Ruta entre Cerler, Eresué y Sesué
Aprovechando el buen tiempo, que todavía nos deparan los primeros días de noviembre, y antes de que la meteorología cambie, hemos disfrutado de una excelente caminata por el valle de Benasque, entre las poblaciones de Cerler y Sesué. El paseo, de unos 15 km, ha dado comienzo en Cerler (1500 m), justo en la zona de aparcamientos a orillas del barranco Remáscaro, para ascender por la margen derecha del barranco Puimestre, por debajo del telesilla, hasta lo que es el snowpark, cuya cota se halla situada a 1811 m (una fuerte pendiente, que nos ha puesto a prueba y ha servido de “calentamiento”, más de 300 m de desnivel en apenas 600 m de recorrido, ¡¡buen comienzo!!); una vez alcanzado el telesilla hemos tomado una pista en muy buen estado, por nuestra derecha, para ir bordeando la parte alta de la sierra de Anciles y llegar hasta Eresué (1350 m); desde este pueblo, a través del PR-HU 85 hemos descendido a Sesué (1050 m), final de nuestra etapa.
El día de hoy, 2 de noviembre de 2016, nos ha deparado una excelente jornada senderista en cuanto a temperatura y visibilidad. Cielos totalmente despejados y con unas vistas paisajísticas excepcionales de lo que es el valle y los cercanos macizos de Posets y Perdiguero, con el añadido de la variedad cromática de colores con que nos ha deleitado la vegetación. Es una ruta para repetir y, de poder ser, habría que hacerla en cada una de las estaciones del año, para poder contemplar las distintas tonalidades paisajísticas.
Nos hallamos en la zona alta de la Comarca de La Ribagorza, rodeados por los grandes dominios de los antiguos macizos graníticos, tales como La Maladeta, Perdiguero o Posets, con unas altitudes que, con frecuencia, ven superados los 3000 metros.
El barranco Remáscaro, es el que drena la zona donde nos encontramos, recogiendo las aguas sobrantes de las laderas sur de los Montes Malditos, y, por su margen izquierda, recibe los aportes de lo que es la zona del Ampriú y todo el cordal de altas cumbres, que forman parte de lo que es la sierra de Anciles y su prolongación, tales como el Pico de Eresué (1827 m), Punta Labert I (2223 m), Punta Labert II (2324 m), Punta Cogulla (2387 m), Pico Gallinero (2728 m), Pico Cerler o Saullé (2409 m) o la Tuca del Cibollés (2749 m). Precisamente, en esta Tuca del Cibollés, es donde se forma el circo principal de lo que fue un antiguo glaciar que, bajando por el Ampriú, llegaba a juntarse con el del barranco Remáscaro.
El barranco Remáscaro, atraviesa unas morrenas glaciares, de abundantes arcillas, fácilmente movibles y erosionables, cuyos arrastres acaban en el embalse de Linsoles, haciéndolo susceptible de aterramiento. Además, este barranco es el causante de grandes avenidas de agua que, en más de una ocasión, han causado estragos por los territorios situados más abajo.
Por el valle de Benasque, ya hemos realizado varias rutas, algunas de las cuales, por estar muy cerca de donde nos encontramos, se quieren resaltar aquí:
- Pueblos del Solano. Valle de Benasque
- Camino del Solano
- Chía – Sahún – Guayente
- Circular embalse de Linsoles
- Congosto de Ventamillo
- Chía – Seira
- Ruta de las tres cascadas. Benasque
- Gorgas del Alba. Benasque
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El valle de Benasque, está compuesto por dos sub-valles, el más septentrional con centro en Benasque, y el más meridional con Castejón de Sos como su parte central. El Castellaso, a la altura de Sahún y del embalse de Linsoles, hace como de punto divisorio entre ambas partes.
Todo el recorrido nos ha deparado unas excelentes vistas, disfrutando de la exuberante vegetación (coníferas, abedules, fresnos, abetos, avellanos, álamos, …. ….) bajo la que discurría una muy practicable pista rodada. El espectáculo estaba asegurado, juegos de luces, variedad cromática de colores, un espléndido fondo del valle y una admirable visión de los macizos graníticos de Posets, Perdiguero y Las Maladetas. Buenas vistas, desde El Forcallo, de la aigüeta de Eriste con el embalse de Linsoles al fondo.
El descenso hasta Eresué, ya en la vertiente sur del cordal montañoso, donde imperan El Gallinero y la tuca Cibollés, era todo un espectáculo de colores, con el macizo del Turbón al fondo y la sierra de Chía a nuestra derecha.
Desde Eresué, la bajada hasta Sesué, la hicimos a través de un tramo del PR-HU 85, de fuerte pendiente y con peligro de resbalar o de poner el pie donde no se debía, pues había gran cantidad de hojas caídas.
Resumiendo, una gran jornada senderista, que no nos importaría repetir, a pesar de que, en algunos momentos, ha sido algo durilla, sobre todo en las últimas bajadas.