Ruta entre Chiriveta, Ermita del Congost y Montgai
Ruta con inicio y final en Chiriveta, pasando por la ermita de Nuestra Señora del Congost, el camino de La Feisá, la aldea del Mas y Montgai.
17-abr-2019 — 16 km — 654 m de desnivel acumulado.
Un entretenido paseo por la parte más oriental de la Comarca de Ribagorza, en lo que es el Montsec de Aragón, siguiendo las indicaciones de los PR-HU 206 y 45, además de la existentes en el Camino de la Feisá —cuyo acondicionamiento es de hace unos meses—. Un duro territorio encajonado entre las sierras del Montsec de L’Estall y la Blanca o de Chiriveta y la cola del pantano de Canelles en el río Noguera Ribagorzana (Nocharia), el cual hace de línea divisoria con Cataluña.
Un terreno de orografía un tanto compleja, pura transición entre las cumbres pirenaicas y la depresión del Ebro, con altos valores biológicos y paisajísticos, además de históricos. Frontera natural entre Aragón y Cataluña, de carácter agreste y profundos barrancos y garantas, de verticales y sobrecogedores escarpes rocosos, a las puertas del impresionante congosto de Mont-rebei.
Chiriveta
Despoblado desde hace unos años. A raíz de la construcción del embalse de Canelles en la pasada década de los sesenta, la población fue disminuyendo paulatinamente. Algunas de las casas ya han caído, otras se han recuperado y las que más esperando un triste final. Destaca la iglesia de la Piedad, del siglo XVIII/XIX, con un porvenir nada halagüeño como no tenga pronto algún tipo de intervención para su mantenimiento.
Siguiendo las indicaciones del PR-HU 206, nos lleva hasta la ermita de Nuestra Señora del Congost, pasando por la fuente subterránea del pueblo. Un itinerario por antiguos caminos flanqueados por paredes de piedra, en un entorno donde sobresale algún que otro árbol monumental —quejigos—; un poco antes de llegar a la ermita, la senda nos permite disfrutar de unas bonitas panorámicas sobre el pantano y las cercanas tierras catalanas —la ladera desciende hasta las orillas del río en una sucesión de bancales que, en su día, fueron ganados trabajosamente al monte y que, poco a poco, van siendo reabsorbidos de nuevo por éste con una prolífica vegetación espontánea.
Ermita de Nuestra Señora del Congost
Una bonita capilla de los siglos XI/XIII, que fue restaurada hace un par de décadas. Ubicada al borde de un vertical y rocoso escarpe, con las remansadas aguas de color turquesa de la cola del embalse de Canelles a su pies, como queriendo bendecir y salvaguardar la entrada del espectacular Congosto de Mont-rebei, enfrente del aparcamiento de La Masieta en tierras catalanas.
A orillas del pantano, allá en el fondo, se halla la vieja ermita de Nuestra Señora del Congost, de acceso complicado y no recomendable.
Un lugar éste donde permanecer un buen rato, para embriagarse de naturaleza y disfrutar del silencio que te rodea.
Camino de la Feisá
Se inicia junto a la ermita de Nuestra Señora del Congost. De momento, abandonamos el PR-HU 206 —si lo continuáramos pasaríamos por el Castillo de Chiriveta— y que volveremos a retomar más adelante. Un camino que, en sus inicios, pasa bajo una alargada visera rocosa que protege lo que fueron unas antiguas corralizas y restos de un antiguo poblado medieval. Vertiginosa y estrecha faja que transcurre entre altos y verticales farallones, donde hay que tener cuidado con los desprendimientos.
Espectacular visión de la entrada a la garganta de Mont-rebei y sus verticales paredes calizas, un cañón que se vio obligado a excavar el río Noguera-Ribagorzana para abrirse paso en su camino hacia el valle del Ebro.
Una señalizada senda nos bajará hasta el cauce del barranco de las Ortogas o Lliterá, y una vez salvado el paso de la Lluga —que está equipado con escalones metálicos y sirgas pasamanos, y que no representan ningún problema—, subiremos por la empinada ladera de la Solana del Morral hasta el llamado Pla del Castell, cerquita del Castillo de Chiriveta, una torre cilíndrica de vigilancia del siglo XI que enlaza visualmente con las de Viacamp y Alsamora, vigilante de los caminos que bajaban desde tierras más al norte y que se bifurcaban hacia Graus o Benabarre por el castillo de Fals, ya cerca de Tolva.
Desde aquí ya solo queda dirigirnos a la despoblada y arruinada aldea de El Mas, para continuar hasta el PR-HU 45, que nos ha de llevar hasta el deshabitado pueblo de Montgai.
Nos encontramos en lo que podría considerarse la intersección de dos pisos bioclimáticos, ‘colino y montano’, en los que abundan los quejigos y algunas especies características de lo que es la región mediterránea, como la carrasca, por ejemplo. Un terreno abrupto, fundamentalmente calcáreo, en los que el hombre ha tenido que modificar el paisaje para intentar ligarlo con la agricultura y la ganadería, cruzado por antiguas cabañeras y caminos encajados entre piedras. Un territorio que, dado su carácter agreste y fronterizo, ha visto marcado siempre su destino, pues siempre fue, desde los tiempos del medievo, un estratégico y codiciado enclave.
Montgai (Monte Gaudio)
Para llegar hasta aquí, hemos tenido que superar la serreta de Montgai, de prolongada pendiente y terreno calcáreo. Lo que son las viejas casas del pueblo se hallan adosadas a lo que es la parte baja de unos verticales farallones rocosos, a refugio del frío y de cara al solano, en la parte alta de lo que es la vaguada drenada por el barranco del mismo nombre (Montgai).
Los edificios de piedra que conformaban el núcleo habitado, se hallan en situación ruinosa. Poco queda de lo que pudo ser este lugar, que bien pudiera considerarse como rupestre y en el que vivir aquí no sería nada fácil.
Llaman la atención unos edificios inacabados, que llevan paralizados varios años y de los que nadie sabe su finalidad, pues su promotor falleció hace ya algún tiempo.
Paso a reseñar otras rutas que tenemos hechas por el Montsec de Aragón (aunque también hemos visitado el Congosto de Mont-rebei, por las pasarelas de Montfalcó, del que no tengo hecho ningún Post al respecto):