Ruta por Rodellar y los Pozos de nieve de Bagüeste
Estupendo día el de hoy, 6 de mayo de 2015, para acometer la ascensión a los Pozos de nieve de Bagüeste desde el pueblo de Rodellar; la temperatura ha sido buena y el sol nos ha acompañado en todo momento por lo que las vistas de las que hemos disfrutado en todo momento han sido fantásticas. El camino de subida, y más el de bajada, ha sido bastante duro y exigente, con un desnivel superior a los 800 metros y habiendo alcanzando una altura máxima que superaba con creces los 1500 metros.
Hemos iniciado la partida en dirección al pequeño pueblo de Cheto, por medio de un bonito camino entre paredes de piedra seca y profunda vegetación.
Superado Cheto, a través de una trocha que va bordeando el barranco de La Virgen, vamos ascendiendo hacía los Pozos de Nieve, hasta alcanzar una especie de mirador desde donde se puede observar el Barranco del Mascún, con sus fantásticas formaciones geológicas (La Torre de Santiago; La Ciudadela; La Cuca Bellostas; … ) producto de la erosión del terreno calizo que conforma todo el entorno.
En la medida que vamos ascendiendo, el paisaje del que podemos disfrutar se puede calificar de inconmensurable, con unas excelentes vistas sobre el valle de Rodellar, los cañones del río Alcanadre y del barranco del Mascún, el Cabezo de Guara y un poco más al fondo el Tozal, comenzando a aparecer las llamadas “tierras deshabitadas de Guara”, en las que se pueden apreciar algunos de los pueblos abandonados allí existentes: Otin, Bagüeste, Letosa, Nasarre, Pardina Bellanuga, ….
Una vez coronada la sierra, con los Pozos de Nieve como objetivo, el paisaje todavía se agranda más, con unas bellas vistas sobre toda la barrera montañosa de los Pirineos, las Comarcas de Sobrarbe y Ribagorza, las llanuras de los somontanos de Huesca y Barbastro, el macizo central de la Sierra de Guara, con su picos más representativos (El Tozal -2077 m-; El Cabezo -1870 m-; Punta de Ballemona -1945 m-; Tozal de Cubilars -1867 m); así como la cercana sierra de Sevil y la profunda garganta del río Balced.
La llegada a los Pozos de Nieve de Bagüeste, aparte de suponer para nosotros toda una satisfacción, nos hace pensar en las duras condiciones climatólogicas que tenían que soportar los trabajadores para la recogida y el empozado de la nieve para su conservación, pues debían hacerlo en los meses más crudos del invierno y los equipos que llevaban por supuesto no son los de ahora; ¡mala faena! Tampoco el transporte de los bloques de nieve para su distribución y venta debía ser nada fácil, ya que aparte de la gran distancia existente debía añadirse los fuertes desniveles y a que, en la mayor parte de los casos, el transporte lo llegaban a hacer de noche para que el producto pudiera llegar a su destino en las mejores condiciones posibles.
Iniciamos el descenso por el barranco de San Martín, el cual resulta ser bastante empinado y un largo camino plagado de piedra caliza suelta que nos complica un tanto la bajada, pudiendo observar la gran cantidad de Nummulites, también llamados “dineretes”, los cuales son petrificados organismos marinos del Eoceno.
Una vez finalizada la ruta e iniciado el viaje de regreso, nos acercamos hasta el pequeño núcleo de San Saturnino, donde nos llamó la atención la garra de una ave rapaz clavada en la puerta de entrada de una casa y el techo del patio de entrada estaba lleno de “almas” pegadas; esta “almas”, eran trozos de grasa que se extraían de la matanza de los animales.