Ruta por Las Almunias de Rodellar y el Salto de Bierge
Hoy hemos completado la tercera de las etapas del Camino Natural del Somontano, entre Las Almunias de Rodellar y el Salto de Bierge; un recorrido superior a los 18 kms. y, aproximadamente, de unas seis horas de duración.
El Camino Natural del Somontano discurre, en su mayor parte, por el interior de lo que es el Parque Natural y los Cañones de Guara, y siempre por la Comarca del Somontano. La distancia total del Camino Natural supera los 50 kms. y su recorrido se divide en tres etapas, la primera entre “Alquezar-Asque-Colungo-Alquezar”, la segunda etapa entre “Alquezar-Radiquero-Las Almunias de Rodellar”, y la tercera y última entre “Las Almunias de Rodellar y el Salto de Bierge” que es, precisamente, la realizada en la jornada de hoy; las otras dos etapas ya las teníamos hechas con anterioridad.
El día ha sido gris y con bastantes nubarrones, habiendo llovido algo durante algunos de los tramos de la caminata; sólo al final ha despejado haciendo acto de presencia el sol.
La ruta de hoy, 22 de abril de 2015, la hemos comenzado en el pueblo de Las Almunias de Rodellar, enclavado en el Valle de Rodellar situado entre las sierras de Arangol y de Balced, y el final del río Mascún y la Peonera, siendo atravesado todo el valle por el río Alcanadre. Hemos pasado por el pueblo de Pedruel, la Peña de Naya, el Huevo de Morrano y la Fuente de La Tamara, para acabar en el espectacular salto del antiguo molino de Bierge.






El camino discurre al comienzo por pistas forestales para continuar por una prolongada senda, siguiendo antiguos caminos todavía con restos de empedrado en algunos tramos, atravesando lo que antaño fueron pequeñas fajas de terreno cultivado y en donde todavía perduran algunos vetustos y centenarios olivos que lo corroboran. Al principio es un prolongado ascenso hasta lo que es la divisoria entre el final del valle de Rodellar y el inicio del descenso hacia los pinares de Morrano; a partir de allí se inicia un sube y baja de barrancos cuyos pronunciados desniveles hacen extremar el esfuerzo y endurecen el recorrido.


Próximo a coronar el primer alto y despuès de un prolongado ascenso, el cual hace de línea divisoria entre el valle de Rodellar y el pinar de Morrano, nos encontramos con la Peña de Naya, destacada formación geológica de conglomerado en cuya cima hay restos de lo que fue un antiguo castillo en tiempos de Ramiro I, allá por el siglo XI, pues esta fortaleza formaba parte de lo que era la frontera meridional del reino aragonés con los límites del norte de lo que era el distrito musulmán de Barbastro.

Hoy, por primera vez, nos hemos permitido una “pequeña licencia” en el almuerzo. Gabriel ha colaborado con un excelente chorizo de Salamanca y el amigo Agustín nos ha sorprendido con un buen vino del Somontano. En una próxima excursión los de Graus tendremos que sorprender al personal con algún producto de la tierra.

Ya se comienza a divisar el Somontano, con el pueblo de Bierge como fondo, así como el Huevo de Morrano y los grandes pinares por sus alrededores. Comienzo de la segunda parte de la etapa de hoy, aproximadamente todavía estamos en la mitad del recorrido; a partir de aquí es una secuencia de subidas y bajadas.




El paseo vale realmente la pena, dada la riqueza geomorfológica de todo el territorio, con sus paredes de conglomerados que conforman impresionantes farallones, como el Huevo de Morrano, y la continua formación de barrancos que llegan a componer una perfecta red dentrítica para desagüar en el río Alcanadre.



Iniciamos un prolongado y acusado descenso hasta las Fuentes de La Tamara, ya en el cauce del río Alcanadre, por una senda que nos lleva por un poblado pinar y que, posiblemente, hace muchos años eran terrenos de labranza, pues las paredes, las pequeñas fajas escalonadas y algún que otro olivo ya viejo así lo atestigüan.
Las Fuentes de La Tamara, es un bello rincón en la misma orilla del río Alcanadre, donde el agua brota de entre la piedra caliza y el río ha labrado unas profundas pozas de agua limpia y transparente de un color verde turquesa. Los llamados estrechos de Tamara, por donde discurre el Alcanadre, hacen las delicias de los barranquistas que descienden por el río en época estival, llegando incluso hasta el mismo salto del molino de Bierge.






