Ruta entre Abizanda y Ligüerre de Cinca

Nueva visita a la Comarca de El Sobrarbe y nuevo comienzo de ruta en el pintoresco pueblo de Abizanda. Este itinerario, realizado el 8 de abril de 2015, lo hemos hecho entre las poblaciones de Abizanda y Ligüerre de Cinca, pasando por Escanilla y El Mesón de Ligüerre, pueblos que sorprenden por la cantidad de casas-fortaleza existentes y por lo bien arreglados y conservados que están.

El camino nos ha llevado por el GR 1.1, hasta coger el GR 1, siendo bastante entrenido, pues aparte de atravesar por poblaciones, hemos tenido la oportunidad de visitar varias ermitas, algunas de ellas en mal estado, y los restos de lo que fue en su día el castillo de Escanilla. Las vistas han sido excelentes, pues la luminosidad del día también acompañaba, pudiendo disfrutar de unas buenas panorámicas sobre el Pirineo, la sierra del Arbe, el embalse de El Grado y el propio Sobrarbe.

Iniciamos el recorrido en Abizanda, en la plaza del pueblo, para dirigirnos a la ermita de Santiago, que se halla en situación ruinosa, no sin antes pasar por el restaurado pozo árabe de la localidad.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Seguidamente, y a través de una pista forestal, iniciamos la subida a la ermita de la Virgen del Monte, ya en el término de Escanilla, el ascenso es largo pero no muy duro. La ermita, del siglo XVI,  se encuentra en buen estado y se nota que suben a venerarla en romería manteniéndola cuidada así como su entorno.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Camino del castillo de Escanilla, aunque más bien es una Torre de vigilancia militar, la cual data del siglo XI, y comunica visualmente con las Torres de Abizanda y de Samitier, nos encontramos con otra ermita, esta vez la de San Juan Evangelista, datada en los siglos XVI ó XVII, donde, antiguamente, los vecinos del lugar iban la noche de San Juan para cumplir con un ritual de los baños en el alba del nuevo día con unos cánticos caídos ya en el olvido.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Desde la base del torreón del castillo de Escanilla, se pueden disfrutar de unas excelentes vistas, destacando la sierra del Arbe por su cercanía, que sirve de línea divisoria entre las Comarcas de El Somontano de Barbastro y El Sobrarbe. Un recorrido por dicha sierra es espectacular, el cual ya realizamo el pasado mes entre los pueblos de Olsón y Abizanda, para, posteriormente, atravesarla por el alto de Pino entre Abizanda y Naval.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El descenso hasta el pueblo de Escanilla, lo efectuamos por el antiguo camino que servía de acceso al castillo. La senda estaba en muy buen estado y limpia de vegetación.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La visita por el pequeño pueblo de Escanilla nos sorprendió gratamente, pues está muy bien conservado y con impresionantes casas-fortaleza. Vale la pena darse una vuelta para conocerlo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Efectuada la visita al pueblo de Escanilla, nuestro próximo destino es Mesón de Ligüerre, lugar recuperado por una organización sindical y donde destacan unas buenas instalaciones de tipo turístico con un gran camping.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 Una vez hemos atravesado la zona de acampada en el Mesón de Ligüerre, lugar por donde nos lleva el GR 1, nos dirigiremos hacia nuestro destino final, Ligüerre de Cinca, por una pista que nos llevará bordeando el embalse de El Grado. El pueblo de Ligüerre de Cinca, es un bonito lugar recuperado por un sindicato en el que han hecho un buen trabajo de restauración, convirtiéndolo en un acertado destino vacacional; de no ser por dichos trabajos de recuperación, a  buen seguro este pueblo, que fue abandonado y despropiado a raiz de la construcción del pantano de El Grado, sería hoy un lugar arruinado y pasto de la vegetación incontrolada.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Desde Ligüerre de Cinca, puede apreciarse perfectamente el final del congosto del Entremón, impresionante desfiladero de paredes cuasi verticales de hasta 400 metros de altura, el cual resultó un lugar difícil de paso para aquellas navatas que, durante muchos años, transportaban troncos de madera desde el Pirineo hasta las tierras bajas del río Ebro, llegando hasta Tortosa.

El congosto está comprendido entre lo que es la presa del embalse de Mediano y la cola del pantano de El Grado. Es una bonita ruta ornitológica, ideal para la observación de aves, con una exuberante vegetación de tipo mediterráneo.