Ruta circular por Laspuña

21-Sep-2017 – (15 km)

 Recorrer la Comarca del Sobrarbe, descubrir sus magníficos paisajes, apreciar el gran patrimonio geológico que atesora y tratar de descubrir su gran acervo  cultural  y de valores, además de su etnografía, ha resultado ser siempre una enriquecedora experiencia. La ruta circular por los alrededores de Laspuña, que hemos efectuado hoy, ha resultado ser un pequeño compendio de todo ello. Laspuña ha sido el inicio y final de la etapa, tomando en  primer lugar el PR-HU 138, en el sentido de Ceresa, para dirigirnos a la ermita de San Andrés; una vez visitada hemos vuelto a  desandar el camino hasta el punto de inicio, para realizar el trayecto que comparten dicho PR-HU 138 con el GR-19, y, aproximadamente,   después de un kilómetro, tomar definitivamente el PR-HU 138 que nos iba a llevar a la ermita de La Fuensanta, primero por un camino de rodadura y después por una estupenda senda entre encinas y quejigos; desde La Fuensanta nos hemos ido al pequeño núcleo de San Lorien, para conocer su ermita románica, y después dirigirnos hasta el pueblo de Araguás; para completar la vuelta hemos bajado hasta el mismo lecho del río Cinca por cuya margen izquierda y por encima de una escollera, volver al punto de partida.

 

Laspuña. Ermita de San Andrés
Laspuña. Ermita de San Andrés

 

 

Nos encontramos a los pies de la Peña Montañesa (2295 m), una imponente y solitaria mole, que más bien parece la punta de un gran iceberg varado, y  que fue el resultado de un gran cabalgamiento de klipes calcáreos sobre terrenos margosos, que afectaron, además, a todo el macizo de Cotiella,  y que, durante millones de años, la erosión ha ido moldeando y dando forma. No nos cansamos de contemplar esta gran corpulencia de piedra caliza, que tiene un gran poder de atracción.

 

Peña Montañesa
Peña Montañesa

 

Laspuña:

Población que ya hemos visitado en más de una ocasión y que volveremos a hacer, dadas las posibilidades senderistas que existen por sus cercanías. (Ver: Laspuña-L’Ainsa; Badaín-Laspuña).

 

Laspuña y la Peña Montañesa
Laspuña y la Peña Montañesa

 

Su iglesia parroquial, Virgen de los Dolores, bastante maltratada durante la pasada contienda civil, sufrió un derrumbamiento en años posteriores, por lo que tuvo que ser reconstruida en los años cuarenta o cincuenta del pasado siglo.  Sus orígenes podrían remontarse a los siglos XVI/XVII.

 

Laspuña. Virgen de los Dolores
Laspuña. Virgen de los Dolores

 

Llegó a pertenecer al cercano monasterio de San Victorián, al cual le reportaba pingües beneficios. Sus habitantes trabajaban los campos, cuidaban de sus rebaños de cabras y ovejas, además de dejar su vida por los montes y ríos con las tala de árboles y su posterior transporte por los cauces fluviales, que era lo que realmente les reportaba sabrosas ganancias; la principal actividad económica giraba en torno a la madera, pues las faldas de la Peña Montañesa, y los oscuros valles que la rodean, están cubiertas y tapizadas de una gran masa de arbolado que, una vez cortado, deslizaban por las bravas aguas del río Cinca (nabatas) hasta su encuentro con el padre Ebro y bajar hasta más abajo  de Tortosa, al encuentro del Mediterráneo.

 

Laspuña y Castillo Mayor
Laspuña y Castillo Mayor
Muro de Bellós
Muro de Bellós

 

 

 

 

 

 

 

 

Cada vez que visito este territorio, me viene a la memoria la llamada Bolsa de Bielsa, de infausto recuerdo para la zona y sus gentes, un acontecimiento ocurrido durante la pasada guerra civil, en los estertores del invierno y plenitud de la primavera en 1938,  con motivo del avance de las tropas fieles a Franco una vez roto el frente de Huesca, en la que varios miles de personas civiles, siguiendo el valle del Cinca en el sentido de Francia, tuvieron que ser evacuadas a través del Puerto Viejo de Bielsa, finalizando el 16 de junio del 38, tras 166 días de resistencia y asedio.

 

Valle del Río Cinca
Valle del Río Cinca

 

Ermita de San Andrés:

Muy cerca de Laspuña, a la que nos dirigimos siguiendo la estela del PR-HU 138, en el sentido de Ceresa. Aunque se halla reconstruida, sus orígenes se remontan al siglo XII. Se ubica dentro de un pequeño bosque de encinas y quejigos, siendo de planta rectangular y cabecera semicircular, cuyo ábside está cubierto por una bóveda de cuarto de esfera. La cabecera es lo único que queda de la ascendencia románica en este pequeño templo, habiéndose restaurado recientemente, como así queda reflejado en su frontispicio. Luego tuvimos que desandar el camino, para volver al punto de partida y tomar el sentido de La Fuensanta, el cual es compartido, en parte, con el GR-19.

 

Laspuña. Ermita de San Andrés
Laspuña. Ermita de San Andrés
Laspuña. Ermita de San Andrés
Laspuña. Ermita de San Andrés

 

 

 

 

 

 

 

 

Durante la caminata pudimos disfrutar de las espectaculares vistas que nos ofrecían Monte Perdido, Castillo Mayor y el anticlinal de Añisclo, donde el río Bellós ha ido trabajando y erosionando pacientemente, hasta moldear  unos espectaculares relieves y dar  forma a Los Sestrales, el pico Mondoto y el propio cañón de Añisclo.

 

Pico Mondoto y Los Sestrales
Pico Mondoto y Los Sestrales

 

Geológicamente, estamos contemplando unas formaciones que tienen millones de años, de las épocas del Cretácico y del Paleoceno (145/65 mills/años), las cuales vienen a formar parte de los grandes roquedos de Monte Perdido y Cotiella. Estamos pisando un terreno donde proliferan los materiales margosos marinos del Eoceno, reconocidos por sus colores grisáceos y las profundas cárcavas producto de la erosión; también abundan la turbiditas, unos depósitos sedimentarios, formados por la superposición de estratos areniscos, limos, arcillas y también margas.

 

Camino de La Fuensanta
Camino de La Fuensanta
Subiendo a La Fuensanta
Subiendo a La Fuensanta

 

 

 

 

 

 

 

 

Ermita La Fuensanta:

Cuenta la leyenda que, San Victorián, cuando se dirigía a Araguás acompañado por algunos discípulos y ya cansados y sedientos, se detuvieron en este lugar y el santo hizo brotar agua de una roca golpeándola tres veces; al momento se obró el milagro y comenzó a brotar agua por tres copiosos chorros. Era al comienzo del siglo VI, cuando este santo, nacido en Italia, recorría estos lugares (no muy lejos se halla el monasterio de San Victorián, de especial relevancia en la historia de Sobrarbe y Ribagorza).

 

La Fuensanta. Reponiendo fuerzas
La Fuensanta. Reponiendo fuerzas

 

 

El conjunto lo componen, además de la propia ermita, la casa del Santero, que permaneció allí viviendo hasta bien entrada la pasada década de los años 60,  y que, sobre la piedra clave del arco de la puerta de entrada, existe la inscripción: ‘DOMINGO LECINA, PRIMERO ARMITAÑO DE LA FUEN SANTA, ANNO 1697’.

 

La Fuensanta. Casa el santero
La Fuensanta. Casa el santero
La Fuensanta. Foto de grupo
La Fuensanta. Foto de grupo

 

 

 

 

 

 

 

 

La ermita es del siglo XVII. Es tradición acudir a ella en romería el primer domingo de mayo (hay antecedentes de la misma desde principios del siglo XIII, a la cual acudieron en procesión personas de 74 pueblos). También se venía a este lugar en tiempos de sequía, llevando en procesión, desde el monasterio de San Victorián, una arqueta conteniendo las reliquias del santo, la cual era sumergida en las aguas de la fuente durante los rezos o plegarias.

 

Ermita La Fuensanta
Ermita La Fuensanta

 

Cercana a la ermita, se halla la fuente, cubierta con arco de medio punto, en cuya piedra clave se halla inscrita un motivo decorativo en forma de sol con rostro humano. (Parece ser, este sol representa al ‘’sol invicto’’, un motivo ornamental muy difundido en la mística cristiana, y que simboliza, frente a las tinieblas, el nacimiento a la luz del mismo Jesucristo). Hay otros soles, en la puerta de la casa del santero, bajo los caños de la fuente y en el interior de la ermita. El frontal de la fuente, se halla decorado con varias inscripciones epigráficas.

 

La Fuensanta. Fuente de los tres caños
La Fuensanta. Fuente de los tres caños

 

San Lorién:

Pequeño núcleo que visitamos a continuación de La Fuensanta, bajo la Peña Montañesa. Antes de llegar al mismo nos encontramos con la Cruz de San Lorenzo, en cuya piedra superior del fuste está grabado el año 1583.

 

San Lorién. Cruz de San Lorenzo
San Lorién. Cruz de San Lorenzo

 

La ermita de San Lorenzo, un edificio de estilo románico, cuya fachada principal se halla con un revocado blanco, indicativo de que hubo alguna obra de reforma siglos más tarde. En el ábside de la cabecera, de piedra, destacan dos pequeñas columnas adosadas. En una de las piedras del exterior, también aparece grabado un animal, que más bien parece un león.

 

San Lorién. Ermita de San Lorenzo
San Lorién. Ermita de San Lorenzo
San Lorién. Ermita de San Lorenzo
San Lorién. Ermita de San Lorenzo

 

 

 

 

 

 

 

 

San Lorién. Ermita de San Lorenzo
San Lorién. Ermita de San Lorenzo
Camino de Araguás
Camino de Araguás

 

 

 

 

 

 

 

 

Durante una buena parte del recorrido, proliferan las estrechas fajas, hoy abandonadas, que, en su tiempo, fueron destinadas al cultivo (se aprovechaba todo el terreno que se podía). Estrechas porciones de terreno, ganadas trabajosamente a unos abruptos relieves en el monte para poder cultivar y que, al cabo de los años, la exuberante vegetación las va absorbiendo de nuevo hasta quedar de nuevo integradas en el conjunto natural.

 

 

Estrechas fajas de cultivo
Estrechas fajas de cultivo
Amontonamiento de piedras
Amontonamiento de piedras

 

 

 

 

 

 

 

 

Araguás:

Pueblo que ya visitamos hace un par de años, cuando nos dirigíamos a L’Ainsa. Hay bastantes casas arregladas y algunas hasta de nueva construcción. Destacan la iglesia de La Asunción (siglo XII/XIII) y la Casa fortificada del Arrendador, donde sobresale un torreón (siglo XIV/XVI).

 

Araguás. La Asunción
Araguás. La Asunción
Araguás. Casa El Arrendador
Araguás. Casa El Arrendador

 

 

 

 

 

 

 

 

El retorno hasta Laspuña lo hacemos por la ribera del río Cinca. Hay un camino que nos baja desde el pueblo, hasta el lugar donde se ubicaba el ‘Cajón de Araguás’, que utilizaban para pasar a la otra orilla. Seguimos un ancho camino por el lecho del río, que discurre por encima de una gran escollera. Pasamos por el lugar donde se encuentran los río Bellós y Cinca, en Escalona, justo enfrente de donde nos hallábamos. Destaca lo ancho de la ribera del río, señal inequívoca de las grandes avenidas que, el hoy domesticado río Cinca, debió realizar en otros tiempos. Por este tramo del río descienden las nabatas, en las fiestas anuales conmemorativas al respecto.

 

Desembocadura del río Bellós en el Cinca
Desembocadura del río Bellós en el Cinca
Escalona
Escalona

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Para finalizar, no quisiera olvidarme del pueblo de Puyarruego, ubicado justo a orillas del río Bellós antes de que entregue sus aguas al otrora gran Cinca (muy amansado actualmente). Hasta finales del siglo XVIII, fue el lugar de residencia de una familia de la pequeña nobleza aragonesa, ‘Bardaxí’, hasta que trasladaron su residencia a Graus; una familia que tuvo mucho que ver en la historia de Ribagorza, Sobrarbe y de Aragón, así como a nivel nacional.

 

Puyarruego, al fondo
Puyarruego, al fondo

 

Monte Perdido, al fondo
Monte Perdido, al fondo

 

 

 

 

 

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