Ruta por las Gorgas del Alba en Benasque
Como de “ruta del agua” debiera de catalogarse a este recorrido. Una excursión iniciada en el Plan de Turpí o de los Baños, efectuando en primer lugar una pequeña circular para conocer el sendero botánico Cuenca Moral, y los espectaculares saltos de agua del río Ésera en las llamadas Gorgas del Alba. Finalizado este pequeño sendero circular, en la misma zona de aparcamiento del Hotel Turpí, comenzamos la bajada hasta Benasque, un suave descenso en el que se irán alternando las dos márgenes del río Ésera, disfrutando del agreste paisaje que nos envuelve atravesando, en sus desembocaduras, los bravos barrancos de Cregüeña y Vallibierna, que hoy portaban una buena cantidad de agua, y cuyo origen son las escorrentías o desagües de los ibones de igual nombre. También bordearemos el embalse de Paso Nuevo, antes de llegar al Puente de San Jaime, para luego encaminarnos hasta nuestro destino final de Benasque por un antiguo y muy bien conservado sendero.
El recorrido de hoy, 8 de junio de 2016, ha estado en torno a los 14 km, sin ningún tipo de problemas, acompañados de un buen tiempo y agradable temperatura.
Nos hallamos en pleno Parque Natural Posets-Maladeta, que tiene una superficie protegida de más de 33 mil hectáreas y en el que se prodigan las cumbres con altitudes superiores a los 3.000 metros (Aneto – 3404 m; Posets – 3370 m; Perdiguero – 3219 m; …. ….); donde todavía persisten varios glaciares, en los macizos de Maladeta, Perdiguero o Posets, y cuenta, además, con un buen número de ibones de distintas dimensiones y características con unos orígenes de tipo glaciar (Cregüeña; Batisielles; Vallibierna; Escarpinosa; Perramó; Lliterola; …. ….); asimismo, producto de los deshielos y desagües de los ibones, se suceden innumerables cascadas, algunas de ellas de gran altura, que imprimen una gran belleza paisajística.
Desde el aparcamiento existente al lado del Hotel Turpí, iniciamos en primer lugar una pequeña circular, de unos 2’3 km, por lo que es el sendero botánico Cuenca Moral, con las Gorgas del Alba como punto más espectacular del recorrido. Se trata de una ruta ornitológica, donde prolifera la vegetación típica de lo que se considera el Piso Montano (hasta los 1600/1700 m de altitud), donde abundan tejos, abedules, hayas, fresnos, pinos silvestres, pino negro, abetos, etc., así como matorrales de boj, acebo, rododendros, brezo, helechos, …. ….
La circular a este sendero botánico, la iniciamos por la margen izquierda del río Ésera, y, como es una circular, el descenso lo haremos por su margen derecha. En un principio es un ascenso continuado, que nos permite ver el gran salto de agua del barranco de Aigüespases, el cual desciende desde la corona de igual nombre (2089 m) y que recoge, además, las aguas de La Cresta de les Canaletes; también podemos distinguir lo que es el final del valle de Literola, un valle que tenemos pendiente de visitar y que procuraremos hacerlo a no mucho tardar.
Ante nosotros se nos presentan unos grandes y espectaculares saltos de agua, dentro de lo que es el cauce del río Ésera, las denominadas Gorgas del Alba. Unas grandes cascadas, con multitud de gotas suspendidas en el ambiente que, aparte de humedecer el entorno y mojarnos, producen un vistoso juego de colores, a modo de pequeños arco iris, que bien merece la pena perder unos minutos en su contemplación.
Finalizado el pequeño recorrido circular, iniciamos la bajada hacia Benasque, siguiendo para ello un camino bien trazado, que simultanea ambas márgenes del río Ésera en lo que fue la antigua vía comunicación con los Llanos y el Hospital de Benasque, antes de que se construyera la carretera que allí acaba y que se haya paralizada a los pies de la infranqueable barrera montañosa por no haberse construido el túnel que debía horadarla y facilitar el tránsito a Francia.
Iniciando el descenso, tenemos a nuestra izquierda el Balneario de Benasque (el más alto de España, a 1702 m), situado en lo que es la ladera occidental de la Tuca del Campamento (2667 m), que más bien parece una gran fortaleza encaramada sobre un desgajado gran espolón de los cercanos montes. Es un gran edificio de baños, cuyas aguas sulfurosas y sanadoras son explotadas desde muy antiguo, habiendo reseñas de su utilización desde principios del siglo XVI. Actualmente, es un viejo edificio necesitado de una profunda remodelación para amoldarse a los nuevos tiempos.
El camino de bajada hasta Benasque, que se ajusta al cauce del río Ésera, nos permite disfrutar de la espectacularidad de este encajonado valle, un territorio que hace unos 40000 años estaba sepultado por el glaciar del Ésera, una enorme masa de agua helada que alcanzó unos 36 km de longitud y hasta 800 m de espesor en algunos puntos, y que iba desde la parte más septentrional del Circo de Mulleres hasta el Congosto de Ventamillo. La forma más característica del modelado glaciar es la forma en V. En este cauce central del Ésera, confluían las lenguas glaciares que descendían de Cregüeña, Vallibierna, Literola, Remuñé, Estós, …. ….
La cordillera pirenaica se halla en lo que se llama la Zona Axial, donde afloran los materiales de tipo paleozoico (unos 500 mills/años de antigüedad), tales como las pizarras y calizas, así como las areniscas de color rojizo y los granitos, siendo estos últimos los que constituyen el núcleo de la cordillera y los que forman los grandes macizos muy resistentes a la erosión y de mayores altitudes, tales como los Montes Malditos, Posets, Perdiguero. (Según leyendas muy remotas, el nombre de los Pirineos llegan incluso a asociarlo a la bella ninfa Pirene, protectora de las aguas cristalinas).
Durante el descenso, cruzaremos los barrancos de Cregüeñas y Vallibierna, dos caudalosas corrientes de agua, que bajan abriendo un profundo surco desde los ibones de igual nombre (Cregüeña -2632 m- y Vallibierna y Coronas -2500 m, 2700 m). Antes de llegar al barranco de Vallibierna nos encontraremos los planos de Senarta, un lugar habitual de acampada.
La presa del pantano Paso Nuevo, el embalse a mayor altura del río Ésera, tiene una capacidad de 3 hectómetros cúbicos y es para producción hidroeléctrica. Su construcción data del año 1969. Al ser el primer almacén recolector de las aguas, recibe el aporte de una buena cantidad de limos y de restos de árboles. En el siglo XVIII, al desfiladero donde se halla ubicado se le dio el nombre de “Paso Nuevo”, de ahí viene el nombre de este pequeño embalse.
Destaca la presencia en el lecho del río Ésera de grandes cantos sueltos, producto del continuo aporte que se viene haciendo desde las cercanas vertientes hacia el cauce, material que, normalmente y dado su gran volumen, no puede ser movilizado por el normal fluir del río, salvo en aquellos momentos en que éste sí presenta una fuerte actividad a modo de grandes riadas.
Una vez hemos llegado a los puentes nuevo y viejo de San Jaime, por la margen izquierda del río seguiremos una senda que nos llevará hasta la potabilizadora de Benasque y la central hidroeléctrica de Rigau. A partir de ésta, y ya por la margen derecha del río Ésera, se inicia un bonito y muy bien conservado sendero que nos va a llevar a nuestro destino final. Es un viejo camino flanqueado por muros de piedra, estando en mucho de sus tramos los lados tapizados por grandes bojes.
Antes de llegar a Benasque, podemos ver un paisaje, a ambos lados del río, de laderas abancaladas, cuya funcionalidad y labores de mantenimiento para pastos ha ido menguando progresivamente en las últimas décadas, lo cual lleva aparejado un proceso de recolonización vegetal del territorio a partir de los antiguos setos vivos que servían para cercar los prados, colaborando también en dicha cicatrización otras especies, como los abedules, los fresnos o los avellanos.
