Ruta entre Biescas y Escuer Alto
Ruta de ida y vuelta entre Biescas y Escuer Alto, pasando por el pueblo de Escuer Bajo o Nuevo y La Torraza. Entre Escuer Bajo y Escuer Alto, ha sido una circular con el barranco de Escuer como eje central.
13-ags-2022 — Itinerario: 16,21 km — Desnivel positivo: 367 m
Nueva ruta por Tierra de Biescas que nos lleva a conocer el Barranco de Escuer, que está a continuación del Barranco de las Aras que ya visitamos en julio 2018 (Ver entrada en el Blog: Ruta entre Biescas y Yosa de Sobremonte). Ambos barrancos de similar morfología, de tierras removidas que fueron depósito de las morrenas laterales de la lengua de hielo que bajaba por el valle del Gállego, además de otros materiales de distinta procedencia.
Iniciamos y finalizamos el recorrido junto al pequeño polígono industrial de Biescas, en lo que fue la antigua carretera que cruzaba el pueblo, no muy lejos del Barranco de Arás, de trágico recuerdo en el mes de agosto de 1996. Hay que cruzar la carretera para tomar la pista que nos llevará a Escuer Nuevo por encima de lo que fue la extensa glera del río por su margen derecha; es una superficie llana donde acaba el espeso arbolado de quejigos, pinos y algunos chopos que tapizan las empinadas laderas de la sierra que delimita el valle del Gállego con el de Acumuer, no obstante, la sombra escasea hasta la población de Escuer.
Una bonita senda, señalizada como PR-HU 196, cruza el cauce del Barranco de Escuer e inicia una fuerte subida hacia la antigua fortaleza de La Torraza. Sucesión de lazadas entre un espeso bosque de quejigos y bordeando su margen izquierda, nos brindan unas espectaculares vistas del abismal barranco, una profunda grieta de extraordinarias pendientes excavada por las aguas que recoge la impresionante cubeta que vienen a formar las laderas de los tozales Corozola, O Pueyo, d’a Zercosa, Punta Selva… En algunos tramos el paso se estrecha y hay que extremar la precaución…
Se observan en el fondo del cauce algunos diques de contención, aunque ya colmatados, para evitar los efectos de las grandes barrancadas. Es un barranco potente y activo, no menos importante que el cercano de Arás, que ocasionaba los mismos problemas de destrucción en la carretera y la dejaba impracticable durante las grandes avenidas.
Un barranco que, en unos 6 o 7 kilómetros, desciende más de ochocientos metros, lo que nos da una idea de su poder destructivo. Cortadas impresionantes de margas grises y terrenos Flysch conforman sus laterales, unos terrenos blandos y muy degradables.
Las laderas de ahora nada tienen que ver con aquellas de hace unas décadas. Ahora recubiertas de vegetación y reforestadas, en otros tiempos escalonadas por los estrechos bancales que, con bastante sudor, se fueron arañando a la montaña para intentar ganar unos metros de terreno fértil y pastos de montaña.
La Torraza
Una antigua fortaleza militar del siglo XV, de recinto amurallado. En sus trabajadas fachadas de piedra, destacan las aspilleras y unos mechinales, con sus puertas adinteladas. Esta ancestral torre, que fue reformada en siglos posteriores y era parte del sistema defensivo del valle, está situada en un lugar que era de difícil acceso y bien defendida por los escarpes naturales y otros barrancos de distintos nombres, en los que bajaba agua por su lecho.
Escuer Alto
Poco después de iniciar la bajada por la pista, nos encontramos con los restos de este antiguo pueblo defensivo envuelto por la vegetación. Tan solo sobresale la desmochada torre de lo que fue la iglesia de San Bartolomé (siglo XVII), que fue incendiada y volada durante la pasada guerra incivil.
Un pueblo que llegó a superar la veintena de casas, pero que, dada su situación, carecía de lujos y no contaba con ninguna prebenda. En las primeras décadas del pasado siglo XX, la gente lo fue abandonando para que el pueblo pudiera seguir escribiendo su historia un poco más abajo, en el llano y junto a la carretera nacional. Tuvo que ser difícil la vida en el viejo caserío.
En la abovedada fuente del pueblo (siglo XIX), todavía sigue manando un buen chorro de agua fresca, con la que nos refrescamos, pero no bebimos por precaución. Junto a la fuente se halla el abrevadero esculpido en piedra y, suponemos, no estaría muy alejado el lavadero, aunque no lo vimos por estar todo emboscado. Un poco más abajo, se aprecian unas pequeñas y escalonadas parcelas, aunque con mucha maleza, que eran los huertos.
El descenso hasta Escuer Nuevo lo hacemos por la pista en la margen derecha del barranco, por entre un espeso bosque donde abunda el roble alternando con el pino de repoblación. Para retornar a Biescas, solo hay que desandar el camino.
Ver: http://esmemoriaus.blogspot.com/2013/09/el-barranco-escuer.html
