Ruta por la Canal Roya
Ruta de ida y vuelta por la Canal Roya / A Canal Roya hasta los Llanos de la Rinconada bajo la Punta del Anayet.
18-jul-2019 — 14’47 km de recorrido — 535 m de desnivel acumulado
Cuando hicimos la ‘Subida a los Ibones de Anayet’ desde la estación de esquí de Formigal / Fromigal, la bella panorámica de ‘los planos de la rinconada’ y el comienzo o final, según se mire, de la impresionante Canal Roya, desde la excelente atalaya que son las planicies de Anayet, ya nos puso sobre el aviso de que teníamos pendiente de realizar esta excursión; dos años más tarde la hemos podido realizar y el resultado final nos ha complacido.
Estamos en la parte más nororiental de la comarca de La Jacetania, lindando con Francia y la comarca del Alto Gállego, muy cerquita de Canfranc Estación / Canfrán os Arañons , Candanchú y del puerto de Somport. En el aparcamiento junto al río Aragón, bajo la imponente mole del macizo de Aspe, la temperatura era desapacible con un viento que obligaba a arroparnos, pero nada más entrar en el valle de La Canal Roya todo cambió… el viento se calmó y el ambiente comenzó a ser agradable.
A La Jacetania se la identifica con los orígenes del reino de Aragón, en un principio era un primitivo y pequeño condado en lo que es la cuenca del río Aragón Subordán y después como un primer reino aragonés que giró en torno a la ciudad de Jaca / Chaca, donde se comenzó a tejer la historia de un reino que fue poderoso y respetado y que llegó a ser cabeza de una Corona que supo llevar el nombre de Aragón hasta los confines del Mediterráneo, un nombre que recae sobre los dos ríos que recorren la comarca: Aragón y Aragón Subordán —a lo que algunos llegan a relacionar con la raíz indoeuropea ‘ara’, que parece significar, precisamente, ‘agua’—.
El río Aragón, cuyas orillas son el punto de inicio y final de nuestra caminata de hoy, nace unos pocos kilómetros más al norte de donde nos encontramos, concretamente en el Valle de Astún / la Bal d’Astún, al unirse las aguas de los barrancos que bajan de los ibones de Astún o de las Truchas y del Escalar o de las Ranas. Ha excavado un profundo valle que, durante muchos años, permitió la llegada de personas provenientes de toda Europa y que se dirigían a Santiago de Compostela —el camino comienza en el puerto de Somport y desde allí, hasta la entrada de la Canal Roya, el GR-11 y el GR-65.3 coinciden en cuanto al itinerario—.
En la entrada de la Canal Roya, nos encontramos con uno de los vestigios que han marcado a este valle durante los últimos siglos: nos referimos a la tradición minera que tuvo Canfranc hasta bien entrado el siglo XIX. Permanece todavía en pie la chimenea de una antigua fundición o fundería, aquí se llegaron a tratar minerales de hierro y cobre. Un lugar que, dada su cercanía al Camino Real de Francia, llegó a tener gran actividad y alcanzó una cierta preponderancia.
La primera parte del recorrido discurre bajo un espeso pinar. Es a partir del refugio de Lacuart —por cierto, bastante sucio y abandonado— cuando el campo se abre y aparecen los pastos.
El valle de la Canal Roya tiene una forma semicircular orientado hacia el sur, como si se tratara de una U muy abierta. Sus laderas son abruptas y pendientes, con un fondo del valle plano surcado por el río de igual nombre —Canal Roya–, de aguas limpias y saltarinas que atraviesan el valle en el sentido este / oeste, después de la cascada desde los ibones de Anayet hasta su desembocadura en el río Aragón
La entrada del valle es custodiada por la parte más oriental del potente macizo de Aspe —a cuyos pies se halla el acuartelamiento militar de Rioseta—. Los picos Aspe (2640 m), la Garganta de Aisa (2502 m), el Sombrero (2562 m), la Punta Lecherín o Gargante de Borau (2566 m), … son algunas de las cumbres más significativas y que son visibles durante un buen trecho del recorrido, de duras calizas blancas y pardas y verticales escarpes.
A medida que nos adentramos en este antiguo cañón glaciar, en el que a finales del Pleistoceno había una lámina de hielo cercana a los 200 m de espesor, pueden observarse claramente los pisos de vegetación (altimontano, subalpino y alpino), desde el pino albar, los enebros, los pinos negros o los pastos, entre otros. Una sucesión de crestas lo van circunvalando y hacen de separación con el país vecino o con otros valles; el pico d’a Raca (y sus 2278 m), la Punta Mala Cara (2268 m), la Punta Canal Roya (2345 m), Peña Blanca (2365 m), … o las puntas Espelunziecha (2399 m) o de L’Anayet (2574 m), además de Puntas d’as Negras (2439 m), que lo cierran por sus lados más oriental o meridional.
Su litología corresponde a tres períodos de tiempo bien definidos: devónico —alternancia de pizarras—, pérmico —areniscas rojas, calizas, lutitas y conglomerados— y carbonífero —calizas grises y negras—, además de las andesitas de la Punta L’Anayet, que resultan ser un volcán extinto.
El final del valle, bajo las puntas de L’Anayet y Espelunziecha, lo que es el Plano de la Rinconada, fue un antiguo ibón ya colmatado. En el fondo del valle se prodigan unos grandes bloques caídos, que han bajado rodando por sus laderas y que fue producto de la deglaciación, al no estar sometidas a la presión de los hielos.
Durante todo el recorrido se observan grandes canales y abanicos de ‘debris flow’ en sus laderas, carentes de vegetación y que vienen a indicar siguen activos, pues llegan a funcionar algunos como canales de aludes e impiden el desarrollo de la vegetación.
Al no filtrar el terreno, por las laderas se suceden gran cantidad de regatos, arroyos, barrancos, pequeñas cascadas y turberas a lo largo de todo el valle. Es frecuente encontrar las aguas discurriendo por las sendas.
En este bonito valle, no hay construcciones que hayan alterado su paisaje. Desde hace siglos, sus laderas se han utilizado para pastos, por lo que han mantenido un equilibrio. De no ser por los animales que aquí pastan el paisaje tendría diferente aspecto y otra extensión.
A finales del pasado siglo, coincidiendo con la presentación de la candidatura olímpica ‘Jaca 98’, se estudió la posibilidad de unir las estaciones de esquí de Formigal, Astún y Candanchú, utilizando este valle como nexo de unión, lo cual, a buen seguro, hubiera tenido una gran relevancia ambiental.
Pongo una foto de los ibones y punta de L’Anayet. Posiblemente, uno de los lugares más fotografiados del Pirineo.
Hola. Gracias por esta bella y completa descripción. Vosotros susbisteis al Anayet y al quedar asombrados por la espectacular vista de la Canal Roya, decidisteis hacer esa excursión dos años después. Yo no pude esperar tanto, y si accedí al mágico lugar del ibón de Anayet a finales de junio del año covid, a principios de agosto de ese mis año ya estaba recorriendo el impresionante valle de la Canal Roya, con otras perspectivas del pico Anayet que me dejaron perplejo. Todo el valle en su conjunto, en realidad, me maravilló. Gracias de nuevo y un saludo.