Ruta entre Gabás y Colonia de Seira

23/Agosto/2017 – (13’5 km)

Una bonita excursión senderista, la realizada entre el pueblo de Gabás y La Colonia de Seira, pasando por El Run y el Congosto de Ventamillo, siguiendo las marcas del PR HU-50 y su variante 2 entre El Run y La Puyada, para enlazar con el GR-15 en el último tramo del recorrido. Este trayecto es el mismo que hicimos hace un par de años  pero con algunas variaciones, esta vez lo hemos iniciado en Gabás con visita a  la ermita de Nuestra Señora de Gracia en El Run  y la bajada a la Colonia de Seira la hemos hecho por un sendero acondicionado; además, en esta ocasión, el número de participantes en la marcha se ha visto notablemente incrementado, éramos 16.

 

Gabás. Inicio de la marcha
Gabás. Inicio de la marcha

 

 

Gabás

Lugar de inicio de la caminata. Un pequeño pueblo perteneciente al municipio de Bisaurri, ubicado en las faldas más septentrionales de lo que es el macizo de Baciero, con unas buenas vistas paisajísticas sobre  el Valle de Benasque y de la  magnífica mole del macizo de Posets como telón de  fondo, con la proximidad de los picos Gallinero y Urmella, así como  de la Sierra de Chía por su lado más occidental,  de la que tan solo nos separa el estrecho y profundo Congosto de Ventamillo, por cuyo fondo discurre el cauce del río Ésera.

 

Chía en el fondo, desde Gabás
Chía en el fondo, desde Gabás

 

Sobresale la iglesia parroquial de Santiago, del siglo XII/XIII, en la que destaca una bonita portada de estilo renacentista, construida en mármol, el cual bien podría haber sido traído desde los cercanos yacimientos de Villanova.

 

Gabás. Iglesia parroquial de Santiago
Gabás. Iglesia parroquial de Santiago

 

Gabás. Portada iglesia de Santiago
Gabás. Portada iglesia de Santiago

 

 

Bien ha valido la pena este paseo que, en su primer tramo, el descenso desde Gabás hasta el río Ésera, nos ha llevado por el interior de un espeso bosque por una  zona sombría y húmeda, siempre  por la margen izquierda del barranco Rigabás,  por las laderas de los llamados Montes de Gabás,   siguiendo la traza de un antiguo camino reconvertido en senda, muy limpio y en buen estado de conservación, flanqueado y festoneado por una exuberante vegetación arbustiva donde abundaban todo tipo de especies, en especial los bojes que llegaban a tener  una buena medida en cuanto al diámetro de sus  tallos, así como un más que variado arbolado, en el que predominaban los fresnos, tilos, chopos, avellanos, álamos, etc.

 

Por el barranco de Gabás
Por el barranco de Gabás
Bajando a El Run
Bajando a El Run

 

 

 

 

 

 

 

 

Bajando a El Run
Bajando a El Run
En el barranco Rigabás
En el barranco Rigabás

 

 

 

 

 

 

 

 

El Run  

Una vez cruzado el barranco de Rigabás, antes de su encuentro con el río Ésera, y donde nos hicimos la preceptivo foto de grupo encima de la pasarela, nos dirigimos a esta pequeña localidad.

 

Sobre la palanca del barranco Rigabás
Sobre la palanca del barranco Rigabás

 

En su casco urbano, destaca el pequeño edifico de la iglesia de San Aventín, además de una gran fuente de agua, con siete caños, construida a mediados del pasado siglo.

 

El Run. San Aventín
El Run. San Aventín
El Run. Fuente de los siete caños
El Run. Fuente de los siete caños

 

 

 

 

 

 

 

 

A las afueras del casco urbano, a unos 5 minutos aproximadamente, se halla la ermita de Nuestra Señora de Gracia, una joya del románico, del siglo XI/XII, coetánea de las del Valle de Boí. El templo está integrado plenamente en el frondoso paisaje, junto a lo que fue la antigua vía de comunicación que transcurría por la margen derecha del río Ésera, en su intento de superar el Congosto.

 

El Run. Ermita Ntra. Sra. de Gracia
El Run. Ermita Ntra. Sra. de Gracia

 

Estos antiguos caminos de herradura, cayeron en desuso cuando comenzó a funcionar la carretera durante la segunda década del pasado siglo XX. Servían de unión entre el Alto y el Bajo Ésera, entre la montaña y el llano, por ellos transitaron, desde tiempos muy remotos, todas aquellas gentes que se veían obligados a desplazarse, ya fueran campesinos, arrieros, peregrinos, bandoleros, …., con sus correspondientes bestias de carga; unas vías de comunicación que, a pesar de su abrupta orografía, además de servir para el intercambio de mercancías o ganado, fue el enlace para transmitir ideas o inventos, sobre todo a partir de la Edad del Bronce o del alto Neolítico, aunque en tiempos prehistóricos ya existían.

 

El Run. Camino del Congosto
El Run. Camino del Congosto
El Run. Camino del Congosto
El Run. Camino del Congosto

 

 

 

 

 

 

 

 

En pasadas épocas de subsistencia, la conservación de estos viejos caminos era primorial, por ello debían preocuparse, en unas labores que eran comunales,  de su buen estado de conservación y de paso, con un adecuado empedrado en los sitios donde era necesario y que requerían, en ocasiones, de bastante valor, habilidad e ingenio.

 

Por la senda del Congosto
Por la senda del Congosto
En el Congosto de Ventamillo
En el Congosto de Ventamillo

 

 

 

 

 

 

 

 

Durante muchas décadas, la soledad y el silencio se adueñaron del entorno cayendo en el olvido, tan solo los cazadores sabían de su existencia, pero hoy, gracias a la practicas del senderismo y a la bicicleta de montaña, han vuelto a revitalizarse y a tomar vida.

 

Senda del Congosto de Ventamillo
Senda del Congosto de Ventamillo
Congosto de Ventamillo
Congosto de Ventamillo

 

 

 

 

 

 

 

 

Congosto de Ventamillo

Para adentrarnos en el mismo, debemos retomar de nuevo el PR HU-50, en su variante 2 -entre El Run y La Puyada- hasta encontrarnos con el GR-15. Penetrar en el mismo, es como introducirnos en un jardín botánico, con una espesa y envolvente vegetación, en la que abundan los arces, fresnos, bojes, pinos, quejigos, tilos, avellanos, aligustres, …. …., con unas vistas paisajísticas de primer orden sobre este angosto paso natural que tiene, además, un alto interés geomorfológico.

 

En la senda del Congosto de Ventamillo
En la senda del Congosto de Ventamillo

 

 

Altos escarpes verticales, donde albergan aves rapaces que nos deleitan con sus majestuosos vuelos, es lo que predomina en esta angostura orográfica. Por estas paredes también se llegó a practicar la escalada, aunque en la actualidad está bastante regulada por el tema de las aves rupícolas, sobre todo por la protección de los quebrantahuesos.

 

Verticales escarpes en el Congosto de Ventamillo
Verticales escarpes en el Congosto de Ventamillo

 

Causa admiración disfrutar de un abrupto relieve excavado por una lengua glaciar a finales del Pleistoceno Superior, hace unos 40/50 mil años. El mar de hielo que bajaba por el valle, tenía un espesor de unos 800 m y longitud aproximada de 40 km.

 

Estrecho y profundo Congosto de Ventamillo
Estrecho y profundo Congosto de Ventamillo

 

Estamos justo en el encuentro de las estribaciones de la sierra de Chía (2512 m) y el macizo de Baciero (2115 m); por su lado norte tenemos el valle de Benasque que linda con los macizos de El Gallinero (2728 m) y la impresionante mole de Posets (3369 m); su parte más meridional está custodiada por las estribaciones del macizo de Cotiella (2912 m) y la sierra Ferrera (2295 m), ambas por el margen derecho del río; y la sierra de Cervín (1681 m) por la izquierda, que se interpone con el valle de Bardají a los pies del macizo de Turbón (2492 m).

 

Foto de grupo en el Congosto de Ventamillo
Foto de grupo en el Congosto de Ventamillo

 

 

La senda que va trepando por el interior del Congosto de Ventamillo, nos llevará hasta una altura próxima a los 1100 m, para coger un sendero que, en rápido descenso, nos conduce al encuentro del GR-15 último tramo antes de llegar a nuestro destino final, la Colonia de Seira.

 

En lo alto del sendero en Ventamillo. Al fondo Cotiella
En lo alto del sendero en Ventamillo. Al fondo Cotiella

 

Una vez que hemos terminado el paso del Congosto y   cambiado de vertiente iniciando el descenso, es curioso comprobar como la vegetación es distinta, donde antes eran fresnos, bojes, avellanos o aligustres,  ahora son encinas, robles, enebros o monte bajo, de ambiente menos húmedo. También nos llamó la atención la corriente ascendente de aire templado desde el fondo del valle hacía el alto de la montaña, producto del descenso térmico de la presión del aire en su contacto con el suelo.

 

Por el sendero hacia Seira
Por el sendero hacia Seira
Bajando a Seira. Laderas de Baciero
Bajando a Seira. Laderas de Baciero

 

 

 

 

 

 

 

 

Un poco antes de llegar a la Colonia de Seira, nos encontramos con las ruinas del antiguo Mesón de Cereza o Ziresa, una “víctima” de la apertura de la carretera por el interior del Congosto.

 

Colonia de Seira
Colonia de Seira
Antiguo Mesón de Cereza
Antiguo Mesón de Cereza

 

 

 

 

 

 

 

 

Por cierto, parece ser que “algo se mueve” para el acondicionamiento de esta carretera, que, desde su apertura hace un siglo, no ha tenido prácticamente variaciones.  Según la prensa, esta vía, que atraviesa un espacio natural muy frágil y de alto interés ambiental, va a ser remodelada con la construcción de voladizos anclados en la roca y adaptando su anchura a 8 m, además de la construcción de dos túneles. Parece ser, va a licitarse en el año 2018. ¡Ojalá, así sea!

 

Congosto de Ventamillo, con la carretera y el río al fondo
Congosto de Ventamillo, con la carretera y el río al fondo

 

 

 

 

 

 

 

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