Ruta circular embalse de Linsoles
El recorrido de hoy, 8 de julio de 2015, se ha realizado por los alrededores del embalse de Linsoles, con inicio y final en Eriste, pasando por Sahún y el Santuario de Guayente para, posteriormente, bordear el pantano y, después de hacer un bonito recorrido ornitológico por sus orillas, dirigirnos hacia Casa Conques con retorno al punto de partida.
Ha sido un agradable paseo, que se iba alternando con zonas de espesa vegetación, lo cual era de agradecer dada la temperatura reinante, y eso que aquí, en el valle de Benasque, el calor no era tan acuciante como en otros lugares de nuestra geografía.
El itinerario ha comprendido lo que es la Ruta Circular 3 de los Senderos de La Ribagorza, complementado con parte de lo que es la Ruta Circular 2, y un pequeño tramo del PR HU-35.
El inicio de la caminata lo hemos efectuado en el pueblo de Eriste, habiendo visitado su antiguo, aunque restaurado, casco urbano, llamándonos la atención el que todavía perduren viejas aldabas en algunas de las vetustas puertas de entrada a las casas. Desde la iglesia parroquial de San Félix, muy cerca del Centro de Interpretación de los glaciares e ibones del Pirineo Aragonés (el cual se hallaba cerrado, pero cuya visita la dejamos pendiente para otra ocasión, pues tiene que ser muy interesante), nos dirigimos hacia el antiguo camino de Sahún pasando antes por el lavadero del Pigüelo.
La senda que nos va a llevar a Sahún, va ascendido lentamente a través de una sucesión de lazadas, hasta alcancar el cruce con la variante 1 del PR HU-51, que va entre el Santuario de Guayente y el Ibón de La Ribereta; ya a partir de este cruce, el camino inicia una fuerte bajada que nos dejará a las puertas del Santuario. La mayoría de la trocha está flanqueada por paredes de grandes piedras de granito, aunque también existen las de piedra caliza y areniscas rojas.
Sobre el camino de subida desde Eriste hasta el cruce con el PR HU-51, quiero denunciar el mal estado de conservación en que se encuentra, con vegetación que dificulta el paso y con una señalización del todo insuficiente, pues es un continuo dudar cuando existen bifurcaciones. La Comarca de La Ribagorza, y más en concreto este Valle de Benasque, ha apostado por un turismo de contacto con la naturaleza, como son la práctica del esquí, el montañismo o el senderismo, entre otros muchos, y no es de recibo que los senderos se encuentren en la situación de abandono y dejadez como el que nos ocupa.
Nos hallamos en lo que es la Zona Axial de la Cordillera Pirenaica, donde abundan los materiales del Paleozoico (unos 400/500 millones de años), tales como las pizarras, calizas, areniscas rojas y granitos, los cuales constituyen el núcleo de lo que es la barrera de los Pirineos. Los macizos graníticos son los que alcanzan mayores altitudes (como el Posets, Montes Malditos o Perdiguero) debido a su mayor resistencia a la erosión.
Una vez llegados al Santuario de Nuestra Señora de Guayente, visitamos el recinto y el interior de la iglesia, la cual fue construida entre los siglos XII y XVI, en cuyos orígenes fue una ermita. En este lugar se halla también una escuela de hostelería.
Una vez nos hemos refrescado en la fuente-oratorio de Santolai, en Guayente, nos dirigimos hacia el pueblo de Sahún por el camino histórico que los une, el cual es un agradable paseo con unas excelentes vistas sobre el valle, con el típico perfil en U, en artesa, que nos dice que por aquí descendía un gran glaciar en el período de las grandes glaciaciones a finales del Pleistoceno, el cual llegó a tener una longitud de unos 40 kms. y unos espesores que superaban con creces los 600 metros a la altura de Benasque; el glaciar llegó hasta la entrada de lo que hoy es el congosto de Ventamillo.
Volvemos de nuevo a Guayente, para dirigirnos a la presa del pantano de Linsoles, en el río Ésera, y bordear todo el embalse por un bonito sendero debidamente habilitado y que se hallaba bastante concurrido de gente paseando o en bicicleta.
El río Ésera, en lo que es el tramo del Valle de Benasque, tiene tres pequeños embalses: “Paso Nuevo”, “Linsoles” y “Sesué”, y los tres con la misma finalidad, la producción de energía eléctrica. Este embalse de “Linsoles”, se construyó a mediados de la década de los años sesenta del pasado siglo XX, con una capacidad máxima de 3 Hm3 y anegando una superficie de 42 Has; tiene una alta posibilidad de soterramiento ya que recibe grades arrastres de los barrancos que desembocan en el río aguas arriba, como el de Remascaró, por ejemplo.
Además de para uso hidroeléctrico, en sus aguas se pueden practicar deportes acuáticos, lo cual contribuye a su aprovechamiento turístico.
Durante el recorrido, nos hemos encontrado con unos buenos amigos, a los cuales no veíamos desde hacía mucho tiempo, con los que nos ha gustado departir un rato.
Una vez bordeado el embalse, nos dirigimos a través de caminos a la llamada Casa Conques, encontrándonos otra vez con el problema de la falta de una adecuada señalización; hay cruces de caminos y bifurcaciones en los que no hay nada indicado, te vas guiando por intuición.
Casa Conques, se halla en un delicioso paraje entre Anciles y Eriste, entre el bosque y grandes praderas de pasto. Esta casa fue utilizada antaño como colonia de vacaciones, estando, en la actualidad, repleta de soledad. Las antiguas edificaciones que componían todo el conjunto y que se hallan en estado ruinoso, distan mucho de ser lo que fue un pasado reciente próspero, carentes de la vitalidad que le insuflaron sus moradores desde los comienzos del siglo XI.
Junto al actual edificio, se halla una torre defensiva que, en sus orígenes, se remataba con un chapitel. Hoy en día, el chapitel ha sido derruido y han construido una terraza en su lugar.
La propiedad de la casa Conques, que comportaba el rango de señorial, perteneció desde muy antiguo a la familia Bardají, pero, en el pasado siglo, Pilar Bardaxí se casó con un miembro de la familia Sáez de Tejada, razón por la que el título de Conques pasó a este último apellido. El rey Alfonso XIII, a principios del siglo XX, concedió al Señor de Conques el título de Barón de Benasque.
Un poco distanciada, en lo que es el comienzo de un prado, se halla la iglesia de San Esteban, en otros tiempos capilla privada de esta señorial explotación agrícola. Ya existía a principios del siglo XI, momento en que este pequeño núcleo debió de jugar importantes funciones en el desarrollo del camino que unía esta septentrional Ribagorza con el Alto Garona en la región del Mediodía-Pirineos.
La iglesia, en estado de abandono actualmente y utilizada como almacén, es el resultado de tres épocas de trabajos llevadas en ella, en los siglos XI, XII y comienzos del XX. De su primitiva fábrica no quedan muchos testimonios, aunque es conveniente resaltar su naturaleza lombarda; la decoración del ábside exteriormente, le otorga un importante lugar en el panorama del románico lombardo aragonés.
Es una lástima la situación en que se encuentra, abordada por la vegetación espontánea en sus alrededores y llena de suciedad y porquería en su interior.