Ruta Circular por Finestras
Visita a un lugar emblemático de la Comarca de Ribagorza más oriental, como es el pueblo de Finestras y su “muralla china”, una más que espectacular formación geológica, con sus alineadas crestas que son fruto de levantamientos verticales de unos estratos en forma de grandes y puntiagudas losas, donde la erosión también se ha prodigado con esmero.
El recorrido de hoy, 25 de mayo de 2016, de ida en vuelta entre el puente de Penavera y el abandonado pueblo de Finestras. En total poco más de 14 km, por una monótona pista forestal entre una profunda vegetación de encinas y de pinar repoblado, bordeando el embalse de Canelles, que se encontraba repleto de agua.

Comenzamos la andada en el puente de Penavera que cruza un profundo y estrecho barranco excavado por el río Guart y donde llega el remanso del embalse de Canelles para recoger las aguas que dicho río le vierte a la altura del derruido pueblo de Caserras del Castillo. El río Guart es receptor del río Cajigar aguas abajo de los pueblos de Atenza y Ciscar. Este último río, Cajigar, es un paraíso para los barranquistas, por sus estrechos y sombríos congostos, una vez pasado Tolva y el castillo de Fals en el llamado Congosto de Cajigar.




Nos hallamos en la parte más suboriental de la Comarca de Ribagorza, lindante con la provincia de Lérida, actuando el propio embalse de Canelles, en el río Noguera-Ribagorzana, de línea divisoria. Es un inmenso territorio deshabitado, en lo que es el Montsec de Aragón, salpicado de pueblos en estado de ruina, otrora llenos de vida y hoy vacíos, tales como, además del propio Finestras, Chiriveta, L’Estall, Fet, Monfalcó o Mongay, todos ellos pertenecientes al municipio de Viacamp y Litera, a los que habría que sumar el cercano Caserras del Castillo, perteneciente al municipio de Estopiñán del Castillo.


A principios del pasado siglo XX, esta era una zona llena de vida, pues sumando los habitantes que llegaron a tener los pueblos citados, la cifra superaría con creces el millar y medio. Hoy en día, entre todo el extenso territorio del municipio de Viacamp y Litera no creo que la cifra de personas que habitualmente viven allí supere los exiguos números de 50 ó 60.


A principios de la década de los años sesenta de la pasada centuria, el río Noguera-Ribargozana albergó una serie de grandes embalses, como los de Escales (152 hm3), Santa Ana (237 hm3) o el propio Canelles (679 hm3), dedicados a la producción eléctrica y al regadío, convirtiendo un tramo de su cauce, de alrededor de 50 km., en un gran almacén de agua; por si fuera poco, en los años ochenta, aún se construyó un nuevo pantano, el de Baserca (22 Hm3) en las cercanías de Aneto – Senet, antes de llegar al Túnel de Viella. En total casi 1100 Hm3 de reservas de agua en un maltratado y esquilmado río.

La construcción de los grandes pantanos, llevó consigo el abandono y olvido de estos parajes, que quedaron fuera de cualquier posible nueva vía de comunicación y desterrados de los mapas, pues, se inundaron fincas, se perdieron los caminos y se despropiaron extensas superficies del territorio que más tarde fueron repobladas, lo que contribuyó al abandono de las tierras y emigración de sus gentes en busca de un futuro más prometedor, encaminándose hacia Cataluña en la mayoría de los casos. De todas formas, es un territorio de quebrada orografía, en el que se practicaba la economía de autosuficiencia y de subsistencia.

Finestras, antaño un pueblo rebosante de vida, lleno de olivos y con grandes producciones de aceite, es hoy un lugar arruinado, con las casas caídas, a excepción de una (Casa Coix) en la que, parecer ser, todavía sus propietarios pasan algunas temporadas en ella. Poco a poco, la vegetación hace más acto de presencia, absorbiendo sus estrechas calles. En lo que fue la plaza del pueblo, todavía permanece en pie lo que es la fachada de su antigua iglesia de Santa María (siglo XVII), coronada por una espadaña que ya ha perdido uno de sus vanos.




La cercana ermita de San Marcos (siglo XVII), ubicada en lo alto de un pequeño cerro cercano al pueblo de Finestras, es de un estilo popular con una sola nave y de planta rectangular, la cual conserva todavía restos de una ornamentación pictórica en su pared interior occidental. Las vistas que se tienen desde la misma son realmente espectaculares, el pantano a nuestros pies, con la presa al fondo entre las sierras de Perpellá (889 m) y de Blancafort (929 m). Pero lo que más atrae nuestra atención es la formidable formación geológica, a la que, popularmente, se le llama la “muralla china”.






La “muralla china”, una cuasi perfecta alineación de crestas correspondientes a unos verticales estratos pétreos levantados, en cuyo interior se hallan las ruinas de un antiguo castillo, así como las de la ermita de San Vicente (siglo XI). Varios de los componentes de la caminata quisieron acceder a la ermita, pero no pudieron llegar a ella al estar anegada la senda, pues, como ya se ha dicho antes, el embalse estaba casi al completo de su capacidad.


En resumen, es una excursión sin ningún tipo de dificultad, bastante monótona en cuanto al camino, aunque por entremedio de una extensa zona de arbolado y con algunas vistas sobre las aguas del pantano que cubren los profundos barrancos, pero que vale la pena hacer aunque solo sea para poder ver la magnífica formación geológica al final del recorrido.
