Ruta al Santuario de Santa Orosia
El camino de Santa Orosia, desde Yebra de Basa
2-mayo-2018 – 13’5 km (ida y vuelta)
Interesante recorrido la subida al Santuario de Santa Orosia, jalonado de pequeñas ermitas y siempre siguiendo las marcas del PR-HU 4. Con solo levantar la vista al inicio de la caminata bajo el pórtico de la iglesia parroquial de San Lorenzo (siglo XVI/XVII) en Yebra de Basa, ya se divisa la verticalidad del escarpe que vamos a tener que salvar, con sus casi 700 metros de desnivel.
Nos hallamos en la Comarca del Alto Gállego, en la parte más meridional del llamado Sobrepuerto, un territorio salpicado de pequeños pueblos y aldeas en los que la despoblación ha hecho estragos y que se hallan, en alto número, abandonados y arruinados. Estamos en el Valle de Basa, la subcomarca del Serrablo. (Hay un libro: La lluvia amarilla, de Julio Llamazares —y que recomiendo su lectura—, que se basa en el drama que supuso la despoblación y el abandono de estos pueblos).
El trayecto es el mismo que el de la tradicional romería anual que se celebra el día 25 de junio, acompañados por los danzantes de Yebra de Basa y su palotiau al son de la música del salteiro y el chicoten. Una gran peregrinación en honor de Santa Orosia, que se viene celebrando desde hace varios siglos. (Los pueblos de la comarca, siempre se han encomendado a la protección de la santa contra las sequias, plagas, el remedio a sus infortunios o la cura de sus enfermedades). Santa Orosia se ha considerado la ‘patrona de la montaña’ del viejo Aragón; el patrón es San Urbez.
En un principio, el suelo es de margas grisáceas —antiguos fondos marinos—, que va cambiando por otras más duras y toscas a medida que ganamos altura. Los conglomerados hacen acto de presencia con sus escarpes o farallones resaltando en el paisaje. Sobre estas masas de pequeñas rocas redondeadas y cementadas y sobre otras de arenisca, se levantan la serie de pequeñas ermitas al lado del camino de subida, para finalizar en un espectacular salto de agua que da comienzo al barranco de Santa Orosia y que bajaba con buen caudal debido a las lluvias recientes —no es fácil disfrutar de la cascada con tanta agua—.
Nada más salir del pueblo, ya tenemos la primera ermita: ‘’del Augusto’’, luego vendrán las de ‘’Escoronillas’’, ‘’de las Arrodillas’’, ‘’San Cornelio y de la Cueva’’, ‘’San Blás’’, ‘’Santa Bárbara’’, ‘’de la Cruz o Zoque’’, y, por último: ‘’el Santuario’’. Todo ello en poco más de seis kilómetros y con unas buenas vistas sobre el Valle de Basa con unos extensos ‘’glacis’’ laterales y terrazas fluviales en suaves pendientes —aunque en el habla de la zona se les denomina << coronas>>— que, sin brusquedad, vienen a enlazar el fondo del valle con los verticales escarpes.
Culminar la subida, al llegar al ‘’Zoque’’, se nos presenta una extensa pradera de poblada hierba, en la que destaca el Santuario, con el magnífico telón de fondo del Pico Oturia (1920 m), que se dibuja como si de un zigurat mesopotámico se tratara. La pradera obedece a un relieve sinclinal, ubicado entre la Punta del Mallo (1653 m) y el citado Pico Oturia, con su correspondiente surgencia de agua junto al Santuario y un fuerte precipicio que, a buen seguro, durante la era prehistórica serviría para acorralar a los animales en su caza y abocarlos para forzar su caída.
Se dice que, en el siglo XI, un pastor localizó por estos lugares el cuerpo de Santa Orosia, quién, en su camino desde Bohemia para casarse con un rey aragonés, encontró la muerte ante tropas musulmanas. El pastor obedeciendo el mensaje recibido, depositó la cabeza en Yebra de Basa y el cuerpo lo llevó a la catedral de Jaca, dando comienzo a un bicéfalo culto por caminos y romerías entre Yebra y Jaca, unas veces procesionando a la cabeza y otras al cuerpo que se halla dentro de una urna en el altar mayor de la catedral diocesana.
El Santuario data del siglo XVII. Una época calamitosa y por ende de acrecentada religiosidad. Se suceden los milagros, se reconstruyen las iglesias y se expande la fundación de ermitas hasta bien entrado el XVIII. (Por aquel entonces se solía decir que el cuerpo de Santa Orosia —que reposa en Jaca— concedía más favores que su cabeza —custodiada en Yebra de Basa—, porque los habitantes de esta última población no guardaban la debida penitencia. —Por lo general, cuando un mismo santo está relacionado con más de una población, se suelen argumentar algunas actuaciones preferentes de éste sobre una de ellas, siempre fomentadas por el poder social del momento—).
Este puerto de Santa Orosia, como otros lugares cercanos, fue testigo de las luchas desatadas al final del mes de junio de 1937, que acabaron con el desalojo de la 43 División republicana, para, más tarde, comenzar el repliegue que formó la famosa ‘Bolsa de Bielsa’.