Ruta entre Chía, Sahún y Guayente
Continuamos el recorrido por el PR-51, por lo que es la margen derecha del río Ésera, pero esta vez en sentido ascendente, con inicio en el pueblo de Chía y final en el Santuario de Nuestra Señora de Guayente, una vez pasado Sahún. El pasado día 18 de mayo, transitamos también por este mismo PR-51, pero con inicio Chía y final en Seira, pasando por la parte más alta del Congosto de Ventamillo.
El paseo de hoy, 6 de junio de 2016, de poco más de 10 km, ha resultado ser de lo más atrayente, con unas espectaculares vistas sobre lo que es la parte baja del Valle de Benasque, donde destacan los pueblos de Castejón de Sos, Gabás, Arasán, Liri, Sos, Ramastué, Eresué, Sesué y Villanova, además de los de Chía y Sahún, principio y final de nuestra excursión de hoy. Las vistas sobre el macizo de El Turbón, el Coll de Fadas, la Tuca de Urmella, el Gallinero, los montes de Cerler y de Eriste, así como la imponente sierra de Chía con su puerto de Sahún en lo más alto, son realmente impresionantes.
Iniciamos la caminata en el pueblo de Chía, ascendiendo a su punto más alto, donde se encuentra su iglesia parroquial, de San Vicente (siglo XVI, remodelada en la segunda mitad del siglo XX) y también la antigua ermita de San Martín (siglo XIII). Cogemos la pista que lleva hasta el Valle de Gistaín, pero haciendo parada en un cercano mirador, junto a unas antenas, desde donde se obtiene una gran vista panorámica del valle de Benasque y los montes que lo circundan en toda su extensión, todo un espectáculo paisajístico.
El Valle de Benasque, en cuya parte más meridional nos encontramos, en lo que acostumbra a denominarse como la Alta Ribagorza, es un valle que se extiende a lo largo del tramo superior del río Ésera, el cual se subdivide a la vez en dos partes: la más septentrional que se halla flanqueada por los macizos más elevados del Pirineo (La Maladeta al este y El Posets al oeste), en cuyo centro se halla la localidad de Benasque, y luego tenemos la más meridional, que es justamente donde nos encontramos, y cuya población más importante es Castejón de Sos; ambas partes están separadas por el estrecho de Sahún y Guayente.
Continuando por la pista en sentido Valle de Gistain, nos encontramos un cruce de caminos (lo que es la “Cruz de Chía”) y cogeremos el de la derecha, el cual nos llevará en ligero descenso por toda la costera hasta nuestro destino final, pasando por encima de Villanova, que dejaremos al fondo.
El camino es una preciosidad, de fácil tránsito y sin problemas de orientanción, rebosante de vegetación por todos los lados, donde abundan los fresnos, abedules, bojes, quejigos, olmos, …. …. Discurre ajustándose a los desniveles de la ladera, entre prados de verde hierba donde nos hemos encontrado con buen número de vacas pacientemente pastando y sin inmutarse por nuestra presencia. Es una antigua vía de comunicación entre los pueblos, donde todavía hoy permanecen bastantes trozos empedrados, en la que la sombra es la nota predominante con bonitos juegos de luces en algunos de sus tramos. Un agradable paseo para la época veraniega, pues la temperatura es fresca y bastante húmeda. Una prueba de las sombrías y húmedad existente, es la gran cantidad de musgo que se desarrolla sobre las piedras que conforman los muros del camino.
Por esta zona más meridional del Valle de Benasque, ya hemos hecho algunas rutas, todas ellas muy bonitas y que no debemos de olvidar: “Camino del Solano” – “Circular embalse de Linsoles”” – “”Congosto de Ventamillo”, sin olvidar la ya reseñada entre “”Chía y Seira””.
Antes de llegar a Sahún, pasaremos por lo más alto de una antigua cantera de extracción de mármol, y atravesaremos por una palanca el barranco de Surri, que bajaba bastante caudaloso. Este barranco se nutre inicialmente de las aguas de los desagües de los ibones de Barbarisa (más de 2300 m de altitud), para luego ir recogiendo las que provienen de las zonas aledañas al collado de Sahún (2000 m).
Sahún, es un pueblo recuperado y muy bien conservado, con sus casas de fachada de piedra. Mi opinión es de que, quizá, se haya abusado un poco en decorar las fachadas de los edificios con tanta piedra en estos últimos años, pues, al final, resultan excesivamente monótonos los conjuntos urbanos.
En el pueblo de Sahún, de pronunciadas cuestas, destaca su iglesia parroquial de San Pedro y San Juan (con antigüedad desde el siglo XII, aunque remodelada en el XVI). El acceso a la misma se realiza mediante una portada de arco de medio punto, quedando la puerta cobijada por una bóveda, sobre la que, en su fachada exterior, se encuentra incrustado un crismón.
Subimos al punto más alto del caso urbano para tomar el camino que nos llevará al cercano Santuario de Guayente. Hemos de pasar por un bonito rincón acondicionado sobre el barranco de Cambra, que también lleva un buen chorro de agua; este barranco recoge las aguas de la cercana sierra de Cambra, que viene a resultar como un pequeño circo cercado por las Tucas de Cambra (2629 m), de Sierco (2465 m) y Llastra (2363 m).
Llegaremos al Santuario de Nuestra Señora de Guayente (“Guayén” en patués), por medio de un excelente camino, reconvertido en paseo, desde Sahún. Lo primero que nos encontramos es la fuente-oratorio de Santoali, de buena y refrescante agua. El nombre de “Guayente o Guayén”, pudiera estar relacionado con el de un lugar elevado.
El Santuario de Nuestra Señora de Guayente (siglo XII/XVI) fue en sus orígenes una antigua ermita. Actualmente, es el Santuario más importante del Valle, al que concurren las gentes de todos los pueblos cercanos. El conjunto del recinto está compuesto por una torre defensiva, la iglesia y otros edificios añadidos, antiguamente era un espacio cerrado al que se accedía por un gran portalón, todavía existente. La iglesia es de una sola nave, con planta en forma de cruz latina.