Ruta entre Alcalá del Obispo y Sesa
Alcalá del Obispo – Argavieso – Novales – Sesa
24-ene-2018 – 16 km
Iniciada la caminata justo donde la dejamos en enero/2016. Hace ahora dos años aquí terminamos el recorrido desde Velillas, habiendo pasando por Torres de Montes y Pueyo de Fañanás. Con el fin de seguir conociendo la Comarca de La Hoya de Huesca, el paseo de hoy ha sido continuación de aquella ruta, pero esta vez siguiendo el curso del río Guatizalema, desde Alcalá del Obispo visitando los pueblos de Argavieso y Novales, hasta Sesa.
Alcalá del Obispo
Con un casco urbano desarrollado alrededor de un pequeño cerro, donde se hallaba asentado un castillo del siglo XI. La iglesia de San Miguel Arcángel, del siglo XVII, sobresale en una de sus laderas.
Tomamos el camino de Argavieso que discurre entre acequias y que se nutren de las aguas del río Guatizalema. Extensas planicies de terreno y siempre por caminos de rodadura que no presentan ninguna dificultad.
Argavieso
Pequeño pueblecito en el interfluvio de los ríos Guatizalema y Botella –un poco más abajo se encuentran las aguas de ambos–, por el que pasaba la vía romana que unía las antiguas Ilerda y Osca. La iglesia parroquial de la Natividad, del siglo XVIII/XIX, y el castillo-palacio de los Gurrea, del siglo X/XVI) son los edificios más significativos.
Los pueblos de La Hoya de Huesca, tienen unas características muy comunes: casas de planta baja y piso con sus esquinas de piedra y paredes de tapial, además de portaladas con arcos de medio punto y grandes dovelas de arenisca. De vez en cuando aparece alguna piedra armera en sus fachadas. Son pueblos que, en su mayor parte, han tenido mejores tiempos, la gente se ha desplazado a la ciudad; toda una asignatura pendiente para la Comarca de La Hoya de Huesca, para solventar este escabroso asunto de la despoblación.
Novales
Donde destaca el ruinoso castillo del siglo XV y la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Rosario, del siglo XII, de estilo románico. Ambos en lo alto de un cerro, sobre cuyas laderas se desliza el casco urbano. Castillo que tuvo su importancia en épocas medievales.
El acceso al pueblo lo hicimos a través de un bonito puente medieval sobre el río Guatizalema.
El río Guatizalema, al que los lugareños le solían llamar ‘el matapanizos’, porque cuando más se necesitaba nunca llevaba el agua suficiente, acostumbra a llevar poco caudal. Cruza la sierra de Guara por unas estrechas gargantas y es remansado en el pantano de Vadiello para discurrir posteriormente por los llanos del somontano oscense hasta entregar sus aguas al río Alcanadre una vez pasado el pueblo de Huerto.
Se nota por donde pasa este río, pues las planicies son interrumpidas por unos serpenteantes y largos cordones vegetales que vienen a formar los llamados bosques de ribera, los cuales albergan una rica fauna y actúan como filtros vegetales, además de servir de protección a las paredes del cauce ante la erosión. La vegetación de estos bosques son: álamos blancos, sauces, chopos, fresnos de hoja estrecha, saúcos, olmos, hiedras, zarzas, aligustres, … Árboles caídos y otras ramas mantienen el cauce bastante sucio.
Otras rutas que hemos hecho por el entorno son:
Y que seguiremos ampliando, pues queda mucho terreno que recorrer.
Grandes plantaciones de olivos y almendros nos salen al paso, además de extensas planicies de cereal, ¡lástima no esté todo en regadío!
Sesa
Destino final de nuestra etapa, donde destacan la ermita de Ntra. Sra. de La Jarea, del siglo XII, que fue, además, un antiguo seminario hasta bien entrado el siglo XIX, y posteriormente se reconvirtió en un cuartel de la Guardia Civil.
Dejamos para una próxima ocasión la visita al casco urbano de este pueblo y que esperamos no tardar mucho tiempo en hacerla.