Un paseo por el valle del Vero

Poco más de 14 km. el recorrido de hoy, 21 de marzo de 2016, entre las poblaciones de Adahuesca, Huerta de Vero, Pozán de Vero y Castillazuelo,  todas ellas enclavadas dentro de lo que es el Parque Cultural del Río Vero.

Excelente jornada, un día despejado y con temperatura muy agradable para la práctica senderista, después de las pasadas lluvias. La caminata ha dado comienzo en la población de Adahuesca, para, a través del PR-HU 71 (también llamado “ruta del vino”), dirigirnos a la cercana ermita de Treviño y continuar hasta Huerta de Vero, para acercarnos después a Pozán de Vero, pasando por un pequeño tramo de la denominada “ruta de las ermitas del Somontano”, pueblo en el que hemos tomado la “senda de los azudes” para que nos llevara hasta el azud de la acequia de San Marcos (que, según fuentes medievales, también se le llegó a llamar la Acequia Alta), para desde allí acometer la última parte del recorrido, hasta Castillazuelo, por una bonita senda de la margen izquierda del río Vero, en parte coincidente con el trayecto de la Acequia de San Marcos.

 

Adahuesca. Caminantes de alpargata
Adahuesca. Caminantes de alpargata

 

El Parque Cultural del Río Vero, así declarado en el año 2001, comprende nueve municipios: Bárcabo, Colungo, Alquézar, Adahuesca, Santa María de Dulcis (Buera y Huerta de Vero), Azara, Castillazuelo y Barbastro. El primero de los municipios citados, Bárcabo, corresponde administrativamente a la Comarca de Sobrarbe, el resto pertenecen a la Comarca del Somontano de Barbastro. Toda el área del Parque queda articulada en torno al río Vero, el cual actúa como eje vertebrador de este territorio; su zona norte queda integrada también dentro del espacio protegido de lo que es el Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara.

 

Adahuesca
Adahuesca

 

Este Parque Cultural del Río Vero, aúna un interesante patrimonio tanto cultural como natural, de orden paleontológico, arqueológico, arquitectónico, etnográfico, paisajístico, geológico, museístico y gastronómico. Es depositario de un variado y rico conjunto de manifestaciones rupestres, concentrándose un buen repertorio de cuevas y covachas pintadas en diversos estilos identificados y pertenecientes cronológicamente a distintas fases culturales de nuestra época prehistórica, tales como el Paleolítico, Epipaleolítico o el Eneolítico. Son destacables, entre otros muchos, los abrigos o cuevas de Chimiachas, el tozal de Mallata, Regacens, Arpán, Quizáns, …. …., sobresaliendo lo que muy bien pudiera considerarse como el “gran santuario” del Arte Paleolítico en Aragón, “La Cueva del Trucho”.

 

Adahuesca y la sierra de Sevil, desde la ermita de Treviño
Adahuesca y la sierra de Sevil, desde la ermita de Treviño

 

Adahuesca, de origen toponímico latino “Abosca” (“hacia Huesca”), cuyos habitantes tienen el gentilicio de “aboscenses”, es el punto de partida de nuestra caminata de hoy, es cruce de caminos y punto estratégico en la divisoria de los ríos Alcanadre y Vero, siendo una población de numerosas leyendas y tradiciones. Por su término municipal discurre la Cabañera entre Monegros y Broto, que asciende por la cercana sierra de Sevil.

 

Adahuesca
Adahuesca

 

Existe una leyenda, “Las abuelas de Sevil”, en la que se dice que la mayor parte de la población que habitaba la sierra estaba concentrada en lo que era el pueblo de Sevil (hoy desaparecido) y que, en la actualidad, se conoce como Las Casas. Este pueblo sufrió un ataque de peste y quedó despoblado debido a la muerte de sus habitantes, tan solo quedaron dos ancianas supervivientes hallándose enfermas y desamparadas, que fueron buscando refugio por varios de los pueblos cercanos pero sin encontrar ayuda alguna, por temor a quedar contagiados por la enfermedad. Tan solo el pueblo de Adahuesca les dio la protección y amparo que necesitaban, por ello, al morir dichas ancianas y como prueba de gratitud, legaron a Adahuesca la cercana sierra de Sevil, dejando el encargo de celebrar dos fiestas al año en su recuerdo, que son “Crucelós”, el 20 de mayo, y la Corrida de las Peras, el 26 de julio, día de Santa Ana. (La cruz del “Crucelós”, un pequeño túmulo formado de piedras, donde, se dice, se hallan enterradas las dos abuelas, se encuentra junto a la Cabañera entre Mequinenza y Broto, justo donde confluyen los términos municipales de Abiego, Alberuela de la Liena y Adahuesca).

 

Adahuesca. Las Abuelas de Sevil
Adahuesca. Las Abuelas de Sevil
Adahuesca. Cruz del "Crucelós"
Adahuesca. Cruz del “Crucelós”

 

 

 

 

 

 

 

 

Desde Adahuesca y sus alrededores, pueden obtenerse unas excelentes vistas de lo que es la sierra de Guara y la de Sevil. Destaca su iglesia parroquial de San Pedro (siglo XVIII), de estilo bárroco clasicista, y un crucero del siglo XVI/XVIII.

 

 

Adahuesca. Crucero
Adahuesca. Crucero

 

El camino (PR-HU 71, también llamado de Las Luperas) nos llevará a la cercana ermita de Treviño, el cual se halla flanqueado de cruces, tanto de piedra como de hierro, lo que resulta ser todo un “vía crucis”.

 

 

Adahuesca. Vía crucis, camino de la ermita de Treviño
Adahuesca. Vía crucis, camino de la ermita de Treviño

 

La ermita de Treviño (siglo XIII/XIV), que ya hemos visitado en otras ocasiones, es lo único que se conserva de lo que fue un antiguo monasterio, del que poco se conoce. El conjunto cenobial se mantuvo en pie, aunque en estado ruinoso, hasta mediados de la pasada década de los años sesenta, en que lo derribaron, siguiendo la arraigada costumbre que tenemos en este país de “tirar o destruir todo lo viejo” antes de restaurar y mantener un patrimonio.

 

Adahuesca. Ermita de Treviño
Adahuesca. Ermita de Treviño

 

 

Del conjunto cenobial de Treviño, aún pueden apreciarse los restos de lo que fue su claustro con su pozo, donde todavía perviven tres altos cipreses. Destaca lo que fue la antigua puerta de acceso al claustro, situada en su cara norte, con un pórtico cubierto con bóveda de crucería encajada con arcos apuntados, el intradós del arco de medio punto sobre la puerta se halla recorrido por una banda de baquetones, además de estar enmarcada por tres arquivoltas apeadas sobre capitales con decoración geométrica, cuya decoración se haya combinada con ajedrezado jaqués.

 

 

Adahuesca. Ermita de Treviño
Adahuesca. Ermita de Treviño

 

Desde el exterior, por su cara oeste, se accedía al recinto por una puerta de dimensiones menores, la cual abre en arco de medio punto que queda enmarcado por moldura decorada con puntas de diamante, presentando, además, un crismón muy sencillo y bastante deteriorado su relieve. Sobre la puerta, también se abre una ventana en doble arco de medio punto, con una moldura que la envuelve, a modo de guardapolvo. Sobre lo más alto de la fachada, destaca una espadaña de doble vano.

 

 

Adahuesca. Ermita de Treviño
Adahuesca. Ermita de Treviño

 

Según dice la leyenda, en Treviño llegan a confluir los límites de tres diócesis y cada uno de los prelados podían reunirse en torno a una mesa, sin que ninguno de ellos saliera de sus límites diocesanos. La palabra Treviño parece derivar del latín “trifinium”: tres fronteras, límite de tres propiedades, regiones o gentes. (Según se plasma en un cartel explicativo junto a la propia ermita).

 

 

Adahuesca. Ermita de Treviño
Adahuesca. Ermita de Treviño

 

Desde lo más alto de una escarpada ladera de arenisca, divisamos el pueblo de Huerta de Vero (el cual, junto con Buera, forma parte del municipio de Santa María de Dulcis), abriéndose ante nosotros una estupenda panorámica de lo que es el valle fluvial del Vero y lo que es una gran extensión de terreno en el fondo del valle, parcelado en pequeñas huertas,  flanqueando las dos márgenes del río. Huerta de Vero, en tiempos pasados, cuando se trabajaban todas sus huertas, hoy muchas de ellas abandonadas, y eran mimadas por los hortelanos debió de ser todo un vergel a orillas del Vero.

 

Huerta de Vero
Huerta de Vero
Llegando a Huerta de Vero
Llegando a Huerta de Vero

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Su casco urbano se extiende sobre lo que es la ladera montañosa, de un trazado un tanto irregular  que se va adaptando  a las peculiaridades orográficas del terreno,  con alguna  que otra fuerte pendiente. Paseamos por sus calles, teniendo la oportunidad de descubrir la multitud de detalles que albergan los portales de las casas, con sus grandes dovelas de piedra y decoradas con símbolos solares o vegetales.

 

Huerta de Vero
Huerta de Vero
Huerta de Vero
Huerta de Vero

 

 

 

 

 

 

 

 

Su iglesia parroquial, de La Asunción (siglo XIII y reformada en el XVIII), fue restaurada hace unos pocos años. Destaca por la belleza de sus formas y volúmenes.

 

Huerta de Vero. La Asunción
Huerta de Vero. La Asunción

 

Justo a la entrada del pueblo, existe un crucero rematado con una cruz de hierro (que se remonta al siglo XVI, aunque reformada en el siglo XX), y,  según nos dijo un vecino del pueblo que allí nos encontramos, lo que era el antiguo fuste, con su original cruz de piedra, un buen día se cayó y estuvo a punto de atrapar a una chica debajo.

 

Huerta de Vero
Huerta de Vero
Huerta de Vero. Fuente
Huerta de Vero. Fuente

 

 

 

 

 

 

 

 

Huerta de Vero. Antiguo crucero
Huerta de Vero. Antiguo crucero

 

 

Nos vamos acercando a Pozán de Vero, a través de fincas de almendros, olivos y grandes extensiones de viñedos. Esta población, ubicada en la margen izquierda del río Vero, se extiende sobre una pequeña vertiente, que hace de línea de separación entre lo que es el valle fluvial del Vero y la gran llanura existente hasta Salas Altas, en la que proliferan las plantaciones de viñedos.

 

 

 

Pozán de Vero. Acueducto del canal del Cinca
Pozán de Vero. Acueducto del canal del Cinca

 

Pozán de Vero
Pozán de Vero

 

 

Su iglesia parroquial, de La Asunción (siglo XVIII), es un templo de monumentales dimensiones y estilo barroco, destacando su portada y la torre del campanario.

 

 

Pozán de Vero. La Asunción
Pozán de Vero. La Asunción

 

Al igual que en los cercanos pueblos del Somontano, destacan unas grandes casas, construidas con tapial, piedra y ladrillo, que datan de los siglos XVI/XVIII, con unas bellas portadas de dovelas de piedra y decoradas con simbología geométrica.

 

 

Pozán de Vero
Pozán de Vero
Pozán de Vero
Pozán de Vero

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pozán de Vero, es un lugar que cuenta con azudes construidos en el río para derivar sus aguas a las acequias que han de servir para  regar las huertas aguas abajo. Hemos tomado allí la llamada “senda de los azudes”, por la margen derecha del río, que nos ha de llevar hasta nuestro destino final en Castillazuelo. Esta senda discurre entre las viejas huertas y los sotos de ribera del río, y un poco antes de llegar al límite de su término municipal que linda con Castillazuelo, nos hemos encontrado con el azud de la acequia de San Marcos, la cual riega un buen número de hectáreas hasta la ciudad de Barbastro, una gran presa de origen árabe (26 m de longitud por 9 de altura). Hoy el río Vero bajaba con bastante caudal y el salto del agua en el azud era más que espectacular.

 

Pozán de Vero. Fuente
Pozán de Vero. Fuente

 

 

Azud acequia de San Marcos, en el río Vero
Azud acequia de San Marcos, en el río Vero

 

 

Azud acequia de San Marcos, río Vero
Azud acequia de San Marcos, río Vero

 

 

Unos pocos metros más abajo del azud,  la acequia cruza el río por encima de un acueducto llamado “La Canal” (siglo XVI), no presentando ningún problema para cruzar por encima, pues se halla revestida de rejillas tramex. Una vez pasado el acueducto, cogeremos una bonita senda que nos llevará al pueblo de Castillazuelo, punto final de nuestra caminata de hoy.

 

Azud acequia San Marcos, río Vero
Azud acequia San Marcos, río Vero
Acueducto La Canal, río Vero
Acueducto La Canal, río Vero

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El pueblo de Castillazuelo ya lo hemos visitado en varias ocasiones, en el que destaca su iglesia parroquial de San Salvador  (siglo XVIII) y el bonito puente sobre el Vero, que pone en comunicación los barrios situados a ambas márgenes del río.

 

Castillazuelo. San Salvador
Castillazuelo. San Salvador
Castillazuelo
Castillazuelo

 

 

 

 

 

 

 

 

El origen de este pueblo hay que situarlo al abrigo de una antigua fortificación, que se halla en lo alto de un promontorio rocoso, donde todavía perduran sus restos, y que da nombre a la localidad. Se fue expandiendo por la falda de la vertiente hasta llegar a las orillas del rio, y, a partir del siglo XVI, comenzó su desarrollo por la margen izquierda del río, siguiendo una ordenada estructura urbanística, que se fue articulando en forma de cruz a partir de una plaza central en la que se halla la iglesia.

 

Castillazuelo
Castillazuelo

 

 

2 comentarios sobre “Un paseo por el valle del Vero

  • el 17 noviembre, 2020 a las 04:44
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    Enhorabuena por esta magnífica entrada de blog y unas estupendas fotografías.

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