Crestas
¡SOBRARBE!…
Crestas de la Forqueta subiendo al pico L’Aiguillette (Puerto de Bielsa)
Tras largos zigzags y algún que otro rodeo por la empinada ladera, que ayudan a suavizar la pendiente, llegas a lo más alto de las crestas (crenchas), esos lugares ricos en historia, de ritos y religión, además de inmensas sabidurías morales y que han servido como líneas divisorias de identidades comunitarias.
Sigues por la cresta sin encontrar grandes obstáculos en estas altas cumbres y grandes montes, un lugar donde las montañas se suceden unas con otras, a la vez que se dibujan nuevas formas allá en la lejanía, más suaves unas y difuminándose otras. Sitios donde se suceden abruptos roquedos y pedreras, además de extensas praderas para los pastos. Valles que por allí nacen para acabar surcados por el fluir de los barrancos.
Estratégicas atalayas que acostumbran a regalarte sorprendentes panorámicas y donde los agobios no tienen acogida. La inmensidad de los paisajes, te ayudan a poner los problemas en perspectiva y aprendes a amar a la naturaleza. Todo un premio al esfuerzo realizado.