Ruta circular por Barbastro – Cregenzán – Burceat
Variedad en el paisaje hemos tenido durante el paseo matutino, desde extensas plantaciones de viñedos, pasando por otras de almendros o de centenarios olivos, además de campos de secano dedicados al cereal y otros puestos en regadío gracias a la red de acequias existentes y que canalizan las aguas del río Cinca desde el embalse del Grado.
El itinerario de hoy, 13 de mayo de 2015, ha resultado ser una Circular con inicio y final en Barbastro, pasando por los pueblos de Cregenzán y Burceat, y durante un pequeño trecho hemos caminado por el GR-45, aunque la mayor parte del trayecto lo hemos realizado por antiguos caminos que unen los núcleos urbanos de Barbastro, Cregenzán y Burceat (camino de Barraón, camino Fondo, …..).
Esta ruta no ha sido muy exigente en cuanto a esfuerzo físico, pues el desnivel máximo apenas ha superado los 140 ó 150 metros , aunque la temperatura ha sido más bien calurosa.
Cregenzán, es un pequeño pueblo que domina una vasta extensión de territorio, desde donde se pueden observar pueblos como Costean, Hoz de Barbastro, Coscojuela de Fantova, Montesa, Salas Altas y Salas Bajas, Berbegal, ….., y, por supuesto, el Monasterio de El Pueyo.
El pueblo de Cregenzán, antaño gran productor de buen aceite, aunque también lo es en la actualidad, cuenta con una bonita iglesia (siglo XVI) sobredimensionada para lo que han sido y son los habitantes con los que cuenta, y ello es debido a que fue el lugar elegido por el Obispo de Barbastro para pasar unas largas temporadas de descanso, lo que explica la calidad y magnitud de la obra en cuestión. Anexo al templo, se halla un gran edificio, construido en ladrillo, que fue la antigua abadía.
En una de las fachadas de la abadía, junto al portal de entrada de entrada de la iglesia, se halla una hornacina en la que se halla la imagen de la Virgen del Pueyo junto a San Balandrán. (Cuenta la leyenda que, a principios del siglo XII, después de que el rey Pedro I conquistara la ciudad de Barbastro, el pastor Balandrán se hallaba apacentando un pequeño rebaño cuando se le apareció la Virgen, la cual le encomendó debían construir un templo en su honor en aquel mismo lugar, de ahí el origen del Monasterio de El Pueyo).
El tímpano de la portada de la iglesia, representa una gran concha símbolo de los peregrinos.
Una vez visitado el pueblo de Cregenzán, nos dirigimos hacía el pueblo de Burceat, pero pasando antes por le ermita de Santa Bárbara, que está a las afueras.
Viejos y centenarios olivos, así como plantaciones bien cuidadas, nos acompañan durante el camino entre Cregenzán y Burceat.
Llegando a Burceat, pasamos por una balsa a la entrada del pueblo, con mucha maleza por cierto, y nos dirigimos hacía su iglesia, que data del siglo XVII. Este pequeño pueblo, con muy pocos habitantes, cuenta con unas grandes y antiguas casas tradicionales de portadas doveladas, muchas de las cuales, por desgracia, en estado avanzado de ruina.
Iniciando el camino de regreso a Barbastro, nada más salir de Burceat, nos encontramos una Cruz al lado de la carretera que porta un bajo relieve que representa el 5º Misterio de Dolor. En otra visita anterior a este pueblo, nos contaron que había un personaje bastante pudiente, que hizo levantar toda una sucesión de cruces desde Burceat hasta Barbastro, así cuando hacía el recorrido andando podía realizarlo rezando el Santo Rosario.
Una vez finalizado el paseo, en un local social, pudimos dar cuenta de una estupenda comida, en un ambiente de buen rollo y armonía.