos caminos y sendas que unían las poblaciones de Pardinella, Biascas de Obarra, el desaparecido núcleo de Fornons, Serraduy y La Puebla de Roda; en total poco más de diez kilómetros por las faldas de la sierra de Sis, con unas excelentes vistas sobre los valles del Isábena y de Lierp, además del siempre majestuoso macizo del Turbón y sierras adyacentes.

El viejo casco de Pardinella (hay un nuevo barrio levantado junto a la carretera) ha sido el punto de partida de nuestra caminata, enclavado justo a los pies de la imponente Sierra de Sis. Existe una ruta circular por esta sierra, entre este pueblo de Pardinella, con Beranuy y la ermita de la Virgen de Sis (ver Ruta Circular 13, de los Senderos de Ribagorza), que no tardaremos en realizar, pues, aunque es un poco dura y exigente con grandes desniveles, merecerá la pena hacerla aunque solo sea por el premio final que conlleva, que no es otro que el poder disfrutar de una excelente vista panomárica del valle del Isábena.






Por los viejos caminos y senderos que discurren por las faldas de esta sierra de Sis, nos dirigimos hasta el pequeño pueblo de Biascas de Obarra, un lugar poco habitado y en el que el abandono y la despoblación se ha cebado con él, con una buena parte de las casas en situación ruinosa, aunque también las hay restauradas.








La sierra de Sis, con sus impresionantes paredes verticales en la que se suceden los “mallos”, forma parte de lo que se considera las “”Sierras Interiores””, una amplia barrera al sur de la llamada “”Zona Axial””, formada por calizas del Período Secundario (unos 200-250 mills/años) y comienzos del Período Terciario (65 mills/años). Los macizos más importantes de estas “”sierras interiores”” son los de Cotiella y Turbón, con unos materiales calcáreos de mucha resistencia, que les ha permitido alcanzar unas alturas bastante importantes.

Después de visitar el pueblo de Biascas de Obarra, iremos ascendiendo hasta el desaparecido Fornons, por el barranco Caixigaré teniendo que pasar por un estrecho paso, dado que la erosión y los derrumbes habidos han dificultado su tránsito, al final, con mucha precaución, no hemos tenido ningún problema. Durante la ascensión, hemos podido divisar al pueblo de Calvera, ubicado en las mismas laderas del Tozal Plá, una antigua población encaramada sobre un cerro a modo de atalaya dominando todo el valle, en el que sobresale una torre-fortaleza (Torre Casa Castell) como restos del antiguo castillo.








Se suceden los bosques de quejigos y alguna que otra carrasca, predominando los aterrazamientos habidos en las laderas para el aprovechamiento de suelos agrícolas o ganaderos, hoy en día prácticamente todo abandonado y en los que, poco a poco, va haciendo acto de presencia la vegetación espontánea. También se prodigan los afloramientos de terrenos margosos, claramente erosionados.


En el desaparecido y totalmente derruido antiguo poblamiento de Fornons, abandonado ya hace bastante tiempo, algunos siglos diría yo, se mantienen medianamente en pie algunas de las paredes de la ermita románica de Santa María (siglo XI), totalmente derrumbada y con vegetación arbórea creciendo en su interior. Tanto de las casas que componían el viejo núcleo habitado, como de la ruinosa ermita, las piedras se hallan desparramadas por el suelo haciendo pequeños o grandes montones, indicativos del mayor o menor volumen del edificio que allí se encontraba.






El descenso desde Fornons hasta Serraduy del Pont lo hacemos por una antigua pista construida por los “petroleros” allá por los años 50 ó 60, del pasado siglo, época en que se realizaron multitud de prospecciones petrolíferas por la zona; la bajada de esta pista, que desciende bruscamente hasta el mismo Serraduy por medio de una sucesión de lazadas no muy largas, nos va deleitando con unas excelente vistas de los valles del Isábena y de Lierp y de los pueblos de Villacarli y Visalibons, así como de la ermita de San Sadurní.




La llegada a Serraduy del Pont, la hemos hecho por el antiguo camino que conducía “al Barri” y a la ermita de la Virgen de la Feixa (siglo XI).









El tramo final de nuestro itinerario, hasta La Puebla de Roda, lo hemos efectuado a través de lo que se considera una “ruta geológica”, aunque siempre dentro del GR-18.1. Esta “ruta geológica” por las orillas del río Isábena, es una galería natural que nos va ofreciendo, con todo lujo de detalles, la historia geológica de los últimos 65 mills/años, desde de Período Terciario. A lo largo de la ruta vas encontrando diversos paneles interpretativos en los que puedes ir descubriendo la historia geológica del valle.


La entrada en La Puebla de Roda, destino final de nuestro recorrido de hoy, la hacemos por el puente de origen medieval, actualmente reconvertido y adecuado para el tránsito de vehículos, con una baranda metálica. Una visita al casco urbano de La Puebla de Roda bien merece la pena, es como adentrarse en el medievo.







Sobre el río Isábena, al cual no hemos perdido de vista en ningún momento, eje vertebrador de todo el valle que lleva su nombre y que resulta ser el principal afluente del río Ésera al que vierte sus aguas en el pueblo de Graus, hay que indicar que es un río con una longitud de unos 70 km. aproximadamente, que nace en la vertiente sur de las faldas del cordal Gallinero-Cibolles, a una altura superior a los 2400 m, y que, en su descenso, ha excavado unas profundas gargantas, como la de Obarra, por ejemplo, dejando a su derecha el macizo del Turbón y a su izquierda la sierra de Sis, siendo su trazado, claramente, Norte-Sur, excepto en los últimos kilómetros de su recorrido que gira hacia el oeste hasta encontrarse con el río Ésera. Este río pirenaico, al igual que el río Ara, es uno de los pocos que todavía persisten sin tener obras de regulación en su cauce o cuenca. Por su margen derecha, es abastecido por el río Blanco y el barranco de Villacarli, como principales afluentes, aunque, cuenta con un buen número de profundos y grandes barrancos dentro de lo que es su red dentrítica.

Y ya, por último, solo como curiosidad, se quiere resaltar la serie de nombres que terminan con el sufijo “uy” en lo que es el corredor de este valle del Isábena y aledaños: “Serraduy, Beranuy, Raluy, Berganuy, Ardanuy, Denuy, Montanuy, ….”, todos ellos de herencia toponímica centroeuropea.