Ruta circular entre El Pueyo (Barbastro) y El Almerge
Iniciamos la ruta de hoy, 14 de noviembre de 2016, en el Santuario de Nuestra Señora de El Pueyo, en Barbastro, para dirigirnos a las ruinas de lo que fue la ciudad de El Almerge. Un itinerario previsto, de unos 12 kms., entre ida y vuelta. Excelente día, aunque a primeras horas había un poco de bruma, con un cielo totalmente despejado, pudiendo disfrutar de unas excelentes vistas sobre la cercana Sierra de Guara, las llanuras del Somontano o el largo cordal de los Pirineos, con sus blancas cumbres, que venían a enmarcar el lado norte.
Un pequeño fallo de logística del GPS nos ha jugado una “mala pasada”, impidiéndonos llegar a nuestro destino final, la “ciudad muerta” de El Almerge, pues nos hemos quedado, justo, al otro lado del barranco, nos ha confundido el barranco La Clamor, que era nuestro objetivo, con el de Las Clamorellas, unos pocos metros antes de la unión de ambos. El desnivel existente, la abundancia de carrizo y el agua que bajada por La Clamor, nos han privado de llegar junto a las ruinas de la ermita. Teníamos que haber tomado un desvío de camino antes que, obviamente, nos saltamos a la brava, para acceder al punto exacto. ¡¡Cosas que pasan …. !! ¡¡Otra vez será!!
El paseo, de ida y vuelta, con inicio y final en la misma explanada del Santuario de El Pueyo, descendiendo hasta tomar el GR 45, el cual, sea dicho de paso, está muy mal señalizado, carente de marcas y con unas balizas prácticamente desaparecidas del recorrido que, si te las encuentras, están por los suelos o destrozadas. ¡¡ Un desastre !! (La experiencia que tenemos sobre el GR 45, que viene a bordear lo que es la Comarca del Somontano, es bastante mala, con una señalización muy deficiente y carente de mantenimiento).
A pesar del corto recorrido, y poco territorio abarcado, nos hemos adentrado en tres términos municipales: Barbastro, Castillazuelo y Laluenga. Por los tres municipios hemos hecho recorridos senderistas:
- Circular: Barbastro – Cregenzán – Burceat
- Salas Altas – Castillazuelo
- Un paseo por el valle del Vero
- Laluenga – Pertusa – Barbuñales
El Santuario o Monasterio de Nuestra Señora de El Pueyo
Enclavado en lo más alto de un cerro testigo (603 m), asemejándose más bien a una isla boscosa, domina todo el Somontano y los territorios adyacentes, bien visible desde la lejanía a modo de guía o faro. Las vistas paisajísticas son excelentes, se puede ver la cordillera pirenaica, los imponentes macizos de El Turbón y Cotiella, las sierras de Guara, Sevil, Arbe o de La Carrodilla, el “hermano” cerro testigo de Berbegal, la muela de Terrer, los pueblos de Laluenga, Salas Bajas, Salas Altas, Burceat, Cregenzán, Hoz de Barbastro, Coscojuela de Fantova, Estada, Estadilla, Fonz, …. …., y, por supuesto, Barbastro. (””Pueyo””, significa altura o elevación del terreno).
En el Santuario de El Pueyo, se venera la imagen de la Virgen, que se apareció al pastor Balandrán, allá por el siglo XII, en lo alto de un almendro; precisamente, a la entrada del templo se levanta un pequeño monumento, rematado con una cruz, recordatorio del lugar donde se hallaba dicho árbol.
El templo original se fundó a finales del siglo XIII, aunque ha tenido varias remodelaciones a lo largo de su historia. Actualmente, se halla regentado por los monjes del Instituto del Verbo Encarnado.
El descenso hasta la N-240, lo hacemos por una pequeña carretera o camino asfaltado, coincidente con lo que había sido una antigua “cañada real”, y que, si fuéramos en sentido inverso, nos conduciría hasta el mismo pueblo de Castillazuelo. Pasamos por delante de un imponente farallón de roca caliza, donde estuvo en explotación una antigua cantera, y en la que, actualmente, existe una zona de escalada. A dicho lugar, “Ra Guardia”, antiguamente, y desde Castillazuelo, se hacía una procesión el día 3 de mayo, día de la Santa Cruz, desde donde se procedía a la bendición de los términos.
Exceptuando lo que es el cerro testigo de El Pueyo y sus boscosas laderas, todo el recorrido lo hemos hecho por terrenos donde abundan las chesas, unas tierras donde se prodigan los yesos y las sales, reminiscencias del Oligoceno (hace 35 mills/años), de las grandes lagunas donde se llegaban a depositar margas, calizas, yesos y sales. (Entre Barbastro y Balaguer, se levanta un gran pliegue a modo de anticlinal, en el que predominan los yesos, llegando a formar como una especie de muralla blanca).
Desde muy antiguo, los yesos se han venido usando como material de construcción y todavía perduran muchos edificios así levantados, algunos de los cuales llegan a estar plenamente mimetizados con el paisaje blanco y gris del entorno. El yeso, se utilizaba habitualmente como mortero, hasta que fue sustituido por el ladrillo y el hormigón. Por esta zona, existen varias construcciones, ya ruinosas, que se dedicaron a la fabricación del yeso.
Una vez superadas la N-240 y la A-22, iniciamos un suave descenso que nos llevará hasta el barranco de La Clamor. (No muy lejos de donde nos encontramos, se desarrolló la “Batalla de Barbastro”, entre tropas isabelinas y carlistas, a principios de junio de 1837. Ver Caminos de Barbastro – Batalla de Barbastro, 2 de junio de 1837). Este barranco es de largo recorrido y viene a drenar una extensa porción del territorio, mediante un encajado y profundo surco al que convergen una serie de pequeños barrancos y recoge, además, las aguas sobrantes de los regadíos existentes. El barranco de La Clamor tiene su origen en Azlor, como continuación del de La Fondota, para acabar desembocando en el río Cinca en la población de Pomar de Cinca.
Como ya he comentado al principio, no accedimos a las ruinas de El Almerge, aunque sí pudimos observarlas desde el otro lado del barranco de La Clamor. A continuación, se deja constancia de unas páginas donde se puede obtener información al respecto.