Ruta circular por Paniza
Paniza – Ermita de la Virgen del Águila – Cabezo Rodrigo – Paniza
16-ene-2018 – 16 km
Ruta circular con inicio y final en el pueblo de Paniza, pasando por la ermita de la Virgen del Águila (1055 m) y Cabezo Rodrigo (1077 m), lugar donde se encuentra un punto geodésico. Al final han sido 580 m de desnivel acumulado.

Nos hallamos en la Comarca del Campo de Cariñena que se ubica en el centro del valle del Ebro, entre el cauce medio del río Huerva y las terrazas del Jalón; un amplio piedemonte que desciende suavemente, en un ondulado relieve, desde las sierras que conforman las estribaciones del Sistema Ibérico y que, a modo de arco montañoso, la cercan por su lado más meridional, como son las sierras de Algairén, El Águila, Vistabella, Peco o Herrera.


El Campo de Cariñena, que se estructura en base a una historia común, como la del vino, es una tierra por la que han pasado varias civilizaciones: íberos, romanos, visigodos y árabes, además de acumular un rico patrimonio histórico de estilo mudéjar, renacentista y barroco. Es cruzado por la llamada Autovía Mudéjar, que tanto ha ayudado a vertebrar el territorio.


Paniza
Pueblo que da nombre a un recio vino que, en los últimos años, ha ganado en calidad y se ha hecho un sitio en el mercado. El vino ha servido para proyectar su nombre y el de Cariñena hasta lugares bien remotos. El viñedo ha sido la salvaguarda del empleo agrario y la defensa de su entorno paisajístico. La cultura del vino se remonta a la época romana.

Destacan en su casco urbano, entre otros:
- La iglesia parroquial de Nuestra Señora de los Ángeles, del siglo XVI, y de estilo mudéjar, con su magnífica torre y una decoración mural a base de ladrillos. Está considerada como Patrimonio de la Humanidad. (Se dice, aunque no estoy muy de acuerdo con ello pues hay otras razones, que la difusión del arte mudéjar por Aragón, y especialmente por el valle del Ebro, fue debido a la escasez de sillares de piedra en gran parte de su territorio).

- El Arco de Montserrat, del siglo XVI, que formaba parte de la muralla medieval que rodeaba a la población.

- La ermita de San Gregorio. Un pequeño templo de forma rectangular, en uno de los extremos del pueblo, cuya puerta acceso tiene un arco de ladrillo en arco de medio punto, sobre la que hay una hornacina con la efigie del santo.

- Varias casonas solariegas, de los siglos XVI/XVII, con sus galerías de arquillos corridos en las plantas superiores, dan prestancia al lugar.


Aquí nació María Moliner, en marzo de 1900. Una mujer adelantada a su tiempo.

El día invitaba a la práctica senderista, era soleado y bastante fresco, además de que corría el aire. Tomamos el GR-90.3, no muy bien señalizado por cierto, que nos llevará por un camino rodado, siguiendo el curso del barranco de la Carrasca, hasta lo más alto de la sierra, lugar donde se ubica la ermita de la Virgen del Águila (1055 m), el principal objetivo de la marcha de hoy.


En un principio, el camino discurre entre plantaciones de viñedos y algunos olivos, hasta introducirnos en una zona boscosa de carrascas y pinos repoblados, que nos mantuvo a cubierto del viento que movía a su antojo las copas de los árboles. En este territorio tuvo que proliferar la producción del carbón vegetal, aunque no hemos visto los restos de carbonera alguna.


Antes de llegar a la ermita, nos encontramos con la Carrasca de la Virgen, un ejemplar monumental con un diámetro en la base de metro y medio y alrededor de trece metros de altura.

Ermita Virgen del Águila
En lo alto de la sierra, cuyos orígenes se remontan al siglo XVI, aunque tuvo que ser reconstruida en el XIX al haber sido destrozada durante la guerra de la independencia.

Llaman la atención sus dimensiones, un conjunto de dependencias cerradas en forma cuadrangular con una plaza central, situándose lo que es el templo en su lado más septentrional. Inicialmente, contaba con hospedería, grandes comedores y dormitorios.


Nos encontramos en un excelente mirador natural, desde donde podemos contemplar los pueblos de Cariñena y Paniza, así como la inmensa llanura del Campo de Cariñena y su mar de viñedos amarronados al hallarse en reposo invernal; sin embargo, cuando las cepas estén en su apogeo una inmensa mancha de color verde impregnará la hondonada en fuerte contraste con los grisáceos y rojizos tonos de los suelos secos del valle del Ebro. A lo lejos, pueden distinguirse ‘las muelas’, unas plataformas horizontales que han sido cortadas por los valles de ríos y barrancos con sus rebordes abruptos y festoneados.


Desde la ermita nos dirigimos hasta Cabezo Rodrigo (1077 m), siguiendo las crestas de los altos del puerto de Cerveruela, en unos relieves que se conocen como ‘apalachenses’ en donde se alternan las rocas deleznables con otras más resistentes: cuarcitas, pizarras y areniscas. El paisaje que nos brinda este paseo es espectacular, con la gran brecha excavada entre las sierras por el río Huerva al tener que efectuar unos grandes giros para alcanzar el ‘Campo de Cariñena’ desde ‘Campo Romanos’ a su paso por las poblaciones de Cerveruela y Vistabella.


Coronada la cima de Cabezo Rodrigo, desde su punto geodésico se inicia el camino de vuelta para cerrar la circular, entre extensas replantaciones de pinos y suelos bastante pobres donde proliferan los romeros, las aliagas, las coscojas o el tomillo.


En resumen, una bonita y agradable excursión muy recomendable.
