Ruta entre Radiquero y Las Almunias de Rodellar

Ruta entre Radiquero y las Almunias de Rodellar. Prácticamente lo que es la Etapa 2 del Camino Natural del Somontano.

3-abr-2019 — 15’64 km — 671 m de desnivel acumulado

 

Un recorrido por las estribaciones de las sierras de Sevil y Balcez, siguiendo las marcas del Camino Natural del Somontano, un completo itinerario de casi 60 km que discurre por antiguos caminos y senderos, siempre dentro de los confines del Parque Natural de la Sierra y de los Cañones de Guara y el Parque Cultural del río Vero, el cual nos invita a descubrir un interesante patrimonio natural y paisajístico, además de cultural.

 

 

Radiquero

(Cuyo origen toponímico puede obedecer a: un lugar donde abundan las escorrentías o las barranqueras).

Su casco urbano se desliza por la ladera del Tozal o Coronazo (884 m), con vistas hacia el Somontano, en el que destaca la iglesia parroquial  de Nuestra Señora de Bastarillas (siglos XVI/XVII).

 

 

Un pueblo de tradiciones, entre las que destaca la celebración de la Noche de Ánimas en la víspera del día de Todos los Santos. Simulando calaveras con calabazas, como se venía haciendo, y se hace todavía, en otros pueblos aragoneses, encendiendo velas en el interior de las mismas y acudiendo en triste comitiva hasta el cementerio, para así guiar a las almetas que están deambulando perdidas en el mundo de los vivos.

 

 

Un lugar a visitar es la fuente del pueblo (siglo XVI/XVII) —con la tipología típica del Somontano—, donde los vecinos iban a llenar sus cántaros. Al lado se halla el antiguo torno o almazara que se utilizaba para la molienda de las olivas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El paseo, en sus inicios, nos depara un territorio donde se entremezclan las carrascas y quejigos, con los cultivos de almendros, olivos y cereal. Después, poco a poco, el terreno se va endureciendo, aparecen los primeros barrancos —atravesaremos unos cuantos— y el roquedo hace acto de presencia. La vegetación cambia, ya solo quedan quejigos y encinas, que se alternan con madroños, bojes, enebros, … así como variedad de arbustos, tales como la jara, romeros —grandes y florecidos estaban—, tomillos, … El ambiente era montano y oliendo a hierbas aromáticas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Al llegar al barranco de Modovil, abandonamos el trazado señalizado como Camino Natural y continuamos por la antigua senda que conduce a la ermita de la Virgen de la Viña. Descendemos hasta el cauce del barranco por entre bancales de olivos, para luego ascender hasta la Loma Cotón, desde donde ya se divisa la ermita. Tendremos que atravesar un nuevo barranco, esta vez el de las Avellaneras, antes de llegar a ella.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La ermita de la Virgen de la Viña, con amplia visibilidad sobre los llanos del somontano y sierras adyacentes, se ubica sobre las llamadas Lomas de la Viña, flanqueada por el barranco de las Avellaneras por su margen izquierda y el de Viña por la derecha. Su nombre hace referencia a la importancia histórica que tuvo la vid por estas tierras. Cuenta con una vivienda adosada, residencia de antiguos ermitaños.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

A partir de aquí, el roquedo hace más acto de presencia. Se van a suceder una serie de profundos y estrechos barrancos excavados por los surcos de agua, siendo el río Balcez – Isuala el canal receptor de todos ellos, que llevamos a nuestra izquierda y que hace de línea divisoria con la sierra de Rufas.

 

 

Cruzamos los barrancos de Cerigüelo y de Pallás antes de llegar a las ruinas del Corral Nuevo, desde donde podemos disfrutar de unas excelentes vistas de las gargantas por donde transcurre el río, así como de las abruptas barranqueras que se extienden a nuestros pies.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Por una aérea senda rocosa, bien protegida con barandilla de sirgas metálicas, descendemos hasta el Puente de las Bruixas, sobre el angosto y profundo barranco de Cautiecho —que quiere decir ‘cauce estrecho’—. Un peligroso paso que cruzaban los antiguos arrieros con sus mulas cargadas de productos. (Todavía quedan restos del viejo puente, asentado sobre seis raíles de tren y sobre los que colocaron gruesas ramas de enebro con una capa de piedras bien compactadas).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La sierra de Guara pertenece a la unidad surpirenaica de las sierras exteriores, que se sitúa entre la depresión jacetana y la cuenca del Ebro, estando formada básicamente por materiales calizos, que, en su parte más meridional, se superponen por conglomerados terciarios y relieve fosilizado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Llegamos a las ‘palomeras de Balcez’, donde se conjugan los estratos de conglomerado con los de roca caliza. Imponentes agujas con sus agujeros y canales, donde el agua ha ido descubriendo los estratos más duros a modo de murallas y ha sido protagonista, no por su cantidad, sino por su continua acción sobre las rocas calizas a lo largo de los tiempos. Puedes permanecer un buen rato observando estas bonitas formaciones, habitadas por los Treparriscos y los Roquedos solitarios.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Seguimos cruzando barrancos —los de los Santos y de la Creu— en nuestros descenso hasta el mismo cauce del río Balcez – Isuala (según la toponomía, ‘Isuala’ quiere decir: terreno aislado por montañas), antes de llegar al ‘Tranco de las Olas’, un lugar de encuentro de las rocas y las aguas —Tranco, designa al lugar por donde se puede cruzar un angosto paso de un salto—.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Para salvar el estrecho paso sobre el río, hay puesta una gruesa chapa metálica. Las aguas discurren aquí sobre lecho rocoso, en el que se pueden ver gran número de peculiares oquedades cilíndricas, hechas por las piedras atrapadas en remolinos y que han desgastado las paredes —a estas formaciones les llaman: marmitas de gigante–.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Superado el paso del Tranco de las Olas, ascendemos por el barranco de Lumos hasta el collado de Las Almunias o Colmenares (846 m). Una subida un poco durilla, sobre todo después del cansancio que ya llevas acumulado —todo el recorrido es un auténtico ‘rompepiernas’, pues es un constante subir y bajar—.  Desde lo alto del collado, se puede ir a los Oscuros del Balcez y a las Crestas de la sierra de Balcez, con unas bonitas panoramicas.

 

 

Las Almunias de Rodellar

(Su toponimia deriva de ‘explotación agraria’)

Pueblo al que descenderemos desde el collado por el antiguo camino de los Carboneros, disfrutando de excelentes vistas sobre el valle de Rodellar y la sierra de Arangol, el Tozal del Cabezo y la Peña Grau, por donde estuvimos hace unas pocas semanas. Final de nuestra excursión de hoy, en el que ya hemos iniciado y acabado otras excursiones. Un buen lugar para los amantes del senderismo.