!! A LA CEQUIA !!
¡A la cequia!
Eusebio Blasco (1844-1903), escritor, periodista, poeta y también dramaturgo, fue un insigne y ferviente aragonés que demostró su aragonesismo allá por donde iba; el amor a su tierra lo manifestaba constantemente entonando férvidas canciones a la lejana patria.
(La imagen está tomada de Wikipedia, siendo el monumento levantado en el Parque Grande José Antonio Labordeta, de Zaragoza).
Insistentemente repetía la máxima, “Aragón para los aragoneses”, cuando se escandalizaba al ver que la mayoría de nuestras actividades eran administradas por gentes que a “Aragón no tenían ley ni querencia, en vez de amigos fieles son sacadineros que solo van buscando su conveniencia”.
A finales del siglo XIX, principios del XX, escribió una famosa poesía “A la cequia”, como crítica al arraigo del cunerismo, una práctica que venía siendo muy habitual por los pueblos de Aragón, la cual se reproduce textualmente:
¡ A L A C E Q U I A !
DISCURSO QUE YO HUBIÁ ECHAO EN LA ASAMBLEA
Baturros y matracos paisanos míos:
una cosa mu triste voy a contaros.
Seis aún más inocentes que los abríos;
no sabís regolveros ni manejaros.
¡Trebajando y pagando contribuciones
sus pasáis toa la vida sudando el quilo,
pa que lleguen tan frescos cuatro gorrones
a pediros el voto y a consiguilo!
Y como todos ellos son forasteros
que a Aragón no le tienen ley ni querencia,
en vez de amigos fieles, son saca-ineros
que solo van buscando su comenencia.
¿Ande se ha visto trampa más engañosa
que tener por agentes y diputaos
a esa tropa de gente zarrapastrosa,
montón de morros de uvas y de arguellaos?
No me votís ninguno dengún vecino;
¡son bordes, zancocheros, que a Aragón vienen
a sacaros los votos a cuenta e vino
y a gastáse en los votos lo que no tienen!
Unos son andaluces, otros gallegos;
otros son zamoranos o burgaleses;
otros salamanquinos, otros manchegos….
¿pues ande están los cútios aragoneses?
Miálos por esos pueblos más tiesos que husos,
abogaos de secano y enredadores,
cantando las reformas y los abusos,
y no son más que chandros y charradores.
¿Qué han hecho por los pueblos los que han salido?
¿ni qué ley quiés que os tengan sin ir a veros?
¡Mentira paice que haiga tan mal sintido
Y que seáis esclavos de los cuneros!
No seáis inocentes ni calzonazos,
y matalos a pizcos con sus sermones;
echalos de los pueblos a membrillazos,
y que no nos corrompan las oraciones.
Lo que hace falta es hombres de los que atizan
con jarcias, que hablen menos y den jetazos,
y no esos madrileños que se deslizan
como las sargantanas por los ribazos.
Aragón necesita de gente propia,
y no gente de ajuera ni esos pelgares
que luego hacen a todo por la melopia,
como los pichulines en los lugares.
¡A la cequia el intruso! ¡Y a ver si acaba
la comedia del voto por los dineros!
…………………………………………………………………..
¡Conque ya que hi dicho lo que pensaba,
a esforzar, y me alegro de conoceros!
(Publicado en la Revista de Aragón – Sindicato de iniciativa y de propaganda, en su núm. 30, marzo de 1928, año IV)
Cien años después, el cunero sigue existiendo. No avanzamos.