Ruta por Cajigar e Iscles
Recorrido el de hoy, 23 de diciembre de 2015, entre lo que es la divisoria de las vertientes de los ríos Isábena y Noguera Ribagorzana, por lo que es el altiplano de Cajigar y el inicio del valle de Cornudella Baliera, entre las poblaciones de Cajigar/Caixigar/Quixigá y el despoblado de Iscles, pasando por lo que es el alto de La Paul y las antiguas minas de carbón de Santa Eulalia, sin perder de vista, en ningún momento, las estribaciones de la sierra de Sis por su cara sureste/este. En total poco más de 13’5 kms y unas cuatro horas de duración, con unas más que espectaculares vistas paisajísticas que invitaban a ser contempladas con detenimiento.
El itinerario ha sido de ida y vuelta, iniciándolo en el pueblo de Cajigar/Caixigar/Quixigá, junto a la iglesia de Santa María (siglo XI), la cual, dicho sea de paso, en un primer momento llegó a depender del desaparecido Monasterio de Labaix (actualmente bajo las aguas del pantano de Escales, cercano a la población de Pont de Suert), para pasar al Monasterio de Alaón con posterioridad, éste ya en el pueblo de Sopeira. Una parte de la ruta es coincidente con el GR-18, hasta lo que es el devío para el Coll de Vent a la altura de La Paul, y, llegando a Iscles, nos toparemos con el PR-HU 247.
Cajigar/Caixigar o Quixigá, como queramos llamarlo (cuyo topónimo bien pudiera derivarse de la abundancia de quejigos o caixigos), pertenece al municipio de Monesma y Cajigar, en el cual se incluyen otros pequeños núcleos, tales como: “Las Badías, Noguero, Puyol o Latorre”, además de otras casas o caseríos: “Gordo, Monet, Puig de Mas, Solana, Llera y Perico”.
Desde el altiplano en que nos encontramos, tenemos unas excelentes vistas sobre lo que es la cordillera pirenaica (los Besiberris, principalmente), así como de los macizos de Cotiella, El Turbón y, por supuesto, de la cercana sierra de Sis (con L’Amurriadó -1790 m- como su punto más alto); por supuesto, a medida que vamos ascendiendo, se van acrecentando las vistas sobre los valles del Isábena y de Cornudella. La sierra de Esdolomada, con los morrones de Güel, se muestra inconmensurable y en toda su extensión.
Estamos entre la sierra de Berganuy y el Tozal de los Moros en las estribaciones de la sierra de Sis, en lo que se denomina la “Unidad Surpirenaica”, también llamada de “cinturón de cabalgamientos”, que junto con las sierras Ferrera, Chía, Baciero y la Cruz de Bonansa, además de los macizos de Cotiella y El Turbón, conforman lo que es la “Lámina de Boixols” en su representación en Ribagorza. Durante muchos años, en este territorio se extrajo mucha madera, sobre todo para lo que era la fabricación de traviesas para las vías de ferrocarril; también se llegó a producir carbón vegetal, mediante el sistemas de las carboneras, que tanto abundaban por la zona.
El camino de subida hasta La Paul, lugar que divide las vertientes del Isábena y Noguera Ribagorzana, nos ha llevado por entre unas grandes extensiones de campos de labranza, sembrados todos ellos de cereal, pudiendo observar, en las laderas de los montes cercanos los espesos bosques de quejigos y las repoblaciones de pino habidas.
Llegados a La Paul, aparece ante nosotros una espléndida vista del valle de Cornudella, con toda una variedad de formaciones geológicas que harían las delicias de cualquier aficionado a la geología. Hay formaciones de todo tipo: levantamientos, plegamientos, todo tipo de litología de origen marino con sus margas y turbiditas, así como otros materiales de origen continental (conglomerados y areniscas). La gran masa de conglomerados de la sierra de Sis, llegan a constituir un retazo, a modo de “cerro testigo”, de lo que llegó a ser el recubrimiento detrítico de la vieja cordillera antes de que la erosión comenzará al labrado de los valles tal y como hoy los conocemos. Son también llamativos los afloramientos de arcillas de color rojizo, el cual viene dado por la presencia de mineral de hierro en forma de óxidos.
El despoblado de Iscles (muy cercano a él existen unas pocas casas que conformaron el núcleo de Iscles Alto, ahora también deshabitadas) abandonado a principios de los años setenta del pasado siglo, llegó a tener alrededor de cien habitantes. Hoy solo queda alguna casa en pie, el resto son los esqueletos ruinosos de lo que un día fueron. La iglesia parroquial de San Martín todavía permanece erguida, pero no por mucho tiempo, pues el techo ya se ha derrumbado y las grietas ya han hecho acto de presencia en sus muros.
El lugar es bastante inhóspito y de difícil acceso, el pueblo se halla en el fondo de un barranco, en lo que es la ladera de un cerro en cuya cima hay construido un pilaret (San Climent), justo donde, parece ser, existió un antiguo castillo, en los primeros tiempos del Condado de Ribagorza, que cerraba el paso de acceso a la sierra de Sis desde los cercanos núcleos de L’Hostalet y Puilomar.
Durante el camino de vuelta a nuestro punto de partida en Cajigar, nos desvíamos, en el alto de La Paul, hacía la abandonada mina de Santa Eulalia. Dicha mina fue cerrada durante los años 60/70 del pasado siglo, dado los elevados costes que representaba el transporte del material. La explotación del carbón, en los últimos tiempos se llegó a realizar a cielo abierto, y, actualmente, está restaurada en una parte. El cierre de la mina, la paralización de las extracciones madereras, la falta de unas adecuadas vías de comunicación y de unos servicios mínimos, así como por otros motivos producto de los cambios sociales habidos en los últimos tiempos, contribuyeron bastante a la despoblación y abandono del territorio en que nos hallamos.
La actividad minera en el Pirineo fue bastante notable en siglos pasados, especialmente en lo referido a extracción de materiales metálicos y carboníferos (plomo, plata, hierro, lignitos, ….), aunque también las han habido de calizas, yesos, ofitas o áridos, y, allá por los pasados años 50 y 60, se efectuaron buen número de prospecciones petrolíferas por estos alrededores; en la actualidad, la única minería existente se centra en lo que son las explotaciones de áridos para la construcción.