Cementerios
¡RIBAGORZA!…
Aguilar
<<Cementerios abandonados>>
Unos breves forcejeos y consigues abrir las enrejadas puertas de estos recintos en los pueblos abandonados, enmarañadas las más de las veces con las altas hierbas o las zarzas. Viejas y agrietadas tapias ya desconchadas y encaladas en otros tiempos los rodean, con algunos huecos todavía adosados a modo de repisas, como si de antiguas tiendas de ultramarinos o de confección se trataran, en lo que tan solo faltan los letreros de: <<casa en venta o alquiler>>.
Cuando la desidia hace acto de presencia en estos sitios, se vuelven agrestes, solitarios y tristes, en los que la activa vegetación termina por desplegar sus mejores y asilvestradas galas.
Intentas rememorar como serían aquellos entierros, las homilías o los discursos del cura, las humedades y el frescor del interior de las iglesias, el retablo del altar mayor o las pinturas y adornos de las pequeñas capillas, así como los aromas florales y el olor del polvo acumulado.
Cuando se acababan las ceremonias religiosas, las comitivas de los entierros se detenían justo donde se iba a dar sepultura al finado de turno. La gente también se paraba y permanecía de pie: familiares, viejos amigos y algunos vecinos o conocidos. Todos terminaban por mirar al cielo, que en los días calurosos de verano acostumbra a lucir claro y bien azulado, y comenzaban a hablar del tiempo, tal y como lo venían haciendo los antepasados; hablaban del tiempo como si nada hubiera ocurrido, mucho antes incluso de haber dado sepultura al muerto.
Al final, la vida sigue.
(Julio 2021)