Ruta por el Pueyo de Santa Cruz – Valcarca – Binaced
Recorrido por tierras del Cinca Medio, una Comarca que debe su nombre al río que la atraviesa (“”río Cinca””), como si de una espina dorsal se tratara y que actúa como agente vertebrador de todo el territorio. La mayor parte de los municipios que la conforman tienen como denominador común al propio río, el cual ha sido el precursor y ha engendrado la vida sobre estos términos con el paso del tiempo, además de ir modelando poco a poco su morfología.
Gran parte de lo que es la Comarca ha sufrido, sobre todo en las últimas décadas, una fuerte presión antrópica; lo que antaño eran unas secas y extensas llanuras onduladas de color parduzco, salpicadas de cerros testigos con una vegetación típica mediterránea, se han reconvertido, gracias al regadío, en una gran mancha de color verde, con un buen número de granjas esparcidas por entremedio que añaden valor a la actividad agro-ganadera de la zona. La reconversión de los terrenos para la agricultura de regadío, los nuevos usos ganaderos, repoblaciones forestales, construcción de infraestructuras para la implantación de los regadíos, extracciones de áridos, …. …., han llegado a modificar notablemente la primaria cubierta vegetal, aunque todavía permanecen intactos algunos pequeños enclaves que conservan sus primigenias características paisajísticas y su flora.
El itinerario de hoy, 23 de noviembre de 2015, con inicio en el Pueyo de Santa Cruz y final en Binaced, previo paso por el pequeño pueblo de Valcarca, se ha ceñido a la ruta marcada en la página web de Senderos de Aragón, de poco más de doce kilómetros y una duración cercana a las cuatro horas (el tiempo marcado es lo de menos, pues, las paradas para poder contemplar los paisajes, hacer fotografías, las conversaciones con las personas que nos encontramos por el camino, las visitas a los cascos urbanos, etc., influyen mucho en el mismo).
Nos encontramos en una zona ubicada entre el río Cinca y el canal de Zaidín, limitando por el norte con los aledaños de la ciudad de Monzón y por el sur con el recién construido embalse de San Salvador. Estamos en tierras por donde discurrió la vía romana entre Huesca y Lérida, la cual provenía desde Almacellas y pasaba por Esplús, Valcarca y Binaced, para cruzar el río Cinca camino de Berbegal entre Pueyo de Santa Cruz y el Santuario de la Alegría (aunque, al parecer, esto último no está del todo claro, pues algunos sitúan el paso del río por Castejón del Puente); hoy, en la práctica, esta antigua vía de comunicación romana se halla casi borrada debido a las roturaciones habidas sobre el terreno, implantación de nuevos regadíos, construcción de caminos o carreteras y de nuevas infraestructuras para el riego (balsas, canales o acequias).
La caminata ha transcurrido por terrenos regados por el Canal de Zaidín (construido en 1911 y una adjudicación de aguas de 15 m3/seg. de caudal), el cual toma sus aguas del Canal de Aragón y Cataluña, allá por los altos de la Menudilla, actuando para el tramo comprendido entre Binéfar y Monzón; el Canal de Zaidín, tiene una longitud de 48 kms y riega más de 30.000 Has., también suministra el agua para el llenado del embalse de San Salvador, inaugurado recientemente (en octubre pasado), el cual tiene una capacidad de almacenamiento de 136 Hm3 y atenderá la demanda de 22.400 Has., mejorando su dotación de riego. Tan pronto como nos sea posible, haremos alguna ruta para conocer este nuevo embalse.
Sobre el Canal de Aragón y Cataluña, arteria principal de los riegos de esta parte de la Comarca, así como de la cercana La Litera, ya hemos hecho mención en alguna que otra ocasión; tan solo recordar que data de 1906, que toma sus aguas en el embalse de Barasona (1932), en el río Ésera, y que tiene una longitud de 124 km., con un caudal máximo en origen de 36 m3/seg. regando una superficie alrededor de 100.000 Has.
Todo el recorrido de nuestra caminata de hoy, sin apenas desnivel, ha sido sobre una gran planicie donde, como ya se ha dicho antes, se asienta el regadío del Canal de Zaidín, en lo que es la margen izquierda del río Cinca; es una monótona sucesión de grandes parcelas cultivadas previamente aterrazadas de manera artificial, aunque, de vez en cuando, surgen los primitivos afloramientos de areniscas y permanecen todavía cerros testigos en los que la primigenia vegetación de secano todavía impera sobre ellos, como, por ejemplo, pequeñas manchas o agrupaciones de carrascas o encinas, cuyos bosques originarios fueron alterados profundamente.
En Valcarca, que pertenece al municipio de Binaced, existe un templo románico (siglo XIII), “Transfiguración del Señor”, el cual es coetáneo y muy parecido al que permanece en Cofita, iglesia de la Magdalena, ambos de la época templaria de la Encomienda de Monzón.
La puesta en riego de estos territorios, cambió por completo la fisonomía del paisaje, aquellas tierras esteparias de color pardo de hace un siglo son ahora una extensa “mancha verde” (maíz, alfalfa, frutales, etc), con unos sistemas de riego localizados, como son el goteo o por aspersión, aunque también hay que añadir que, en estos tiempos, todavía permanecen parcelas que se vienen regando “a manta o por inundación” con todo lo que ello representa en cuanto a un consumo excesivo de agua. La llegada del agua, además de cambiar unos sistemas ancestrales de cultivos, también contribuyó a modificar los modos y costumbres sociales y a mejorar las condiciones higiénicas consiguiendo la erradicación de aquellas enfermedades producto de la falta o escasez del agua.
El río Cinca, hoy en día muy desvirtuado su aspecto verdadero, pues, aguas arriba, existen unos grandes embalses (El Grado, Mediano y Barasona –éste en el río Ésera-), que influyen notablemente en la reducción de caudales que porta a su paso por la Comarca. El Cinca, ha sido el principal agente modelador de lo que es el relieve de la Comarca y ha contribuido al depósito de buena parte de las rocas que la cubren. Dos morfologías destacan en cuanto al Cinco Medio y su modelado fluvial, las terrazas fluviales y las llanuras de inundación; en éstas últimas sobresalen unos imponentes sotos de ribera y las terrazas tienen sus origen en lo que es la propia dinámica del río y que se han visto alteradas por los cambios habidos en su propia base.