Subida a la ermita de Lumbierre
Paseo matinal efectuado el día 3 de octubre de 2014, iniciando su ascenso desde las cercanías de la presa del embalse de Barasona. A primeras horas, el día no era del todo claro, pues, una especie de neblina impedía ver con nitidez el entorno paisajístico que nos rodeaba.
La muy antigua y arruinada ermita de Lumbierre, llegó a formar parte de un recinto fortificado ubicado sobre un elevado promontorio en la orilla izquierda del río Ésera, justo a la altura de la presa de Barasona y enfrente de la ermita de San Román de Castro. La localización de dicho fortificación, al igual que la de Castro al otro lado del congosto y justo enfrente, servía para controlar el estrechamiento del río Ésera, que se encuentra a sus pies.
Nos tendríamos que remontar a los siglos X y XI para conocer la historia de este castro de Lumbierre, el cual formó parte de la llamada Marca Superior. (A lo largo del desarrollo de este Blog, iré haciendo distintas reseñas sobre lo que fueron las Marcas Superior e Hispánica, y lo que llegaron a representar para la historia del Condado de Ribagorza).
Una vez hemos llegado a la planicie que hay antes de la ermita, las visitas paisajísticas son impresionantes y eso que el día no acompañaba mucho para ello (en un día claro y limpio, tienen que ser espectaculares). A nuestro pies el embalse de Barasona, distinguiendo Torres del Obispo, Pueyo de Marguillen, La Puebla del Mon, los despoblados de Castarlenas y Cancer, Secastilla, La Puebla de Castro, el yacimiento de Labitolosa, la urbanización Lago de Barasona, con Graus al fondo; también teníamos una buena vista de la ermita de San Román de Castro, justo enfrente, y del profundo congosto del río Ésera, y, allá a lo lejos, se podía ver hasta el monasterio de El Pueyo. Por supuesto, la vista que se ofrece sobre el final del valle del Ésera es, sencillamente, fabulosa.
El acceso a la ermita es bastante accesible en estos momentos, gracias a los trabajos de limpieza realizados por la Asociación Ramiro I, de Graus
De lastimosa se podría calificar la situación de esta edificación, en estado de ruina total, sin techumbre y con algunas de sus paredes laterales totalmente caídas. El abandono y dejadez a la que ha estado sometida esta ermita y toda la fortificación que la rodea ha sido total. Penosa la situación de parte de nuestro patrimonio.
Mi opinión es de que debiera hacerse una limpieza de todo el entorno, pues está lleno de maleza que impide recorrer el recinto con comodidad, y, además, tratar de hacer un trabajo de conservación de lo poco que se mantiene en pie e indagar sobre la historia del lugar, que podría ser hasta de interés.